Un proyecto sin definir

La implantaci¨®n de las regiones aut¨®nomas est¨¢ reconocida en la Constituci¨®n portuguesa de 1976, que ya cre¨® las comunidades de Madeira y Azores, y fue configurada posteriormente a trav¨¦s de la Ley de las Regiones aprobada por unanimidad en 1991 bajo el mandato del Gobierno conservador de An¨ªbal Cavaco Silva. Sin embargo, el proyecto adolec¨ªa de una clara definici¨®n de las competencias y atribuciones de esas comunidades que deber¨ªan ser desarrolladas, tras la aprobaci¨®n popular.

El modelo aprobado en 1991 y sometido ayer a refer¨¦ndum preve¨ªa la creaci¨®n de ocho regiones administrativas, sin poder legislativo, que contar¨ªan cada una con dos ¨®rganos directivos: la asamblea y la junta regionales. Las asambleas estar¨ªan compuestas por 50 miembros sin salario fijo. Estos ¨®rganos elegir¨ªan a las juntas regionales formadas por cinco dirigentes, a excepci¨®n de las comunidades de Lisboa y Oporto que tendr¨ªan siete. En total ser¨ªan creados 44 nuevos puestos pol¨ªticos. El secretario de Estado, Ant¨®nio Jos¨¦ Seguro, explicaba que este modelo lograr¨ªa "una eficaz descentralizaci¨®n del poder". Por su parte, la oposici¨®n conservadora que apoy¨® la creaci¨®n de las regiones en 1991 sostiene ahora que Portugal puede desarrollar la descentralizaci¨®n del Estado sin dividir el pa¨ªs en comunidades administrativas.