"Cube", un apasionante dilema matem¨¢tico, sorprende en la selecci¨®n oficial del certamen

Cuando comenz¨¢bamos ya a desesperar ante la ausencia de propuestas solistas en la selecci¨®n a concurso, un sorprendente filme canadiense, Cube, del debutante Vincenzo Natali, dilema matem¨¢tico de dif¨ªcil interpretaci¨®n m¨¢s all¨¢ de la rigurosa concreci¨®n de sus im¨¢genes dio, en el mismo paso del ecuador del certamen, una soberana lecci¨®n de c¨®mo hacer avanzar una trama a base de elementos m¨ªnimos, la creaci¨®n de un clima opresivo y un manejo soberano de la organizaci¨®n del espacio. El casi siempre interesante Abel Ferra, en cambio, mordi¨® en hueso con su insatisfactorio New Rose Hotel, un thriller que plantea el viejo tema de la traici¨®n amorosa, que ya hab¨ªa sido mal recibido en el ¨²ltimo festival de Venecia. Complet¨® el programa una desasosegante biograf¨ªa del pintor Francisco Bacon, Love is the devil, de John Maybury, incluida en la secci¨®n Gran Angular.Cube parte de un arranque ins¨®lito, y a ¨¦l se aferra con una l¨®gica implacable, inhabitual en el cine fant¨¢stico contempor¨¢neo. Un grupo de personas, cuyas habilidades est¨¢n por descubrir, son encerradas por alguien en un lugar del cual lo desconocen -lo desconocemos- todo, pero que parece formado por habitaciones c¨²bicas id¨¦nticas, en algunas de las cuales hay trampas mortales, y en cuyos umbrales aparecen extra?as combinaciones de n¨²meros, gigantesco cubo de Rubik dotado, adem¨¢s, de movimiento propio. La uni¨®n de todos los miembros del grupo deber¨¢ proporcionar las claves para ir superando, como si de un v¨ªdeojuego se tratase, las pruebas a que son sometidos. Pero el desconocimiento de la raz¨®n por la cual han sido hechos prisioneros, la identidad de sus captores y hasta el hecho de si hay o no salida hacen virtualmente imposible superar las adversidades.

Con este punto de apoyo, el principiante Natale construye un filme agobiante e intenso, con alguna puntual ca¨ªda en el mal gusto de sangre e intenso, pero con un rigor ins¨®lito y muy de agradecer. Es un filme seco, cortante casi, y muy efectivo; es, desde ya, el m¨¢ximo aspirante a figurar en lo m¨¢s alto del palmar¨¦s.

El primer dilema que propone New Rose Hotel, de Abel Ferra, es el porqu¨¦ de su inclusi¨®n en la selecci¨®n a concurso. Pero pasando por encima de la cuesti¨®n, hay que reconocer que el filme, que cuenta una historia pasablemente interesante, la de dos hombres (Christopher Walken y William Dafoe) que se dedican al tr¨¢fico de cient¨ªficos entre grandes corporaciones (el filme parte de un relato de William Gibson) y que traman el "paso" de un cient¨ªfico japon¨¦s de una empresa a otra, tiene el pulso habitual de Ferrara. Es decir, el inquietante uso de la fragmentaci¨®n del espacio y del montaje ¨¢gil, casi neur¨®tico; pero naufraga miserablemente en un final que nada aporta a la resoluci¨®n de la historia.

El d¨ªa se complet¨® ayer con un filme dif¨ªcil, Love is the devil. Cuenta el filme con un soberbio protagonista -Derek Jacobi, virtual sosias del pintor, am¨¦n de excelente actor-, y algunos momentos brillantes de puesta en escena, pero le falta el pulso para mantener un mismo registro -eso que llamamos estilo-, aunque no le falte rigor a la hora de retratar sin contemplaciones a Bacon y contar una de las historias de amor m¨¢s tremendas que este cronista haya visto.