R¨¦plica de Suker
He estado meditando si merec¨ªa o no la pena contestar al art¨ªculo que Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n que public¨® en EL PA?S con el t¨ªtulo Dios, y al final he tomado la determinaci¨®n de hacerlo.Posiblemente, se?or V¨¢zquez Montalb¨¢n, los cambios clim¨¢ticos han afectado al planeta, a sus habitantes y, por supuesto, tambi¨¦n a los intelectuales de izquierda de buena mesa y mejor Chablis que juegan a hacer incursiones, no muy afortunadas, en el mundo futbol¨ªstico, ya que al parecer durante una tarde calurosa de verano, caracterizada por el tedio y la falta de imaginaci¨®n, usted ten¨ªa que cumplir con su obligaci¨®n con un medio informativo y publicar un art¨ªculo en un momento en que no se produc¨ªan grandes noticias y para ello escogi¨®, c¨®mo no, un tema f¨¢cil, popular y atractivo: el f¨²tbol, eso s¨ª, ligado esta vez con mi persona, mi pa¨ªs, mi presidente y Dios, para poder presumir de intelectual y no de mero cronista deportivo.
Se me ocurre preguntarle a su querido personaje Pepe Carvalho si, en medio de sus efluvios alcoh¨®licos o aun resacoso y con la lengua pastosa, ser¨ªa capaz de indagar en la brillante mente de su creador para descubrir por qu¨¦ se permite bambolear al presidente croata adorn¨¢ndolo con un significativo "truculento" y se olvida, sorprendentemente, del presidente serbio. ?No ser¨¢ que, como buen comunista anclado a¨²n en el pasado, se ve obligado por las directrices del partido a defender la causa serbia como siempre han hecho? Sorprende tambi¨¦n el uso del adjetivo "encantador" dedicado al rey de Espa?a, personaje que a m¨ª personalmente me merece todo el respeto del mundo. No s¨¦ si con ello lo que pretend¨ªa era mofarse, lo cual no me sorprender¨ªa, o bien ha cambiado usted de camisa y se ha convertido repentinamente en un gran defensor de la monarqu¨ªa espa?ola.
Tal vez las respuestas las tenga Dios, al que incluso los ateos pasean sin ambages, poniendo el grito en el cielo, por supuesto, por atribuirle a tal desconocido Se?or preferencias e influencias terrenas.
Puede que tenga raz¨®n y debamos inducir a los l¨ªderes religiosos a crear ese "juzgado religioso" al que, seg¨²n usted, deber¨ªan llevarme. Creo que el caos consiguiente le dar¨ªa nuevas ideas, f¨¦rtiles, de buena cosecha, que servir¨ªan para acompa?ar una de sus magn¨ªficas recetas culinarias que, seg¨²n tengo entendido, tan bien domina.
Por mi parte, creo que citar, invocar o nombrar a Dios es algo personal. ?Por qu¨¦ le incomoda? ?Nunca se ha dado de bruces con ?l?
Una vez me contaron, y quiz¨¢ le sirva para su pr¨®xima novela o art¨ªculo period¨ªstico, que no sabiendo el diablo d¨®nde esconder a Dios para que los hombres no lo encontraran jam¨¢s, se le ocurri¨® ocultarlo dentro de las personas, convencido de que all¨ª nunca se les ocurrir¨ªa buscarlo. Y a veces, se?or Montalb¨¢n, hay que darle gracias a Dios incluso por las peque?as cosas de la vida, ya que, como dec¨ªa Thomas Mann, la fe en valores absolutos, por ilusoria que sea, es una necesidad vital.
Reciba un cordial saludo.- .
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.