El canje
Pasen y vean, se?oras y se?ores, el espect¨¢culo ha comenzado. Ocupen silla de pista, que la canallada se va a consumar.Estamos ante una operaci¨®n perfectamente dise?ada cuyas consecuencias van mucho m¨¢s all¨¢ que el destino del que suscribe y de mi amigo y compa?ero, v¨ªctimas del acoso y derribo, Jos¨¦ Barrionuevo.
Ver¨¢n ustedes c¨®mo se escribe la historia, con h min¨²scula. El d¨ªa 2 de noviembre, el presidente del Gobierno anunci¨® la apertura de conversaciones con la banda terrorista ETA. El d¨ªa siguiente, 3 de noviembre, el diario Euskadi Informaci¨®n publica un comunicado de ETA en el que advierte que el final de la violencia pasa por una negociaci¨®n pol¨ªtica y no s¨®lo por la contrapartida del futuro de los presos. El Gobierno, el mismo d¨ªa y al siguiente, replica, a trav¨¦s de sus portavoces, que este comunicado de la banda terrorista (ahora Movimiento Nacional de Liberaci¨®n del Pa¨ªs Vasco, seg¨²n estos portavoces) es anterior a la oferta, porque no responde a lo planteado por el Gobierno. Parece que el servicio de correos no ha estado a la altura de las circunstancias.
Pero a?aden estos portavoces que han hecho la oferta porque ETA ha aceptado el resultado de las elecciones. Las dos cosas a la vez no pueden ser verdad, ?no les parece?, m¨¢s all¨¢ de la banalidad de considerar importante que los terroristas acepten o no la voluntad de las urnas.
Pero sigamos el calendario. El jueves d¨ªa 5 la Junta de Tratamiento del Centro Penitenciario de Guadalajara retir¨® del orden del d¨ªa previsto el punto referido a la propuesta de pase a la situaci¨®n de tercer grado de Barrionuevo y m¨ªa, seg¨²n la informaci¨®n que se hab¨ªa trasladado a nuestras esposas. Se aplaz¨® la decisi¨®n para el jueves d¨ªa 12, con sorpresa de algunos miembros de la junta. Simult¨¢neamente, coincidencias del azar, el Ministerio de Justicia pone en circulaci¨®n, a toda prisa, las solicitudes de indulto del resto de los condenados en el caso Marey, as¨ª como las presentadas por un grupo de concejales de Ciudad Rodrigo a favor nuestro. Expedientes que hab¨ªan dormido el sue?o de los justos en un caj¨®n del ministerio.
As¨ª de revuelta termina la semana. Una m¨¢s en este largo caminar de injusticias y maniobras especiales.
Comienza la siguiente, la del lunes 9 de noviembre, sin novedades en los correos cruzados con ETA. La respuesta solicitada y esperada no llega. Como siempre, los terroristas mantienen la tensi¨®n y, ahora, la iniciativa. La pelota est¨¢ siempre en el mismo tejado.
En el transcurso de la semana, las noticias sobre nuestra situaci¨®n se acumulan: el Tribunal Constitucional adelanta el debate sobre la admisi¨®n de los recursos a los d¨ªas 11 y 12; la solicitud de informe para los expedientes de indulto llega al Tribunal Supremo y est¨¢ a punto de salir para la prisi¨®n de Guadalajara, a efectos de informe de su director. Adem¨¢s, el mi¨¦rcoles 11 el Ministerio del Interior filtra que la posible petici¨®n de la Junta de Tratamiento del Centro, de acceso al tercer grado, es prematura. La junta decide modificar, en el ¨²ltimo minuto, la propuesta anterior, y, a la vez, el Tribunal Constitucional anuncia la admisi¨®n de todos los recursos de amparo planteados.
Ustedes se estar¨¢n preguntando ?qu¨¦ me quiere usted contar? Pues muy sencillo.
En primer lugar, la semana del d¨ªa 2 el Gobierno esperaba una respuesta de ETA, m¨¢s expl¨ªcita y menos r¨ªgida, sobre la apertura de conversaciones (de la que previamente hab¨ªan hablado) anunciada por el presidente del Gobierno. No tengan dudas sobre la existencia de negociaciones en paralelo y en secreto, que me parece, por otro lado, lo m¨¢s realista.
En este proceso contemplaremos tres frentes. El de D¨ªez Usabiaga e ??igo Iru¨ªn, por un lado; el de Mikel Antza, a los mandos del aparato pol¨ªtico etarra, por otro, y Lasa Michelena, con los presos, en el tercero. Dos de ellos ser¨¢n m¨¢s o menos p¨²blicos, mientras que los contactos con Antza ser¨¢n, con toda probabilidad, "privados". Hasta el momento, eso es lo que ha ocurrido.
