"Georges" acab¨® con los escualos
El cicl¨®n caribe?o mata a los dos tiburones capturados en Florida para el Aquarium donostiarra
Los tiburones toro son escualos s¨®lo relativamente mansos a los que les gusta remolonear y desplazarse con una cierta parsimonia por las aguas tropicales. ?sta fue una de las caracter¨ªsticas que m¨¢s apreci¨® la direcci¨®n del Aquarium donostiarra cuando decidi¨® comprar dos ejemplares de esta especie en Florida y desechar los tiburones azules, cuya agresividad es poco conciliable con la vida en cautiverio. De hecho, en el oceanario de la capital guipuzcoana probablemente hubieran muerto golpe¨¢ndose contra las l¨¢minas transparentes de metacrilato de 16 cent¨ªmetros de espesor que aguantan una presi¨®n de 2,5 millones de litros. La templanza de los tiburones toro les impidi¨® probablemente la pasada semana salvarse de la muerte. Georges ha dejado en la orfandad al Aquarium. El cicl¨®n tropical que arras¨® el Caribe a finales de septiembre, dejando un reguero de m¨¢s de 200 muertos, convirti¨® en un p¨¢ramo las instalaciones de la empresa Nomad Marine Center, en la costa del Estado norteamericano de Florida. Los dos tiburones capturados a lazo por el experto pescador David Cassey murieron por falta de ox¨ªgeno entre las ruinas de la factor¨ªa. Toda la astucia y destreza que Cassey hab¨ªa exhibido para capturar a la pareja de tiburones se fue al garete con la boca abierta, que es como nadan. Carmen Arrazola, responsable del Aquarium, comenta que "la operaci¨®n es muy complicada porque, aunque Cassey es uno de los mejores especialistas en estas operaciones, la captura a lazo tiene riesgos evidentes. Adem¨¢s, hay que coger el tibur¨®n sin causarle ninguna herida". Los ejemplares ten¨ªan dos metros de longitud. Un relevo sudafricano Todos los preparativos estaban ya cumplidos para trasladar a los animales en avi¨®n a Bilbao. Otros dos ejemplares iban al Aquarium de Barcelona. El propio Cassey se iba a encargar del traslado, para lo cual seda a los animales, que viajan en un contenedor. Como quiera que Georges ha inutilizado las instalaciones de la Nomad Marine Center, el Aquarium donostiarra baraja ahora la posibilidad de adquirir nuevos ejemplares en Sud¨¢frica. Arrazola no tiene prisa y menos trat¨¢ndose de unos marrajos a los que hay que adiestrar para vivir en cautividad. "El per¨ªodo de adaptaci¨®n es imprevisible y no vamos a precipitarnos", dice. Los tiburones son una especie con un comportamiento muy jerarquizado y cuya adaptaci¨®n puede resultar compleja. "El indicio m¨¢s evidente de que aceptan su nuevo medio es que coman. Mientras no lo hagan hay que actuar con mucha prudencia" apunta Arrazola. Adem¨¢s, tienen un r¨¦gimen de convivencia draconiano: siempre hay un tibur¨®n que es el l¨ªder y por tanto el que primero come y el que elige el lugar para dormitar. Si a alg¨²n tibur¨®n se le ocurre transgredir estas normas, las dentelladas est¨¢n garantizadas. Cuando lleguen los sustitutos de las v¨ªctimas del cicl¨®n caribe?o, los buceadores del Aquarium empezar¨¢n a suministrarles chicharros y verdeles y otras especies hasta que den con el plato que sea de su gusto. Habr¨¢ que hacerlo con cierta celeridad porque un tibur¨®n con hambre es un enemigo a evitar. En el Aquarium recuerdan que los peces luna rechazaban la comida que se les ofrec¨ªa hasta que a alguien se le ocurri¨® darles chipirones vivos. Hoy se los quitan de la mano a los submarinistas. Los buceadores que deber¨¢n ganarse la confianza de los tiburones tendr¨¢n que extremar las precauciones, pues los espec¨ªmenes no est¨¢n acostumbrados a la presencia humana y sus reacciones pueden resultar imprevisibles. Por eso la aproximaci¨®n siempre se har¨¢ por parejas. En el Aquarium se?alan que "habr¨¢ que aprender a traducir sus gestos y a leer sus miradas. Ganarse su confianza no va a ser nada sencillo". Pero primero tienen que llegar a San Sebasti¨¢n.
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