"Todos somos "meninos"
Algo nerviosos, con ganas de cambiar el mundo y emocionados ante el millar de personas, familiares y miembros de distintos esplais de Catalu?a que acudieron a despedirles al pie del avi¨®n. As¨ª se sent¨ªan los 18 adolescentes catalanes que ayer partieron con cuatro monitores desde el Aeropuerto de El Prat de Llobregat hacia Brasilia para participar en el V Encontro del Movimiento Nacional de Meninos e Meninas da Rua, que se celebrar¨¢ entre los d¨ªas 23 y 26 de noviembre, con la participaci¨®n de 1.500 ni?os, educadores y expertos de todos los pa¨ªses del mundo. Los miembros de la delegaci¨®n catalana, que representar¨¢n a los 8.000 j¨®venes que agrupa la Federaci¨® Catalana de l"Esplai, llevan casi un a?o prepar¨¢ndose para participar en el encuentro y acudir¨¢n a ¨¦l especialmente sensibilizados porque saben, desde finales de septiembre, que en Barcelona y su ¨¢rea metropolitana tambi¨¦n hay meninos da rua: los cerca de 200 ni?os inmigrantes indocumentados que, en los ¨²ltimos meses, han rondado por la calle y dormido bajo los puentes de la capital catalana, donde han vivido sin familia y absolutamente abandonados a su suerte. "En todo el mundo, incluso al lado de mi casa, hay meninos da rua. Por eso es importante para m¨ª colaborar en proyectos que ayuden a difundir esta realidad y que reivindiquen los derechos de estos ni?os", afirmaba ayer Javier Calzado, de 16 a?os y vecino de Sant Joan Desp¨ª. Los adolescentes que participan en el encuentro, escogidos entre los ni?os de los distintos esplais de Catalu?a por su especial sensibilidad hacia los problemas sociales, llevan meses prepar¨¢ndose para enfrentarse con una realidad que, cuantitativamente hablando, poco tiene que ver con el problema que ha salido a la luz recientemente en Barcelona. En Brasil se calcula que hay m¨¢s de siete millones de meninos y meninas da rua , es decir, "ni?os y ni?as sin derechos". La cifra podr¨ªa ser m¨¢s elevada, pero es imposible conocerla con exactitud ya que muchos de estos meninos no tienen ni siquiera "una existencia oficial". "Hace tres a?os fui a un barrio degradado de Barcelona. Ten¨ªa 13 a?os y aquella visita me impact¨® much¨ªsimo: hab¨ªa prostitutas, marginaci¨®n, indigentes.... Ahora, cuando visitemos las favelas y conozcamos la realidad de Brasil, me afectar¨¢ todav¨ªa m¨¢s. Pero es importante no esconder la cabeza bajo el ala", afirma Albert Cazalilla, de 16 a?os y vecino de l"Hospitalet". A lo largo de estos seis meses de preparaci¨®n, los adolescentes han escuchado los consejos de los 11 j¨®venes que en 1995 participaron en el IV Encuentro. Cuando regresen, deber¨¢n tomar¨¢n el relevo en la campa?a de divulgaci¨®n que los miembros de aquella delegaci¨®n han estado llevando a cabo en estos ¨²ltimos tres a?os entre escolares. "La tarea de sensibilizaci¨®n es m¨¢s efectiva entre los adolescentes catalanes si la ejercemos muchachos y muchachas de la misma edad", explica Mireia Mateu, de Esplugues de Llobregat. El encuentro est¨¢ organizado por el Movimiento Nacional de Meninos y Meninas da Rua de Brasil, una ONG integrada por una extensa red de educadores, activistas y voluntarios que luchan, con la participaci¨®n de los mismos ni?os y ni?as de la calle, con el fin de garantizar los derechos de este numeroso colectivo. Desde 1986 y cada tres a?os, esta organizaci¨®n convoca un encuentro internacional para concienciar al mundo entero de la cruda realidad de estos ni?os y para buscar f¨®rmulas para sacarles del mundo s¨®rdido en el que viven. El lema todos somos meninos revela el porqu¨¦ de la participaci¨®n de la Federaci¨® Catalana de l"Esplai en el encuentro. "Los ni?os y j¨®venes catalanes nos identificamos con los meninos de Brasil y de todo el mundo y reivindicamos, por encima de criterios sociales, econ¨®micos y culturales, unos derechos que hay que respetar", explica Ivan Arjona, de l"Hospitalet. Durante su estancia en Brasil, los adolescentes catalanes esperan establecer lazos de amistad y de cooperaci¨®n con meninos con los que mantendr¨¢n un contacto directo. En concreto, visitar¨¢n las favelas de Santa Marta y de Cidade de Deus. A Cristina Robledillo, de Sabadell, lo que m¨¢s le satisface de la experiencia es sentirse ¨²til. "Los monitores nos han dicho que los meninos y meninas de Brasil a menudo se consideran innecesarios y esto es terrible. Si nuestra presencia all¨ª sirve para que sepan que alguien se interesa por ellos, pues ya me dar¨¦ por satisfecha", asegura. Para sufragar los costes del viaje, los participantes llevan meses organizando campa?as para captar fondos. "Celebramos cenas solidarias, vendemos camisetas y productos de artesan¨ªa... En los esplais todos participamos", dice Maria Ciur¨®, de Vidreres.
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