La ley no obliga a los buques a tener ning¨²n tipo de seguro
La legislaci¨®n indica que las naves deben pasar una revisi¨®n a fondo cada cuatro a?os
La ley no obliga a los barcos -cualquiera que sea su tama?o, ruta o actividad- a tener seguro alguno. En la pr¨¢ctica, los buques de la Marina Mercante suelen estar asegurados para cubrir sus responsabilidades civiles, de carga y de pasaje, pero nadie les obliga. Lo que sucede en los barcos que transportan pasajeros es que el t¨ªtulo de transporte, el billete, lleva aparejado el seguro obligatorio de pasajeros. Lo mismo sucede con el billete del metro, de tren o de avi¨®n.
A una persona lega en seguros, acostumbrada a que todo veh¨ªculo a motor, por peque?o que sea, le corresponda como m¨ªnimo un seguro a terceros, le sorprende que en el proceloso mundo de la mar la exigencia de la ley en este campo sea nula. Nadie, ni el propietario de una peque?a lancha Zodiac ni el armador de un superpetrolero de medio mill¨®n de toneladas de desplazamiento tiene obligaci¨®n de asegurar nada. Y es que a las actividades mar¨ªtimas no les afecta la Ley de Contratos de Seguros de 1995, sino el C¨®digo de Comercio, que, con las correspondientes modificaciones, data de 1885. Ramiro G¨®mez, responsable del departamento de transportes en Catalu?a de Mapfre y capit¨¢n de la Marina Mercante, afirma: "En Espa?a no hay cultura de seguros mar¨ªtimos. Ni unos profesionales como los pescadores suelen tener aseguradas sus embarcaciones. S¨®lo si les obliga la entidad financiera que les da la hipoteca aseguran su medio de vida". Xavier Mart¨ªnez Vidal, letrado de la asesor¨ªa jur¨ªdica de Mapfre, a?ade: "La cosa empieza a cambiar. Los pescadores j¨®venes tienen otra mentalidad y ya recurren al seguro, pero s¨®lo buscan protecci¨®n para los da?os propios. Se piensa poco en el da?o a terceros".
Para otorgar una p¨®liza a un barco, la aseguradora pide al armador que cumpla con todos los prolijos requisitos que le se?ala la ley y tenga todos los certificados para poder hacerse a la mar. Una vez aceptado el contrato ya no hay m¨¢s revisiones. "Se revisa toda la documentaci¨®n cuando hay alg¨²n siniestro", precisa Ramiro G¨®mez.
En casos excepcionales, cuando la aseguradora sospecha que el titular de una p¨®liza le quiere enga?ar con alg¨²n fraude, se le somete a investigaci¨®n por parte de detectives externos. S¨®lo en estos casos la aseguradora vuelve a controlar la nave. En condiciones normales, de las revisiones y del buen estado de la embarcaci¨®n se encarga la correspondiente Capitan¨ªa Mar¨ªtima.
Todos los barcos, sea cual sea su tama?o y su actividad, est¨¢n obligados por ley a pasar una revisi¨®n anual en h¨²medo, dicen los marinos cuando quieren decir que la revisi¨®n se realiza con la nave en el agua; otra se pasa cada dos a?os en seco, fuera del agua, y otra a los cuatro a?os a fondo. "Se pretende que cada ciclo de cuatro a?os la nave haya pasado por una revisi¨®n de todos sus ¨®rganos vitales", precisa Germ¨¢n de Melo, decano de la Facultad de N¨¢utica de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalunya.
Cualquier medida de protecci¨®n que se tome en un medio hostil como es el mar, aunque sea el pac¨ªfico Mediterr¨¢neo, es poca. "El 80% de los accidentes mar¨ªtimos se producen por causas humanas", sostiene De Melo, adem¨¢s capit¨¢n de la Marina Mercante. Lo cual quiere decir que la Administraci¨®n y la sociedad tienen que ser mucho m¨¢s previsoras que en otros sectores.
Hizo falta que el 4 de julio de un ya lejano 1978 un cami¨®n-cuba cargado con 23.000 kilos de propileno explotara cuando circulaba por la carretera N-II a la altura del camping Els Alfacs, en Sant Carles de la R¨¤pita (Tarragona), calcinando a 215 personas para que la Administraci¨®n legislara sobre el transporte de materias peligrosas e inflamables. Hizo falta en el todav¨ªa m¨¢s lejano abril de 1912 que el m¨ªtico Titanic, la joya de la tecnolog¨ªa marina de la ¨¦poca, se hundiera en su primer viaje ahogando a m¨¢s de 1.500 personas para que se obligara a partir de entonces a que todos lo pasajeros embarcados tuvieran chaleco salvavidas y plaza en los botes de salvamento.
Las expertos marinos sostienen que la tragedia de los 20 jubilados franceses en el lago de Banyoles provocar¨¢ cambios en las leyes del transporte mar¨ªtimo y endurecer¨¢ las condiciones de construcci¨®n y seguridad de los barcos recreativos.
Por de pronto, ayuntamientos como el de Tarragona, a la vista de lo sucedido en Banyoles, donde la juez del caso ha declarado responsable civil subsidiario a la alcald¨ªa de la localidad, ha iniciado la revisi¨®n de todo su sistema de seguros de responsabilidad civil para asegurarse si puede hacer frente al pago de indemnizaciones en caso de tragedia. Adem¨¢s, municipios de la Costa Brava anuncian que pedir¨¢n a la Capitan¨ªa Mar¨ªtima mayores controles sobre los barcos de recreo tur¨ªsticos.
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