El m¨²sculo sin palabras

Tras una in¨²til clase de geograf¨ªa y con pedante didactismo por parte de un orador, comenz¨® el magn¨ªfico espect¨¢culo de estos extraordinarios artistas interdisciplinares, capaces de dar mucho de s¨ª sin abrir la boca. El teatro-danza no es lo mismo que la danza-teatro. La distinci¨®n pasa por conceptos y maneras esc¨¦nicas donde de un lado est¨¢ la base actoral y del otro la formaci¨®n o al menos el riguroso entrenamiento danz¨ªstico que permite a los actores entregarse a una manifestaci¨®n esc¨¦nica sin la aparici¨®n del texto.Silencio... es mucho m¨¢s que expresi¨®n corporal, es verdadero teatro-danza de una enorme complejidad pl¨¢stica y alta intenci¨®n en aquello que llamamos la l¨ªnea argumental interior. Taufer estructura cinco escenas donde la tensi¨®n del m¨²sculo debe ser di¨¢logo y forma a la vez, consiguiendo un raro equilibrio y un cuadro pl¨¢stico emocionante. La mejor escena sin duda alguna sucede cuando de una caja de m¨²sica emerge la figura de una bailarina en un florido tut¨² blanco que es como un respiro, como aire fresco en medio de las tinieblas. La idea es brillante y resume el tormento interior que quiz¨¢ es el mismo que alentaba al doctor Coppelius del cuento de Hoffmann.

La compa?¨ªa Mladinsko posee adem¨¢s un elevado nivel t¨¦cnico que juega con los elementos de fantas¨ªa propios del teatro negro llev¨¢ndolos a una cota de surrealidad que se fusiona con el brutalismo y con la herencia experimental que vino hace d¨¦cadas desde el Este (Kantor, Grotowski), un teatro expresivo, fuertemente marcado por el baile neoexpresionista y la intenci¨®n de un arte total y tan serio como profundo.