La ¨²ltima transici¨®n gitana
Valencia "O cambiamos o nos vamos a dormir para siempre", dice el t¨ªo (hombre de respeto) Juan Roige, vicepresidente de la Federaci¨®n de Asociaciones Gitanas de la Comunidad Valenciana (FAGA) y peso pesado en el asociacionismo gitano. Esta reflexi¨®n ha tardado m¨¢s de mil a?os en hacerse. Se han necesitado diversos triunfos y fracasos para llegar a ella. El nacimiento del asociacionismo gitano fue uno de los mayores aciertos. El estancamiento de gran parte de ¨¦ste y, con ¨¦l, del pueblo mismo que representa, es la esterilidad que necesitan superar ahora. Los gitanos de clase media han vuelto los ojos hacia la Universidad para asegurar el futuro de sus hijos, debido a la precaria situaci¨®n actual de la venta ambulante, hasta ahora su principal oficio. La comprobaci¨®n de que j¨®venes que han pasado por la Universidad siguen manteniendo su cultura ¨¦tnica, aumenta las expectativas. Ya en el a?o 1460 hay pruebas documentales que reflejan la presencia gitana en Castell¨®n, emigrada desde la India a a partir del siglo IX. La incipiente fascinaci¨®n paya hacia estos viajeros se fue conviritiendo en persecuci¨®n y recelo. Hoy residen en la Comunidad Valenciana unos 50.000 cal¨®s en un total de 180 localidades. S¨®lo ocho municipios superan los 1.000 habitantes gitanos. Pero la concentraci¨®n ha favorecido las tensiones. Desde la transici¨®n democr¨¢tica en Espa?a, los pol¨ªticos empujan el traslado de cal¨®s chabolistas hacia los macro-bloques de vivendas sociales. El resultado fue el nacimiento de los barrios-gueto, concretados en Almassora, las Mil Viviendas de Alicante o La Coma en Paterna. Durante los a?os setenta surge tambi¨¦n la clase media m¨¢s favorecida, que se vuelca en la venta en mercadillos, opci¨®n comercial entonces floreciente. Se agrupan en barrios como Ciudad Fallera en Valencia, y localidades como Calp, Santa Pola o Vinar¨°s. Sobre este estrato se mantiene la tradici¨®n, "pero no el idioma roman¨®", indica el vicesecretario de la federaci¨®n asociativa Uni¨®n Roman¨ª, Ximo L. Bustamante, "que en otros pa¨ªses s¨ª se conserv¨®". De este segmento nace b¨¢sicamente el asociacionismo, instrumento interlocutor frente a la Administraci¨®n para buscar la mejora social, que dejar¨¢ la tutela de la iglesia por la direcci¨®n civil gitana. La FAGA re¨²ne hoy a 21 asociaciones en Valencia, 10 en Alicante y tres en Castell¨®n. En su origen, lejos de la atomizaci¨®n de hoy, el "movimiento gitano" caminaba unido en la reivindicaci¨®n. Con la creaci¨®n del Decreto de Desarrollo del Pueblo Gitano, se establece en los ochenta la concesi¨®n de subvenciones a las asociaciones. La colaboraci¨®n incluso se concreta en un censo sobre la poblaci¨®n gitana de Valencia del a?o 1985 para la Consejer¨ªa de Trabajo y Seguridad Social, iniciativa que, todo indica que involuntariamente, vulnera el esp¨ªritu de la Constituci¨®n en la no discriminaci¨®n de razas. Y con el respiro del dinero p¨²blico se origin¨® un laberinto que ha ido oscureciendo la labor de un buen n¨²mero de agrupaciones. Seg¨²n Juan Roige, "durante el Gobierno socialista se produjo la compraventa de la mayor parte del movimiento, y vivimos con las consecuencias de este trueque". Las asociaciones se convirtieron en puestos de trabajo, y muchos dirigentes mantuvieron cerca a su linaje en vez de abrirse al concepto de pueblo. "Hicimos muchas cosas, pero no vinculamos a la comunidad gitana, no creamos nuevos l¨ªderes. En esto fallamos, yo el primero." Para el t¨ªo Paco Hern¨¢ndez, un hist¨®rico del movimiento, "el c¨ªrculo se cierra con la asunci¨®n asociativa de que las subvenciones implican la pleites¨ªa hacia la Administraci¨®n, algo que desde luego la beneficia". Este a?o, la subvenci¨®n de la FAGA se ha concentrado en 43 millones de pesetas provenientes de la Generalitat y 35 del Ministerio de Trabajo (cada asociaci¨®n recibe otras aparte). Los fondos se utilizan, entre otros programas, en talleres de inserci¨®n sociolaboral, "demasiado cortos para tener rendibilidad profesional", indica Hern¨¢ndez. Manuel Bustamante, gitano y coordinador de minor¨ªas ¨¦tnicas de la Consejer¨ªa de Bienestar Social, indica que la disposici¨®n del Gobierno valenciano se basa sobre todo en la erradicaci¨®n del chabolismo, la formaci¨®n educativa y laboral, y "en escuchar atentamente los gitanos." Para aclarar la voz, la FAGA propone un plan integral de desarrollo con presupuestos propios para el colectivo rom (gitano en roman¨®) Pero en opini¨®n de Jos¨¦ Cabanes, autor de un informe sobre el pueblo gitano en la Comunidad encargado por la Administraci¨®n valenciana en el que han colaborado casi cien personas, la soluci¨®n pasar¨ªa por "una vinculaci¨®n de los j¨®venes gitanos universitarios con el movimiento asociativo". Esto, junto con el final de la concentraci¨®n en barrios, el fomento real de la integraci¨®n laboral y la discriminaci¨®n positiva por parte del poder pol¨ªtico, posibilitar¨ªa seg¨²n Cabanes un nuevo comienzo. Puede que el definitivo para un pueblo experto en renacimientos.
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