En segundo lugar, y como consecuencia de esa esperada respuesta de ETA, el Gobierno tendr¨ªa que decidir sobre la excarcelaci¨®n de la totalidad o parte de la anterior Mesa de HB, algunos de cuyos miembros van a participar en la negociaci¨®n.
En tercer lugar, como la excarcelaci¨®n de los dirigentes de HB estaba relacionada con la respuesta que esperaban y no lleg¨® como pretend¨ªa el Gobierno, no pudieron decidirla. ?sta es la raz¨®n de que se abortara la puesta en marcha del paso al tercer grado, propuesto por la Junta de Tratamiento, en uso de su autonom¨ªa, que conoc¨ªa perfectamente el Ministerio del Interior. Porque ?creen ustedes que una decisi¨®n de esa transcendencia la toma el centro sin conocimiento del ministerio? Yo, no.
En cuarto lugar, la clave est¨¢ en responder a la pregunta de por qu¨¦ se paraliza esa decisi¨®n de la Junta de Tratamiento. No es dif¨ªcil saberlo. La excarcelaci¨®n que han convenido respecto de los miembros de la Mesa de Herri Batasuna est¨¢ ¨ªntimamente ligada con mi situaci¨®n y la de Pepe Barrionuevo.
Esto nos lleva, en quinto lugar, a la conclusi¨®n. Estamos siendo utilizados por el Gobierno en sus tratos con los terroristas y con el nacionalismo vasco. S¨®lo hay que o¨ªr a Otegi, Anasagasti o cualquiera de ellos. ETA est¨¢ planteando en toda Europa el indulto para sus militantes, al tiempo que para los condenados como nosotros. Mantenernos en prisi¨®n tranquiliza a los encarcelados de la banda terrorista y ¨¦ste es uno de los compromisos ocultos entre PNV y ETA, con el consentimiento del Gobierno de Espa?a. Esto les permite, adem¨¢s, jugar con la ventaja de considerar que tienen la llave de los presos en su bolsillo y pueden elevar sus exigencias.
Ante una propuesta del Gobierno tan "sincera y transparente" (no como antes), pongamos todas las cartas boca arriba y hablemos de lo que de verdad pasa. Se disponen a hacer una negociaci¨®n pol¨ªtica de altura con sus interlocutores violentos y moderados, porque ni ETA ni los nacionalistas se conformar¨¢n con resolver la situaci¨®n de los presos, que consideran ya ganada. Por eso quieren entrar directamente en cuestiones que afectan a la Constituci¨®n, el Estatuto o, si prefieren, a la soberan¨ªa.
Se lo dice alguien que conoce a fondo el problema y los personajes. No en vano, me sent¨¦ con ellos a discutir reiteradamente la salida pac¨ªfica y romp¨ª las conversaciones por exigencias que no quisimos aceptar y que est¨¢n nuevamente sobre la mesa.
El Gobierno no debe cubrirse con decisiones parlamentarias de buena fe sobre el acercamiento de los presos y su tratamiento para actuar. Se ha hecho con la complicidad inicial de IU y Moncloa, para despu¨¦s contestar, con la "seriedad y firmeza" de la que siempre presumen, que no hay que tener prisa, pues el asunto de los presos tiene su ritmo. Es mejor que digan con claridad y sinceridad, sin comillas, que han cambiado todos sus planteamientos de programa electoral en el tratamiento del problema terrorista. Los ciudadanos pueden entenderlo, sin tener que continuar con ficciones.
A m¨ª, el proceso iniciado me llena de esperanza y he luchado por ello durante muchos a?os. El PP nos puso zancadillas constantes durante todo el tiempo ante iniciativas semejantes. ?Qu¨¦ leales fuimos con la oposici¨®n de entonces! Estoy seguro, y lo ver¨¢n ustedes muy pronto, que lo que sucede ahora tiene su fundamento en lo que hicimos nosotros. Pregunten al PNV sobre la operaci¨®n Azcoiti y, si hay dudas, nosotros podemos aclararlas con abundantes e incontestables pruebas.
Mi ¨¢nimo me predispone, aun en esta situaci¨®n, a apoyar los esfuerzos del Gobierno para encontrar la salida a la violencia. Mi propia experiencia estar¨ªa siempre a su disposici¨®n para continuar el proceso, pero les pido, les exijo, que no me utilicen como reh¨¦n para ning¨²n intercambio espurio. No a?adan indignidad a la injusticia.
Si lo creen conveniente, pospongan cualquier decisi¨®n sobre mi situaci¨®n penitenciaria, a la finalizaci¨®n de los acuerdos con ETA en materia de presos, pero no me mezclen, ni permitan que lo haga nadie. Me repugna ese tipo de canjes.
Ni pido, ni pedir¨¦ nada que legalmente no me corresponda. As¨ª lo hice antes y lo seguir¨¦ haciendo. S¨®lo deseo que se haga justicia y se muestre con nitidez mi inocencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.