La resistencia de los paramilitares a entregar las armas ensombrece el camino hacia la paz
En medio de la euforia norirlandesa tras la concesi¨®n del Nobel de la Paz a John Hume y David Trimble, el general John de Chastelain, jefe de la comisi¨®n de desarme prevista en los acuerdos de paz, aguardaba ayer respuesta a la carta que ha enviado a todas las organizaciones de paramilitares protestantes y cat¨®licos del Ulster. Se trata de un formulario con nueve preguntas concretas. El documento constituye una invitaci¨®n a estudiar mecanismos para eliminar la amenaza de las armas en las calles del Ulster y, al parecer, ya ha sido contestado por al menos tres organizaciones.
De Chastelain, un veterano militar canadiense que preside el cuerpo internacional, formado adem¨¢s por personal norteamericano y finland¨¦s, no quiso revelar datos ni suposiciones. Pero hace dos d¨ªas estaba evidentemente optimista. "Hay que esperar y ver", dijo con cautela, pero sin atisbo de alarma o preocupaci¨®n ante recientes declaraciones del Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s (IRA) de que no piensa entregar sus armas mientras permanezca intacta "la presencia brit¨¢nica". A ese desaf¨ªo se acaba de sumar otra declaraci¨®n igualmente hostil de parte de las llamadas Fuerzas de Voluntarios del Ulster (UVF), una de las m¨¢s activas organizaciones paramilitares protestantes.
En teor¨ªa, la renuencia del IRA y de las UVF pone en grave peligro cualquier avance pol¨ªtico hacia la constituci¨®n del nuevo Gobierno auton¨®mico del Ulster. Seg¨²n el acuerdo de paz logrado la primavera pasada, el plazo para ese paso vence el 31 de octubre. Pero en medios pol¨ªticos bien informados existe consenso en torno a que una declaraci¨®n de De Chastelaine puede poner fin al impasse.
Seg¨²n esas fuentes, el Partido Unionista del Ulster (UUP), que dirige Trimble, presidente de la asamblea legislativa y cabeza del futuro gobierno, aceptar¨ªa como "satisfactoria" una declaraci¨®n de la comisi¨®n de desarme, en el sentido de que se est¨¢n "realizando avances" para desarmar al IRA.
Esto, por supuesto, est¨¢ por verse. En fuentes republicanas se insiste en que el IRA no va a dar su brazo a torcer en cuanto a entrega de armas se refiere, ya que ello implicar¨ªa una inaceptable rendici¨®n ante el Gobierno de Londres y un acto de imprudencia frente a la superioridad militar del enemigo, el Ej¨¦rcito brit¨¢nico, los polic¨ªas del Royal Ulster Constabulary (RUC) y los paramilitares lealistas.
De parte del Comando Militar del IRA, existe, sin embargo, cierta voluntad para explorar otras avenidas, aseguran medios pol¨ªticos generalmente bien informados.
Seg¨²n esas fuentes, el IRA est¨¢ considerando propuestas efectuadas por De Chastelain y ¨¦stas van desde la creaci¨®n de equipos de inspectores hasta posibles medios para destruir las armas ofensivas, principalmente los dep¨®sitos de Semtex en manos del Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s. Seg¨²n c¨¢lculos extraoficiales, el IRA posee 136 toneladas de armamentos, que incluyen al menos nueve misiles aire-tierra tipo SAM-7B, casi 600 fusiles de asalto AK-47, cerca de 50 ametralladoras pesadas, 50 subametralladoras, 11 lanzagranadas, am¨¦n de casi medio millar de rev¨®lveres y pistolas.
M¨¢s de un mill¨®n de proyectiles
Para todas estas armas existe un parque de mill¨®n y medio de proyectiles. En el campo lealista, los c¨¢lculos indican una posici¨®n bastante m¨¢s modesta con un centenar de fusiles, 80 subametralladoras, 670 rev¨®lveres y pistolas, 20 lanzagranadas, 185 granadas, entre otras armas caseras, escopetas de caza y un lote no cuantificado de explosivos de manufactura dom¨¦stica, a base de fertilizantes. La tenaz oposici¨®n republicana a entregar sus armas es un obst¨¢culo quc la comisi¨®n de De Chastelaine considera supuestamente superable, si se llega a un acuerdo mediante el cual el Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s acepte una inspecci¨®n e inventario de sus existencias de material, que ser¨ªa peri¨®dicamente sometido a revisi¨®n para certificar que ninguna de sus armas ha sido utilizada desde el alto el fuego decretado el a?o pasado.
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