De c¨®mo "hacer pa¨ªs" a ritmo de m¨²sica "tecno"
S¨ª, incluso los Octubre se han rendido al tecno, un estilo al que no hay vaca sagrada que se resista. Los tradicionales recitales de folk o de "rock catal¨¤" han sido sustituidos este a?o por una burbujeante rave. Tuvo lugar en la discoteca valenciana Venial el pasado s¨¢bado, despu¨¦s de la cena de gala para invitados en el Alameda Palace. Era el ¨²ltimo acto de una semana agotadora, pensado en principio para suavizar la densidad ideol¨®gica y cultural de pasadas conferencias y mesas redondas. Aunque no del todo. De hecho, la esencia de la fiesta, llamada House a la Mediterr¨¤nia, era un eufemismo para referir el concepto intangible de "Pa?sos Catalans". La presencia de tres disc-jockeys m¨¢s que recomendables, Hal 9.000, Kosmos y Angelito, provenientes respectivamente de Valencia, Barcelona y Mallorca, defin¨ªa la volutad de agrupar y relacionar estrechamente las tres ciudades, as¨ª como los territorios que las enmarcan. "Hemos querido hacer pa¨ªs a trav¨¦s del hedonismo", dice Emili Pay¨¢, de la coordinadora de los Octubre, "para cocinar una paella l¨²dica y cultural conjunta". Como met¨¢fora molt valenciana, la sala estaba decorada con paellas pintadas y con dibujos muy estilizados en la l¨ªnea del ilustrador Jason Brooks, conocido por dise?ar la publicidad del superclub gay londinense Pushca. Lo m¨¢s llamativo de la noche fue la contraposici¨®n de gentes. Los j¨®venes congresistas de los Premis daban saltos al lado de los invitados de la cena, que en general, estaban bastante alucinados con el house sideral que arrasaba la pista. Uno de los m¨¢s carism¨¢ticos, el presentador Xavier Grasset, del programa Sense T¨ªtol de TV3, se mostr¨® exultante: "ya tocaba que los Octubre difundieran el tecno, porque es lo que se est¨¢ haciendo en toda Europa, y no veo mucho sentido en caminar aparte". Lo que m¨¢s sorprendi¨® a ¨¦l y a todos es que el editor Eliseu Climent, organizador de los Premis, abriera su mente a los modernos y enervantes sonidos de las discotecas. "En realidad", dice Emili Pay¨¢, "a Eliseu lo que le interesa del tecno es su esp¨ªritu de rebeld¨ªa, de ir contra lo abusivamente establecido, que ¨¦l relaciona con el de la generaci¨®n del 68". De entre las m¨¢s de mil personas asistentes a la fiesta, alrededor de 400 estaban vinculados a los Premis de uno u otro modo. El resto era la jungla de asistentes habituales a Venial, sala especialmente orientada hacia p¨²blico homosexual. As¨ª, al lado de las corbatas y trajes largos de lquienes hab¨ªan cenado en el Alameda, se encontraban unas drag queens bastante petardas, un tipo con una serpiente colgando del cuello, gays militantes vestidos con camisetas estilo Ej¨¦rcito Espa?ol, muchos periodistas, clubbers diversos, un go-go con una capa que imitaba el s¨ªmbolo del rat penat y el dise?ador Francis Montesinos, que pasaba por all¨ª. Sorprendentemente, parec¨ªa que cada cual sab¨ªa su lugar a ocupar en el zoo, de tal suerte que al final las especies se adaptaron. Los organizadores han debido sobrellevar las reticencias a la rave que ¨¦sta, con su anuncio, hab¨ªa despertado en algunos ambientes nacionalistas. Seg¨²n Pay¨¢, "hab¨ªa gente que dec¨ªa que era absurdo programar tecno porque no tiene letra y, claro, en consecuencia, no difunde el catal¨¢n. No me parece una reflexi¨®n muy seria, la verdad". A juzgar por las caras chispeantes que mostraban los congresistas en la fiesta, a ellos tampoco.
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