No archivable

Se hab¨ªan consumido los dos bises de rigor, las luces se hab¨ªan encendido y la m¨²sica enlatada invitaba a salir del local. Pero la inaccesible masa rosendiana se puso contumaz y durante un largo cuarto de hora dio la brasa hasta que el carabanchelero asom¨® su figura de nuevo. Con este hecho de escasos precedentes, suponemos que Rosendo habr¨¢ disipado ese horror al archivo. Nos explicaremos: el guitarrista de la larga melena no oculta que teme su olvido en su caj¨®n cada vez que se le rinde homenaje en forma de libro biogr¨¢fico o, como recientemente, disco de tributo. Es evidente que la fidelidad seguidora no va a permitir jubilaciones anticipadas. En A tientas y barrancas, la entrega discogr¨¢fica que ven¨ªa a presentar a su Madrid, Rosendo se enreda de nuevo con estos textos de birlibirloque y agudiza el sentido guitarrero. Iincluso ha renovado el modelo de instrumento despu¨¦s de a?os tocando aquel otro tipo que, entre otros, sacaba partido el desaparecido Rory Gallagher, figura omnipresente en la formaci¨®n del Rosendo adolescente.

El concierto, por incordiar un poquito, pec¨® de cierto estatismo en el escenario. Hasta que la muy lograda Flojos de pantal¨®n contagi¨® a los m¨²sicos la efusi¨®n juvenil y se cruzaron algunas carreras por las tablas. Por otro lado, hay que ver qu¨¦ bien se conservan las canciones procedentes del ¨¢lbum Loco por incordiar 13 a?os despu¨¦s de su publicaci¨®n.

Rosendo ha cambiado la le?odependencia por la aclamaci¨®n hacia su propia m¨²sica, un m¨¦rito extraordinario para quien recuerde lo que sufri¨® el personaje en las primeras temporadas con su propio nombre al frente. Solamente el acento macarra de La Fina guarda plaza en el actual repertorio. La pe?a hubiera querido marcha toda la noche, pero desde aqu¨ª podemos consolarla en parte anticipando que dentro de pocos meses el muy solicitado Rosendo grabar¨¢ un nuevo disco en directo.