La ?nueva? v¨ªa
La tercera v¨ªa es una expresi¨®n acu?ada por el entorno de Tony Blair para definir ?justamente qu¨¦? El concepto es muy brit¨¢nico, incluso anglosaj¨®n, y chirr¨ªa un poco en la Europa continental, donde, si la idea es reconciliar mercado y Estado, acci¨®n p¨²blica y privada, competitividad y cohesi¨®n social, ya la han puesto en pr¨¢ctica muchos dirigentes en tiempos recientes, desde Helmut Schmidt hasta el ¨²ltimo, Fran?ois Mitterrand, y Felipe Gonz¨¢lez, en una socialdemocracia espa?ola que lleva en una parte de sus venas, al menos como deseo, esa reconciliaci¨®n entre el liberalismo y el socialismo que defendiera -en un mundo bien distinto, es verdad- un Indalecio Prieto o incluso, en su juventud, un Ortega y Gasset. El caso de Blair es muy distinto: viene de un pa¨ªs en el que durante muchos lustros han imperado los extremos, ya sea el viejo laborismo estatalista o el neoliberalismo insolidario del thatcherismo, por lo que hablar de una v¨ªa intermedia, que representa el Nuevo Laborismo, puede tener sentido. Tambi¨¦n puede tenerlo para EE UU, no s¨®lo para acercar al mundo del Partido Dem¨®crata a la izquierda europea, sino incluso para llenar un vac¨ªo entre el ya lejano new deal de Roosevelt y el radicalismo antiestatal del reaganismo.En el Reino Unido, el intento de impulsar la tercera v¨ªa puede tambi¨¦n esconder la idea b¨¢sica de Blair de ocupar, en t¨¦rminos de sociolog¨ªa pol¨ªtica, el gran centro, para perpetuarse en el poder. Aunque en pol¨ªtica los vaticinios son siempre arriesgados, Blair no lo tiene dif¨ªcil, a la vista del derrumbamiento del Partido Conservador, por una parte, y por otra, de la posibilidad de unir las fuerzas de los laboristas y los dem¨®crata-liberales, y crear as¨ª una constelaci¨®n dominante. No parece fruto de la casualidad que la expresi¨®n tercera v¨ªa triunfe despu¨¦s de haber ganado las elecciones.
De momento, la tercera v¨ªa es un marco por llenar, un nombre de partida, una especie de ideolog¨ªa blanda. A pesar de su car¨¢cter abierto, como se refleja en el libro publicado por Blair (La Tercera V¨ªa, EL PA?S-Aguilar, 1998) e incluso su aspecto de puro eslogan, reconocido por el primer ministro, la expresi¨®n se nutre de una idea, a¨²n no precisada, de v¨ªa dominante. Puede resultar oportuno recordar que uno de los mayores pensadores pol¨ªticos alemanes de esta segunda mitad de siglo y, por desgracia, fallecido la semana pasada, Niklas Luhmann, consideraba elemento esencial de la democracia "la diferencia entre Gobierno y oposici¨®n".
Cabe el riesgo de que aspire a ser una especie de reedici¨®n del fin de las ideolog¨ªas, s¨®lo que esta vez no desde la derecha ni desde el viejo comunismo, sino desde ese gran centro que todos aspiran a conquistar. Desde Schr?der en Alemania hasta los dos principales partidos en EE UU. Pues si Clinton ha sabido vender sobre todo simpat¨ªa y un mensaje centrista, los republicanos tambi¨¦n se han alejado en los ¨²ltimos meses de los extremos. El efecto de esta tercera v¨ªa de Clinton ha sido el acabar llevando a los republicanos hacia una pol¨ªtica de consenso, expulsando de su cuerpo, por ejemplo, el mensaje y el personaje radical de un Newt Gingrich y defendiendo eso que en The New York Times se ha llamado el Gobierno (o Estado) de, por y para los acomodados, la cultura de la satisfacci¨®n de Galbraith.
La experiencia del Nuevo Laborismo es sumamente interesante, en cuanto a renovaci¨®n de valores de la izquierda e incluso instrumentos para ponerlos en pr¨¢ctica. La expresi¨®n tercera v¨ªa desmerece a este intento. No refleja bien esa germinaci¨®n de ideas del centro-izquierda que se est¨¢ produciendo en su seno. Ahora bien, el enfoque de la tercera v¨ªa tiene una carencia esencial: Europa. En el libro de Blair -pese al mayor europe¨ªsmo de este primer ministro brit¨¢nico-, la dimensi¨®n europea tiene su m¨ªnima expresi¨®n. Sigue pendiente eso que en el pr¨®logo considera Borrell "gobernar Europa", y no simplemente "gobernar en Europa". Con el euro a la vista, y frente a la globalizaci¨®n, hay que europeizar m¨¢s la pol¨ªtica. ?sa tambi¨¦n es una nueva v¨ªa.
aortega@elpais.es
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