Las treguas de 1981 a 1998
El 28 de febrero de 1981 una tregua de ETA abri¨® el camino a la desaparici¨®n de ETA Pol¨ªtico-Militar y la reinserci¨®n de buena parte de los militantes de esta organizaci¨®n. En aquellas fechas, Arnaldo Otegi, que ahora abandera v¨ªas de soluci¨®n junto al PNV y dem¨¢s partidos y sindicatos nacionalistas, se opuso al abandono de las armas y acab¨® integr¨¢ndose en ETA militar.Han pasado 17 a?os en los que ETA ha seguido asesinando sin piedad, con los descansos premeditados que ha definido como treguas. Para decidir sobre la continuidad o no de aquella primera tregua de 1981, los polismilis celebraron en febrero de 1982 su VIII Asamblea en una localidad de Las Landas francesas. Tres cuartas partes de los activistas asistentes votaron en favor de la ponencia Orreaga, que defend¨ªa la continuidad de la lucha armada, mientras que otra cuarta parte se pronunci¨® por la denominada Ponencia B, favorable a abandonar las armas.
A partir de ese momento se produjeron numerosos movimientos entre el Gobierno del PSOE y la banda ETA, que fructificaron en 1988, apenas seis meses despu¨¦s de uno de los atentados m¨¢s sangrientos que cometieron en el hipermercado Hipercor de Barcelona (19 de junio de 1987). En enero de 1988 ETA emiti¨® un comunicado en el que ofrec¨ªa una tregua de 60 d¨ªas. El Gobierno acept¨® la oferta de di¨¢logo y dieron comienzo los proleg¨®menos de las frustradas conversaciones de Argel.
El 8 de enero de 1989 ETA declar¨® otra tregua unilateral de 15 d¨ªas y a finales de ese mes comenzaron las conversaciones. La paz s¨®lo dur¨® hasta el ocho de abril con el env¨ªo de una carta bomba que dio comienzo a una intensa campa?a terrorista.
A partir de ese momento y hasta 1996 no hay ning¨²n anuncio oficial de tregua. Se producen sin embargo infructuosos contactos del entonces secretario de Estado para la seguridad, Rafael Vera, y del teniente coronel F¨¦lix Hernando con Eugenio Etxebeste Antxon, en Santo Domingo.La ¨²ltima tregua se produjo el 23 de junio de 1996, d¨ªas antes de la convocatoria de una mesa de Ajuria Enea. Una tregua estrat¨¦gica que nadie crey¨®.
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