Perseguido por los esc¨¢ndalos
"No me atrae la vida pol¨ªtica. En cualquier caso, dudo que se me ofrezca ning¨²n cargo pol¨ªtico y, en ese caso, dudo que, por mis propios convencimientos, yo pueda aceptar". Pese a sus declaraciones, Espinosa siempre ha orientado sus pasos hacia la pol¨ªtica. En 1989, este valenciano de 52 a?os, titulado en Econ¨®micas, era reconocido por su dureza como negociador. Sus escarceos con la pol¨ªtica se hicieron evidentes a finales de los a?os 80. ?ste particip¨® activamente en la organizaci¨®n de una cumbre empresarial en Orihuela en 1989, que el entonces presidente de la patronal valenciana y amigo personal de Espinosa, Pedro Agramunt, utiliz¨® de trampol¨ªn para ingresar en el PP. Espinosa consider¨® que aquel no era el momento adecuado. A principios de los 90, Espinosa se ve envuelto en un esc¨¢ndalo por utilizar su puesto de consejero en una sociedad financiera -Sociedad de Garant¨ªas Rec¨ªprocas (SGR)- para avalar a una empresa de la que era apoderado (Robima) y que dej¨® un descubierto de 30 millones de pesetas. Espinosa proclama su inocencia e interpone una demanda civil, finalmente desestimada, contra los que le acusaron por presunto atentado a su honor. En la actualidad, un juzgado de Valencia intenta localizarle para notificarle que debe declarar como imputado por un presunto delito de quiebra fraudulenta en la empresa Robima. Desde entonces los esc¨¢ndalos y las denuncias le persiguen. Con el caso de la SGR todav¨ªa caliente, el sindicato UGT se querella contra ¨¦l por difundir una noticia falsa. Le acusaron de desconvocar a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n una huelga en el sector de la hosteler¨ªa cuando, seg¨²n los sindicatos, no hab¨ªa acuerdo. Las primeras noticias sobre la afiliaci¨®n de Espinosa al PP se conocen en 1991. Poco despu¨¦s los populares le colocan en el consejo de administraci¨®n de RTVV, cargo que todav¨ªa conserva. Sus primeros pasos en pol¨ªtica no le apartan de la patronal. El apoyo del PP A principios de 1995 comienza a fraguarse el estallido del esc¨¢ndalo que salpica de lleno a la patronal que dirige Espinosa y que tiene que ver con las irregularidades difundidas ahora por Tribunal de Cuentas. La victoria del PP en en los comicios auton¨®micos de ese a?o paraliza durante meses los expedientes de inspecci¨®n. Sin embargo, la difusi¨®n de la existencia de los expedientes llevan el caso a la fiscal¨ªa. Espinosa reacciona entonces con agilidad y abandona la CEV el 6 de mayo de 1996 con una gratificaci¨®n de 10 millones. Pero su salto no es al vac¨ªo. Tres d¨ªas antes, el 3 de mayo, el Con-sell de Zaplana le nombra director general del Consejo auton¨®mico de C¨¢maras de Comercio. Dos semanas despu¨¦s el Gobierno Aznar lo designa secretario general de la Agencia de Cooperaci¨®n. Antes de marcharse a Madrid, Espinosa tramita su excedencia del ¨®rgano cameral con el prop¨®sito de regresar alg¨²n d¨ªa.
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