Activistas "antiguerra" y amigas
Hab¨ªa dos sillas vac¨ªas -"Milosevic acepta algunas condiciones de la OTAN ante la inminencia de un ataque", dec¨ªan los titulares de la ma?ana-. Ni Stasa Zajovitc, representante del movimiento Mujeres de Negro de Serbia, ni Nazlie Bala, su hom¨®loga en Kosovo, pudieron estar presentes ayer en Valencia en el acto convocado por la organizaci¨®n que representan, para hacer un llamamiento m¨¢s a la paz en Kosovo. Problemas con los visados impidieron su presencia, pero no sus palabras, resumidas en el manifiesto firmado el pasado 9 de octubre en la Plaza de la Rep¨²blica de Belgrado: "Confieso mi actividad antiguerra ejercida durante largos a?os, haber pedido el cese de las matanzas y persecuciones (...), haberme opuesto a la pol¨ªtica de represi¨®n, apartheid y guerra hecha por parte del r¨¦gimen serbio en contra de la poblaci¨®n albanesa de Kosovo (...)". Palabras compartidas por tres buenas amigas, compa?eras de lucha en sus respectivos pa¨ªses, que s¨ª acudieron al acto: Edna Yam, jud¨ªa israel¨ª; Arabiya Mansour, palestina israel¨ª, y Corina Kumar, de Mujeres de Negro en la India. "Me trastorna la situaci¨®n que se est¨¢ viviendo en Kosovo, porque me recuerda los largos a?os de conflicto en Israel", se?al¨® Mansour, que no perd¨ªa la sonrisa cuando se dirig¨ªa, en lengua hebrea, a su compa?era Yam, con la que lleva mucho tiempo trabajando por el establecimiento de un estado palestino en Israel, contra la ocupaci¨®n de territorios y por hacer de Jerusalen la capital de los dos estados, dejando de lado las diferencias de raza, cultura o religi¨®n. "Muchas veces se nos mira como traidoras, pero tratamos de crear un lenguaje alternativo al de las armas, para conocernos mejor y mantener un di¨¢logo que evite enfrentamientos futuros", explic¨® Mansour. Yam habl¨® del peligro de los j¨®venes que desde peque?os aprendieron a vivir con un arma bajo el brazo, de lo lejos que qued¨® "la cultura solidaria que parec¨ªa fomentarse tiempo atr¨¢s desde los kibutz" y del peligro de que el permanente conflicto ¨¢rabe-israel¨ª provoque finalmente el estallido de una guerra violenta como en la ex-Yugoslavia. Tanto ellas como Kumar inistieron en la obligaci¨®n de protestar permanentemente contra los criminales de guerra, contra las limpiezas ¨¦tnicas y las violaciones de los derechos humanos. Y especialmente ahora contra la pol¨ªtica de "marginaci¨®n, exclusi¨®n y persecuci¨®n" que ejerce el r¨¦gimen de Milosevic sobre la poblaci¨®n albanesa de Kosovo, sometida a una fuerte presi¨®n desde la abolici¨®n de la autonom¨ªa, en 1989. "Quiero que sigamos tejiendo nuestras redes de desobediencia a todos los militares y guardianes de las fronteras; la amistad y la ternura nos salvar¨¢n de ellos", dec¨ªa Stasa Zajovic hace dos a?os con ocasi¨®n del encuentro internacional de mujeres celebrado en Zagreb (Croacia). Precisamente fue Zajovic quien, convencida de que la pol¨ªtica feminista contra la guerra supon¨ªa organizar a las mujeres y hacer visible su resistencia, fund¨® hace ahora siete a?os, el movimiento Mujeres de Negro, un color oscuro para denunciar cualquier gesto de violencia.
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