La Fiscal¨ªa brit¨¢nica colabora con Garz¨®n en la solicitud de extradici¨®n del ex dictador

Dos juristas brit¨¢nicos enviados por la fiscal¨ªa brit¨¢nica asesoran al magistrado Baltasar Garz¨®n en la preparaci¨®n de la documentaci¨®n pertinente para solicitar la extradici¨®n del general Augusto Pinochet, seg¨²n informaron ayer fuentes del Gobierno espa?ol. Ambos juristas son expertos en la materia y han viajado a Madrid a fin de que la petici¨®n que en su momento pueda cursar el magistrado espa?ol sea acorde a la legislaci¨®n brit¨¢nica. El Ministerio P¨²blico brit¨¢nico se prepara tambi¨¦n para formular acusaciones contra el exdictador.

Las mismas fuentes consultadas indicaron que la fiscal¨ªa brit¨¢nica formular¨¢ acusaciones contra el general chileno por terrorismo y tortura si el magistrado de Londres que lleva su caso acepta la petici¨®n de h¨¢beas corpus presentada por los abogados del general. La detenci¨®n en Londres del exdictador chileno Augusto Pinochet adopt¨® ayer una acentuada vertiente pol¨ªtica al saltar a la palestra la exprimera ministra conservadora Margaret Thatcher para reclamar la inmediata libertad del general, al que present¨® como un buen amigo del Reino Unido. Su petici¨®n fue secundada por el arzobispo de Canterbury, George Carey, quien adem¨¢s arguy¨® razones humanitarias. La defensa del senador, muy gratificada con estas demandas, acudi¨® a los tribunales para exigir la libertad de su patrocinado.

La petici¨®n de Thatcher fue al instante objeto de cr¨ªticas y apoyos. Los parlamentarios laboristas lamentaron ese intento de politizar el caso y hasta en el propio Partido Conservador hubo destacados dirigentes que se negaron a pronunciarse sobre la carta, en lo que es una cr¨ªtica impl¨ªtica a la antigua l¨ªder.

Entre quienes la apoyaron destac¨® extraordinariamente el jefe de la iglesia anglicana, el arzobispo de Canterbury, quien invit¨® al Gobierno a prestar atenci¨®n a los argumentos de Thatcher, adem¨¢s de a tener en cuenta "los aspectos morales y espirituales" del caso, en particular la edad, 82 a?os, y la salud del senador.

El Gobierno brit¨¢nico trata a toda costa de evitar la politizaci¨®n de la detenci¨®n de Pinochet y ayer le toc¨® el turno de defender esa postura al ministro de Asuntos Exteriores, Robin Cook, quien desde Bucarest insisti¨® en que se trata de un proceso estrictamente judicial en el que no se debe intervenir con presiones pol¨ªticas y diplom¨¢ticas.

La defensa de Pinochet, mientras, present¨® ayer un recurso ante la High Court reclamando la libertad del senador, cuya detenci¨®n en la medianoche del pasado viernes calific¨® de "completamente ilegal" por violar la inmunidad de que presuntamente goza el detenido. al haber entrado el pasado 21 de septiembre en el Reino Unido con un pasaporte diplom¨¢tico. El Gobierno brit¨¢nico no considera que exista tal inmunidad dado que Pinochet no est¨¢ acreditado para ninguna funci¨®n en el Reino Unido.

El juez brit¨¢nico que orden¨® la detenci¨®n del exdictador chileno emiti¨® ayer un auto en el que subsanaba un defecto existente en la orden de detenci¨®n de Pinochet, ya que se refer¨ªa a uno de los desaparecidos, -Edgardo Henr¨ªquez, secuestrado en 1976 en Buenos Aires y visto por ¨²ltima vez en el centro de torturas de Villa Grimaldi-, como "asesinado". En el mismo auto el juez brit¨¢nico acusa al senador chileno de cinco delitos: secuestro, asesinato, conspiraci¨®n para el asesinato, tortura y conspiraci¨®n para la tortura.

Examen de los recursos

Fuentes judiciales se?alaron que el pr¨®ximo lunes un tribunal superior examinar¨¢ todos los recursos interpuestos por las partes sobre la detenci¨®n. En el hospital en el que el senador vitalicio convalece de una operaci¨®n de hernia discal, con sus tres puertas custodiadas d¨ªa y noche por bobbies, se forman por las tardes grupos de curiosos que reclaman cuanto antes la presencia de Garz¨®n en el Reino Unido. Son chilenos que viven en Londres y que aborrecen al general.

Otro chileno, en cambio, hace sus mejores esfuerzos para convencer al Gobierno brit¨¢nico de que Pinochet debe gozar de inmunidad. Es el diplom¨¢tico Santiago Benadava, quien ayer volvi¨® a visitar el Foreign Office para discutir la situaci¨®n con expertos jur¨ªdicos del departamento. Anoche no hab¨ªa noticias de que hubiera logrado convencerles.