Guerra presupuestaria en la Universidad de Oviedo

La Universidad de Oviedo vive sumida en el conflicto. El consejo social rechaza las cuentas de la instituci¨®n acad¨¦mica asturiana, tras recibir un informe adverso del interventor del centro, y el rector reclama m¨¢s dinero al Principado. El reiterado d¨¦ficit econ¨®mico de la instituci¨®n se refleja en que est¨¢n a¨²n sin aprobar las cuentas de 1997 -en las que un informe del interventor aprecia supuestas irregularidades- y en que el presupuesto para 1998 est¨¢ a¨²n sin equilibrar. Esta dif¨ªcil situaci¨®n ha hecho estallar la confrontaci¨®n, larvada durante largo tiempo, entre el equipo de gobierno y el consejo social de la instituci¨®n docente, pero tambi¨¦n con el Gobierno del Principado.El pasado mes de julio, el rector, Julio Rodr¨ªguez, y sus m¨¢s cercanos colaboradores abandonaron una reuni¨®n de la comisi¨®n econ¨®mica del consejo social para impedir que el interventor de la universidad expusiera un informe sobre la situaci¨®n econ¨®mica de la instituci¨®n, en el que se se?alan supuestas irregularidades en las cuentas correspondientes a 1997.

Desobediencia

El equipo de gobierno niega tales anomal¨ªas en la gesti¨®n econ¨®mico-financiera, y ha abierto un expediente al interventor, Antonio Arias. Se le acusa de desobediencia a la gerente de la universidad, Mercedes Sanmill¨¢n.Desde entonces, las cuentas universitarias, tanto las de 1997 como las presupuestadas para el presente a?o, siguen sin ser aprobadas por el consejo social de la universidad. Este ¨®rgano permaneci¨® tres meses sin reunirse. Cuando por fin lo hizo, el 26 de octubre y el 9 de noviembre, s¨®lo sirvi¨® para constatar la tensi¨®n existente y la imposibilidad del acuerdo.

El pleno del consejo social volvi¨® a rechazar, por un voto de diferencia, la gesti¨®n econ¨®mico-financiera de la universidad durante 1997. El contrainforme elaborado por la gerente para disipar las dudas vertidas por el interventor no convenci¨® al consejo. ?ste ni tan siquiera entr¨® a considerar el presupuesto de 1998. Exige al rector que elabore una nueva propuesta, que no incurra de antemano en d¨¦ficit.

Semanas antes, el 28 de septiembre, la comisi¨®n econ¨®mica del consejo social decidi¨®, con ausencia de los representantes de la junta de gobierno, solicitar un dictamen sobre el informe del interventor y, de confirmarse las irregularidades, ponerlas en conocimiento del Tribunal de Cuentas del Estado. Tambi¨¦n se decidi¨® solicitar a la intervenci¨®n general del Principado de Asturias que realice una auditor¨ªa integral de la Universidad de Oviedo.

El pleno del consejo tan siquiera lleg¨® a considerar en su ¨²ltima reuni¨®n el presupuesto para 1998. Esta propuesta presupuestaria incurre en un "d¨¦ficit previsto" de 1.269 millones de pesetas, dado que el rectorado incluye como ingreso una aportaci¨®n adicional del Principado de Asturias, que no ha sido aprobada hasta ahora por la comunidad aut¨®noma.

El consejo ha emplazado al rectorado a que ajuste su presupuesto a los recursos disponibles. El rector sostiene que la universidad dispone del dinero justo para su funcionamiento y que debe ser, en su caso, el consejo social el que decida los recortes presupuestarios. El rector sostiene que "se est¨¢ llegando a una situaci¨®n l¨ªmite" y que el Principado "est¨¢ acogotando econ¨®micamente" a la instituci¨®n acad¨¦mica. "La universidad tendr¨¢ que tomar medidas dr¨¢sticas si la situaci¨®n contin¨²a", asegura Julio Rodr¨ªguez.

El rector y su junta de gobierno tambi¨¦n est¨¢n enfrentados al Principado. El rector mantiene una relaci¨®n dif¨ªcil con el director regional de Universidades, Jos¨¦ Ram¨®n Chaves, a cuyo nombramiento se opuso; rechaza la Ley del Consejo Social, aprobada por el Gobierno asturiano, por considerarla excesivamente intervencionista, y exige de la comunidad una aportaci¨®n econ¨®mica adicional de 1.800 millones anuales para subsanar el d¨¦ficit cr¨®nico de la instituci¨®n.

El rector afirma que el Gobierno asturiano se comprometi¨® a ello en 1997. El presidente del Principado de Asturias, Sergio Marqu¨¦s, lo ha negado: "Nos hicimos cargo en 1996 de una deuda de la universidad de 5.000 millones de pesetas, pero lo que no asum¨ª es que la universidad suponga todos los a?os un coste adicional de varios miles de millones".

Rodr¨ªguez desmiente que el origen del d¨¦ficit haya que atribuirlo a una mala gesti¨®n: "La universidad no est¨¢ mal gestionada, sino mal financiada".