Anne Geddes rompe con sus fotos la imagen t¨®pica de los beb¨¦s
La artista australiana presenta en Espa?a su libro "Hasta hoy", que incluye 113 im¨¢genes
Anne Geddes (Queensland, Australia, 1956) odiaba las t¨ªpicas im¨¢genes de beb¨¦s vestidos de domingo en escenarios artificiales. La fot¨®grafa empez¨® hace 10 a?os a retratar ni?os reci¨¦n nacidos "tratando de mostrar una imagen m¨¢s real de su personalidad". Su ¨²ltimo trabajo, Hasta hoy (Ediciones B), es una retrospectiva de 113 fotos, entre las que abundan las tomas de beb¨¦s desde cuatro semanas hasta seis meses. "La t¨¦cnica se experimenta antes de las tomas. Todo est¨¢ preparado para cuando los beb¨¦s llegan al estudio", dice.
"Las sesiones con los beb¨¦s mayores no duran m¨¢s de veinte minutos, porque es muy dif¨ªcil mantener su atenci¨®n mucho m¨¢s tiempo", cuenta la fot¨®grafa, que pas¨® durante una fugaz visita por Madrid para presentar su nuevo libro. Geddes recibe en su estudio de Auckland (Nueva Zelanda), cada semana, cientos de cartas y fotograf¨ªas de ni?os. Normalmente no trabaja con los de ocho o 10 meses, porque su movilidad es demasiado grande y no hay manera de mantenerlos quietos frente a la c¨¢mara. Su objetivo es buscar ni?os tranquilos. "La selecci¨®n la realizo dej¨¢ndolos solos en una alfombra durante cinco minutos; si cuando vuelvo siguen all¨ª mirando al techo, me los quedo", comenta la autora.
Geddes es madre de dos ni?as, pero no cree que la maternidad haya influido en su trabajo. "De no haber tenido hijos hubiera hecho lo mismo, pero el hecho de tenerlos me ha ayudado, sobre todo en el trato con los padres. Los padres suelen estar en el estudio durante las sesiones y suelen ser buenos colaboradores". Una de las fotograf¨ªas m¨¢s complicadas de las que aparecen en el ¨¢lbum Hasta hoy, en la que se ve a 160 beb¨¦s metidos en otras tantas macetas, hubiera sido imposible sin la colaboraci¨®n de sus progenitores. "Primero se declar¨® una epidemia de sarampi¨®n en Auckland que nos impidi¨® trabajar durante un tiempo", recuerda la fot¨®grafa. "Cuando por fin quedamos en el estudio, cada padre se coloc¨® junto a la maceta de su beb¨¦ y todos los beb¨¦s fueron colocados en su interior al mismo tiempo. La mayor parte est¨¢n mirando a sus padres en la toma, pero lo peor es que cuando uno empez¨® a llorar, todos le siguieron. Muy pocos repararon en los globos que agitaba mi ayudante para llamar su atenci¨®n".
Detr¨¢s de la escena, todo es diferente. Hay que fijarse mucho en la fotograf¨ªa titulada Neil y Tommy, un beb¨¦ de cinco d¨ªas, para distinguir el chorrito que corre por el brazo de Neil. "Tienen fugas", agrega muy sonriente la autora de la foto.
Una dificultad a?adida en su trabajo suele ser la construcci¨®n de escenarios o la b¨²squeda de materiales, que en algunos casos pueden suponer hasta la compra de 120 kilos de guisantes o la b¨²squeda de madrugada en el mercado de un par de sand¨ªas de dimensiones suficientes como para albergar en la c¨¢scara a un beb¨¦ de pocos d¨ªas.
Montajes
En contra de lo que parece tras observar algunas de sus fotograf¨ªas, Geddes utiliza el ordenador y los montajes mucho menos de lo que parece. "Es obvio que algunas de mis composiciones son montajes. ?D¨®nde encontrar una flor tan grande como para que quepa un ni?o en ella?", dice la autora. "En general, no me gustan los montajes, es como enga?ar a la gente dando una imagen que no es verdadera". Su trabajo anterior, El jard¨ªn encantado, lleva ya 11 reimpresiones y fue el libro m¨¢s regalado en Estados Unidos en 1966. Una buena parte de su trabajo se vende en calendarios o en postales en m¨¢s de 50 pa¨ªses. Geddes, una rubia de pelo ensortijado y de facciones renacentistas, achaca el ¨¦xito de su trabajo a que "los beb¨¦s hablan un lenguaje universal y son un v¨ªnculo com¨²n entre la humanidad".
Geddes considera Hasta hoy como un trabajo de transici¨®n. Cuando acabe la promoci¨®n del libro que la est¨¢ llevando por media Europa, la fot¨®grafa volver¨¢ a dedicar todo su tiempo a los ni?os. "Ahora trabajo en una cosa m¨¢s sencilla, realizada ¨ªntegramente en blanco y negro, aunque no quiero decir que se trate de un trabajo f¨¢cil. Creo que lo m¨¢s dif¨ªcil es hacer algo que parezca sencillo".
Despu¨¦s de haberle dedicado tantos a?os al mundo de los ni?os, Geddes espera haber contribuido a que la fotograf¨ªa infantil sea considerada como una especialidad. "Cuando empec¨¦ a presentarme a los concursos, nadie parec¨ªa dar importancia a mis fotos, no las consideraban importantes. Ahora estoy orgullosa de poder decir que mis fotos ocupan el lugar que se merecen y se les da la importancia debida".
Babelia
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