Asesinado en una c¨¢rcel de alta seguridad un "capo" colombiano de la droga

Elmer Pacho Herrera, tercer hombre en la jerarqu¨ªa del cartel de Cali, fue asesinado ayer en la c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad de Palmira, en la provincia colombiana del Valle. Un hombre que se hizo pasar por abogado burl¨® los controles y entr¨® armado a la cancha de f¨²tbol del penal. Se acerc¨® a Herrera -gran aficionado al balompie-, fingi¨® un abrazo y le dispar¨® siete veces a la cabeza.

El asesino fue desarmado y golpeado por los otros presos que se encontraban en el lugar. Algunos testigos presenciales aseguraron despu¨¦s que el asesino de Elmer Pacho Herrera estaba embriagado.Una de las teor¨ªas que cobr¨® m¨¢s cuerpo ayer fue que el crimen en la prisi¨®n de m¨¢xima seguridad fue una venganza entre las mafias que se disputan el negocio de la droga en Colombia.

Herrera, que se inici¨® en el mundo al margen de la ley como encargado de blanquear d¨®lares a trav¨¦s de la venta de electrodom¨¦sticos, se entreg¨® voluntariamente a la justicia y para lograr una rebaja en su condena delat¨® a m¨¢s de 35 personas, entre ellas a dos de sus propios hermanos. Puede que esa colaboraci¨®n con la justicia colombiana y la traici¨®n a sus antiguos compa?eros est¨¦ detr¨¢s de un asesinato que tiene todos los visos de un ajuste de cuentas entre rejas. Hace menos de un mes el capo del cartel de Cali fue condenado a 15 a?os de prisi¨®n por narcotr¨¢fico y enriquecimiento il¨ªcito.

Herrera, de 47 a?os, sorprendi¨® al pa¨ªs hace dos a?os cuando se entreg¨®, en el atrio de una iglesia, al director de la polic¨ªa; luego confes¨® plenamente sus culpas. Reconoci¨® entre otros delitos haber llevado a EEUU m¨¢s de 3.000 kilos de coca¨ªna. Fue durante a?os el hombre de confianza de los hermanos Rodr¨ªguez Orejuela, jefes del cartel y hoy tambi¨¦n en prisi¨®n. A finales de los ochenta, durante la llamada guerra de los carteles, logr¨® escapar de un atentado organizado por Pablo Escobar, entonces jefe del cartel de Medell¨ªn, cuando asist¨ªa a un partido de f¨²tbol.

El crimen de Herrera deja en entredicho la invulnerabilidad de las c¨¢rceles colombianas de alta seguridad. Es la tercera vez que se comete un asesinato en estos lugares considerados como inviolables. La direcci¨®n de las prisiones colombianas anunci¨® la apertura de una "exhaustiva investigaci¨®n".