?nico requisito: ser homosexual
Una empresa de servicios que rechaza a los heterosexuales provoca malestar y benepl¨¢cito en diversos colectivos
Servi G es una empresa de multiservicios que pone como "¨²nico requisito" a sus empleados el de ser homosexual. Esta compa?¨ªa, ya asentada en Barcelona desde marzo de este a?o y que abrir¨¢ una delegaci¨®n en el barrio madrile?o de Chueca este mes, ha provocado reacciones antag¨®nicas en la comunidad homosexual. Para unos el hecho de que una empresa contrate ¨²nicamente personas que sean homosexuales significa un paso m¨¢s para la normalizaci¨®n de este colectivo en el seno de la sociedad. Para otros se trata de una medida "fascista y discriminatoria, con m¨¦todos similares a los del Tercer Reich".Eduardo Baras, uno de los portavoces de Servi G, explica: "es una empresa en la que hay una serie de profesionales que ya est¨¢n trabajando en sus diversas profesiones. El ¨²nico requisito es ser homosexual". Esta empresa ofrece m¨¢s de 150 servicios y tiene en su listado a unos 80 profesionales y t¨¦cnicos, de los cuales 36 son mujeres y 44 hombres. Todos ellos homosexuales. Entre la clientela hay un 30% de heterosexuales, seg¨²n datos de la propia empresa.
Pero la pol¨¦mica est¨¢ en el ambiente. Miguel ?ngel S¨¢nchez, de la Fundaci¨®n Tri¨¢ngulo, un colectivo homosexual, critic¨® con dureza este tipo de empresas: "Algunos, en su obsesi¨®n por construir gaylandia, en lugar de lograr que se parezca a Disneylandia est¨¢n construyendo una sociedad parecida a la del Tercer Reich". Para S¨¢nchez se trata de una compa?¨ªa con una filosof¨ªa que rompe con la Constituci¨®n, antidemocr¨¢tica, que promueve que cualquier persona que no sea homosexual y que sea rechazada en la empresa se sienta legitimada para denunciarla.
El presidente de la Coordinadora Gay y Lesbiana, Jordi Petit, considera, sin embargo, que Servi G es fruto de la afinidad del sector y se manifiesta como una variante de los servicios en el mercado. "Me parece natural y l¨®gico", dice Petit, que asegura que hay muchos homosexuales que prefieren ser atendidos por una persona que est¨¦ en su misma situaci¨®n. "Esto se suma al proceso de normalizaci¨®n, que es muy plural y diverso. Es otra expresi¨®n m¨¢s de la comunidad de homosexuales en Espa?a".
Seg¨²n fuentes autorizadas del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, este tipo de compa?¨ªas, in¨¦ditas en el pa¨ªs, no infringe ninguna ley, ya que la Constituci¨®n espa?ola recoge la idea de libertad de empresa. "Estos empresarios intentan cubrir un hueco del mercado. Adem¨¢s, su condici¨®n de homosexuales les dificulta en muchos casos la integraci¨®n en la sociedad", afirman.
La letrada Paloma Llanesa considera que en este caso lo ¨²nico que hay es una relaci¨®n mercantil, que permite que el empresario contrate con quien lo desee. "No hay ning¨²n reproche en el terreno constitucional". Pero Llanesa matiza: "La persona tiene la libertad de no contestar a la pregunta de su preferencia sexual, amparada en el derecho a la intimidad".
La ganancia de la empresa es una comisi¨®n que var¨ªa en funci¨®n del servicio prestado, pero que nunca pasa del 15%, sin que con esto se incremente la tarifa normal del profesional. Su plantilla en Barcelona es de apenas dos trabajadores, a los que hay que sumar uno m¨¢s en Madrid. El due?o de Servi G se hace llamar Jota, pues dice tener miedo a perder parte de su clientela habitual, "m¨¢s conservadora", de su otra empresa, al crear una compa?¨ªa que comulga con los intereses de los homosexuales. El se?or Jota consider¨® que la idea de una empresa as¨ª "se mascaba en el ambiente por la marginaci¨®n, la burla y la risita que provocaban en algunos t¨¦cnicos las casas gays".
"Si una persona se hace pasar por homosexual para anunciarse en Servi G no hay forma de evitarlo, pues s¨®lo se les pregunta su inclinaci¨®n sexual, sin comprobarlo", afirm¨® Baras.
Alonso Ram¨ªrez, director general de Servi G en Madrid, considera que la labor que realiza intenta trascender el enfoque mercantil. "No queremos que se agote como un negocio, sino que con esto se logre una mayor integraci¨®n de los gays y lesbianas a nivel nacional". Ante las cr¨ªticas a la eficacia de la empresa como m¨¦todo de integraci¨®n, Ram¨ªrez dice que Servi G no busca el enfrentamiento. "Somos los que tradicionalmente hemos estado marginados. Nos hemos escondido durante muchos a?os y esto no ha sido beneficioso para nadie. Tenemos que salir y que la gente rompa el estigma de que los gays son promiscuos y una tribu. Queremos demostrar que somos profesionales."
Pero las reticencias a este planteamiento demuestran que no todos comulgan con este pol¨¦mico proyecto. Seg¨²n el presidente de la Fundaci¨®n Tri¨¢ngulo, "crear una empresa que discrimina a los heterosexuales es tan fascista como las acciones m¨¢s hom¨®fobas que sufrimos gays y lesbianas. Servi G representa a unos empresarios que s¨®lo se quieren enriquecer y cuyos planteamientos antidemocr¨¢ticos no representan al colectivo homosexual".
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