El nuevo l¨ªder republicano cree que Clinton no debe caer por el "caso Lewinsky"
"El pueblo norteamericano ha indicado con claridad en las urnas que no considera que el caso Lewinsky sea un delito que merezca la dimisi¨®n o destituci¨®n del presidente, y esto es algo que los pol¨ªticos debemos tomar en consideraci¨®n". La novedad del comentario estriba en su autor: Bob Livingston, el congresista republicano por Luisiana que ayer se convirti¨® en el ¨²nico candidato oficial a la sucesi¨®n del dimitido Newt Gingrich.
Livingston intenta presentar una nueva imagen republicana, m¨¢s pragm¨¢tica y centrada, y explora v¨ªas para cerrar el caso Lewinsky.Tras un fin de semana de batallas internas a cuchillo, Livingston emergi¨® ayer como el ¨²nico aspirante al liderazgo del grupo parlamentario republicano y a la presidencia de la C¨¢mara de Representantes, vacantes desde la dimisi¨®n, en la noche del viernes, de Gingrich, el otrora caudillo de la revoluci¨®n conservadora. Sus rivales, incluido el conservador californiano Chris Cox, anunciaron la retirada de sus candidaturas, para "preservar la unidad del partido".
Salvo la aparici¨®n de nuevos aspirantes, el congresista por Luisiana suceder¨¢ a Gingrich en la reuni¨®n que el grupo parlamentario republicano celebrar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 18. Pero las purgas en el partido del elefante no han hecho sino comenzar. Otros dirigentes vinculados a Gingrich pueden perder sus puestos en los pr¨®ximos d¨ªas, entre ellos el tejano Dick Arney, n¨²mero dos del grupo parlamentario. Y sobre todo, los republicanos deben decantarse por una de las dos interpretaciones de su pinchazo en hueso en las elecciones de hace una semana.
Una de ellas, la mayoritaria, lamenta que los conservadores se hayan empe?ado en perseguir a Clinton por el caso Lewinsky y, en general, hayan presentado a los ciudadanos una imagen extremista, que ha provocado el rechazo de los sectores centristas y de grupos de inter¨¦s como las mujeres, los hispanos y los negros. La otra critica, por el contrario, a Gingrich por haber sido demasiado moderado.
La victoria de una u otra lectura de los hechos es decisiva para el porvenir de los republicanos en las elecciones del a?o 2000. Los que quieren volver al centro esgrimen el ejemplo de George Bush, que ha logrado triunfar en Tejas con el apoyo mayoritario de las mujeres y un buen apoyo entre los hispanos y los negros. Un tercio de los tejanos que se definen a s¨ª mismos como dem¨®cratas tambi¨¦n votaron a su favor.
El hijo del expresidente y gobernador de Tejas se ha desmarcado del extremismo derechista dominante en su partido bajo el liderazgo de Gingrich, para construir un consenso basado en una combinaci¨®n de ideas conservadoras (religiosidad, pena de muerte, tenencia de armas), y progresistas (educaci¨®n p¨²blica, apertura a la inmigraci¨®n, biling¨¹ismo, preocupaci¨®n por los pobres). Ello le convierte en el m¨¢s s¨®lido aspirante a la candidatura republicana para las elecciones presidenciales del 2000.
La primera patata caliente con la que tiene que lidiar Livingston es c¨®mo cerrar la instrucci¨®n sobre el caso Lewinsky aprobada el pasado mes por el pleno de la C¨¢mara de Representantes. Habiendo perdido cinco esca?os y a su caudillo Gingrich, disponiendo de una corta mayor¨ªa de 12 esca?os, muchos republicanos de la C¨¢mara de Representantes no tienen la menor gana de que el comit¨¦ de Asuntos Judiciales proponga al pleno votar a favor del favor del impeachment o procesamiento para la destituci¨®n de Clinton. Lo mejor para los republicanos moderados ser¨ªa una soluci¨®n negociada entre el comit¨¦ y la Casa Blanca. Esa soluci¨®n, que la Casa Blanca, seg¨²n reiter¨® ayer, est¨¢ dispuesta a considerar, ser¨ªa una aceptaci¨®n de culpa por parte del presidente a cambio de una censura moral.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.