La leyenda del estrafalario
Agassi, el jugador m¨¢s carism¨¢tico del circuito, quiere recuperar el liderato mundial
Nadie es como Agassi. Tiene 28 a?os y ha logrado un carisma que otros jugadores no han conseguido en toda su vida. Agassi es como es. Gusta o no gusta, interesa o no. Resulta estrafalario o es admirado. Pero nadie puede discutir que es un gran tenista y que es el jugador que m¨¢s interesa del circuito profesional masculino. Ahora, un a?o despu¨¦s de que todo el mundo le enterrara -descendi¨® hasta el puesto 140? del mundo en 1997-, ha recuperado un puesto entre los 10 primeros del ATP Tour, ha ganado cuatro torneos y asegura que vuelve a ser el de antes. "En la Copa Grand Slam , empec¨¦ a sentirme bien y a creer que puedo volver a ser el mejor", afirm¨®. Ayer perdi¨® ante Tim Henman, en la final del torneo de Basilea, por 6-4, 6-3, 3-6, 6-4.Fue n¨²mero uno en 1995 y posee s¨®lo tres t¨ªtulos del Grand Slam -Wimbledon, Open de EE UU y Open de Australia-, pero es una leyenda. Vaya a donde vaya causa sensaci¨®n. La caus¨® ya a los seis a?os cuando firm¨® su primer aut¨®grafo tras haber peloteado con el rumano Ilie Nastase en una pista del hotel Tropicana de Las Vegas. Todas las historias que se cuentan sobre su infancia son ciertas. Cuando era a¨²n un beb¨¦, Agassi ten¨ªa una bola de tenis m¨®vil atada a su cuna. Cuando ya pod¨ªa permanecer en una silla, su padre le dio una pala de tenis de mesa para que pegara a una bola suspendida frente a ¨¦l. Y cuando empez¨® a caminar, la pala se convirti¨® en una raqueta. Con tres a?os, Andre peloteaba con su padre. Y a los 13, ingres¨® en la academia de Bollettieri.
A partir de ah¨ª su historia permaneci¨® siempre unida a la marca norteamericana Nike, que dise?¨® en cierta forma su transformaci¨®n. Sus irreverentes equipajes fueron evolucionando con su personalidad. En 1986, cuando se convirti¨® en profesional, Agassi llevaba tejanos lavados a la piedra. Entre 1987 y 1990 sus ropas eran llamativas, de colores brillantes. Utilizaba tejanos cortos con mallas de ciclistas de lycra rosa fluorescente enganchadas. Y sus polos eran como una provocaci¨®n, con colores llamativos: verde chill¨®n, amarillo taxi, naranja mec¨¢nica. Nike convirti¨® a Agassi en el rebelde de la raqueta. Y su largo pelo rubio era como su insignia.
Sin embargo, con el paso de los a?os toda esa estrategia de mercado cambi¨®, de la misma forma que se fueron modificando los h¨¢bitos del jugador. Agassi creci¨®. Gan¨® Wimbledon en 1992 completamente de blanco. Y en 1995 se cort¨® el pelo como resultado de una estrategia de mercadotecnia. "Cuando eso ocurri¨®, su madre comprendi¨® que su ni?o se hab¨ªa convertido en un hombre", manifest¨® su padre Mike, ex boxeador ol¨ªmpico de Ir¨¢n convertido en presentador de espect¨¢culos en Las Vegas.
La victoria en Wimbledon en 1992 tuvo sobre Agassi un efecto m¨¢s eficaz que el que pudiera haber logrado el mejor psic¨®logo. El jugador se volvi¨® mucho m¨¢s reflexivo. Antes se alimentaba de hamburguesas y patatas fritas, y exig¨ªa que le llevaran al hotel hasta cinco v¨ªdeos diarios en ingl¨¦s cuando viajaba a Europa. Ahora es m¨¢s serio. Sus h¨¢bitos han cambiado, pero su carisma sigue intacto. Y nadie quiere que se acabe.
Los ingresos anuales de Agassi superan los 5.000 millones de pesetas. Su actual contrato con Nike asciende a 10.000 millones de pesetas en 10 a?os. S¨®lo en premios lleva ganados m¨¢s de 2.000 millones de pesetas. Y cobra 50 millones de fijo en muchos torneos de los que disputa. Todo eso le permite mantener un jet privado que le cuesta alrededor de 90 millones de pesetas anuales, y ser muy generoso: le regal¨® un Cadillac a su padre, un BMW a su amigo Perry Rogers cuando se gradu¨® como abogado, un Eagle Talon rojo a la hija de Gil Reyes -su guardaespaldas y preparador f¨ªsico- cuando ¨¦sta cumpli¨® 16 a?os. Y lleg¨® a regalarles una casa a Gil Reyes y a su familia.
As¨ª se ha ido llenando su leyenda. Una historia que ha ido adornando con algunos idilios relevantes, como el que le llev¨® a casarse en 1997 con la actriz Brooke Shields. A punto estuvo esa boda de finiquitar su carrera profesional. El a?o pasado, Agassi se prodig¨® m¨¢s en las fiestas de sociedad de Hollywood que en las pistas de tenis. Y s¨®lo un hecho fue capaz de hacerle reaccionar. La hija de su amigo Gil Reyes sufri¨® un grave accidente y tuvo que librar una dura batalla personal para volver a andar. "Si yo trabajara una cuarta parte de lo que trabaja ella, ser¨ªa el n¨²mero uno sin ninguna duda", confes¨® el jugador. Y se puso a caminar.
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