Dos chavales

Chano Lobato tiene 71 a?os -"que en el peri¨®dico me han puesto uno de m¨¢s, s¨®lo tengo 71", dijo-, y Compay Segundo 91. Oyendo la entereza de sus voces, vi¨¦ndoles estar en escena, su expresividad y su espl¨¦ndida alegr¨ªa de vivir, parecen dos chavales que han hecho novillos para correrse una farra juntos. Yo pensaba, oy¨¦ndoles, ahora que se habla tanto de los "j¨®venes flamencos", que la mayor¨ªa de ¨¦stos son viejos al lado de Chano y Compay, quienes con su actitud ante la vida nos dan una permanente y optimista lecci¨®n.Y sin embargo Chano Lobato se puso muy serio en el recital que hizo en solitario en una parte del programa. Con la guitarra acompa?ante de Juan Habichuela, 65 a?os, otro parvulillo. Tangos, soleares, alegr¨ªas, malague?a y buler¨ªas. O¨ªrles fue una delicia, como siempre. No hay lugar para la decepci¨®n, ni siquiera para la sorpresa. Son dos flamencos de oro de ley, que se entienden de maravilla porque tienen el mismo concepto de lo jondo, comparten su arte excepcional y ellos son los primeros en disfrutarlo.

Despu¨¦s, Compay Segundo y su excelente tr¨ªo de ritmo nos inundaron con los sones de Cuba y alrededores. Sale bailando y respira alegr¨ªa por su breve cuerpo. "Hace cinco a?os vine ac¨¢ a Espa?a, y dec¨ªan que ser¨ªa mi ¨²ltimo viaje. Aqu¨ª estoy, con 91, ?y muy feliz!" Tiene una voz incre¨ªble, un rostro que habla de puro vivaz y expresivo que es, un buen humor permanente. Explica con palabras precisas cada tema que hacen; porque hay que distinguir entre el bolero a secas, el bolero mambo y el bolero son: "F¨ªjense, yo les explico todo..." Hasta se acordaron del famoso Doctor Asuero, cuyo retrato es uno de los que aparecen en el friso de celebridades m¨¦dicas del anfiteatro, y su historia del trig¨¦mino en una divertid¨ªsima canci¨®n.

Al final, todos juntos y casi revueltos en un tema americano con mucha marcha, al que Chano Lobato se integr¨® con esa camale¨®nica capacidad suya para adaptarse a cualquier cosa que tenga m¨²sica. Una gozada.