Recuerdo vivo de Francisco Guerrero
Un buen cuarteto veneciano que se acoge al nombre de Paul Klee ha interpretado obras de Malipiero, Feldmann, Cage y Cazaban en el Festival de M¨²sica Contempor¨¢nea de Alicante. Obras para cuarteto, antes que cuartetos en el sentido formal del t¨¦rmino, todas interesaron desde sus diversas propuestas.Salvo San Francisco Poliphony, de Ligeti, escrita en 1974, el resto del segundo programa de la Sinf¨®nica de RTVE, dirigida por Lucas Pfaff, estuvo consagrado a lo espa?ol con obras de dos maestros octogenarios -Escudero y Llacer-, y otras dos de autores de la generaci¨®n de 1946, Guerrero y Sard¨¢.
Del m¨²sico jiennense, muerto el a?o pasado a los 46 a?os, tuvimos sus ¨²ltimos pentagramas: Coma Berenices, denominaci¨®n latina de una constelaci¨®n boreal. En un solo bloque de gran aliento y potencia, Guerrero, como otras veces, parece elegir las fuerzas c¨®smicas m¨¢s imponentes para darse el gusto de dome?arlas y transformarlas en m¨²sica con todo lujo de invenciones que se apoderan de nuestro ¨¢nimo.
Homenaje
Es curioso que se trate de un homenaje a Falla, el progresivamente sintetizador de su pensamiento musical, cuando habr¨ªa sido m¨¢s adecuada ofrenda para el ingente Alb¨¦niz, cuya Iberia orquestaba Guerrero cuando muri¨®. La obra fue acogida con verdadero entusiasmo, que era tambi¨¦n un homenaje a la trayectoria art¨ªstica del m¨²sico andaluz. Albert Sard¨¢, barcelon¨¦s, plantea su Concierto para violonchelo, de 1986, como una asunci¨®n natural del m¨¢s extremado virtuosismo, lo que no empece la elegancia de estilo y de lenguaje propia del m¨²sico tan vario y coherente en todos sus pentagramas. En el concierto se integran lo m¨¢gico y lo l¨®gico en un hecho art¨ªstico ¨²nico que nos lleg¨® en toda su belleza gracias al arte de Arnau Tom¨¢s, un barcelon¨¦s de 25 a?os, como figura central de una p¨¢gina que se incorporar¨¢ pronto al repertorio.Francisco Escudero, el creador de mundos musicales de la grandeza de Zigor, Gernika o la Cantata jacobea, se repliega en una emoci¨®n apretada y dolorida para evocar la muerte de un ni?o, el hijo del inolvidable cr¨ªtico donostiarra ?ngel Inaraja. El subt¨ªtulo de "preludio matinal" aleja de la bella obra el peso de las sombras para instalarse en el dominio de la luz. El otro octogenario, Francisco Llacer Pl¨¢ (Valencia, 1918), prolonga y vivifica las tradiciones musicales de su pa¨ªs -Giner, Ch¨¢varri, Palau- en su poem¨¢tica Anem de Folies, suerte de mudanzas en forma libre de sonata inspiradas en las palabras de un bi¨®grafo de Voltaire: "Par¨ªs se lanz¨® a un verdadero torbellino en el que a veces era dif¨ªcil distinguir la agitaci¨®n de la alegr¨ªa". M¨²sica viva y caracter¨ªstica, su autor fue testigo de la favorable acogida y destinatario directo de muchas ovaciones. Las merecieron. El director, Pfaff, y la Orquesta de RTVE han realizado un trabajo de gran categor¨ªa al montar nueve partituras que se tocaban por primera vez.
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