Los dem¨®cratas acusan al fiscal de actuar como "un polic¨ªa del sexo"
El Comit¨¦ Judicial de la C¨¢mara de Representantes de EEUU comenz¨® ayer las audiencias p¨²blicas sobre el proceso de destituci¨®n del presidente Bill Clinton. Para empezar la jornada, los congresistas dem¨®cratas, a trav¨¦s de su l¨ªder en el Comit¨¦ de Asuntos Judiciales, John Conyers, lanzaron toda una andanada contra el fiscal independiente Kenneth Starr y le acusaron de haberse convertido en "un polic¨ªa del sexo financiado con fondos federales".
Luego detall¨® una serie de acusaciones concretas destinadas a reforzar la idea de que Starr es un "Torquemada del siglo XX". Tal fue la intensidad de los ataques contra el fiscal que Henry Hyde, presidente republicano del comit¨¦, se vio obligado a precisar que Starr era un testigo y no un acusado, y que el ¨²nico acusado de presuntos delitos era el presidente de EE UU.Clinton, entretanto, estaba en Asia, en una gira centrada en los problemas econ¨®micos de la zona, y su esposa, Hillary, viajaba por las regiones devastadas de Centroam¨¦rica. Pero la primera pareja de EE UU no estaba indefensa. Adem¨¢s de la guardia dem¨®crata en el Congreso, el abogado de Clinton, David Kendall, asisti¨® el testimonio de Starr y ten¨ªa previsto interrogarle durante media hora. Y desde la Casa Blanca, Joe Lockhart, portavoz de Clinton, se sum¨® a los ataques con comentarios negativos sobre el fiscal.
Preguntas agresivas
La tensi¨®n iba en aumento anoche cuando Starr ya hab¨ªa finalizado su testimonio y los partidarios de Clinton comenzaron a interrogar al fiscal. Abbe Lowell, el abogado dem¨®crata del comit¨¦, le atac¨® con agresividad y lanz¨® pregunta tras pregunta sin esperar, muchas veces, a que terminara Starr sus respuestas. Pero ninguna de las preguntas pusieron en duda las acusaciones que pesan sobre Clinton, sino que se centraron en minar la credibilidad del testigo.Lowell cuestion¨® repetidamente la ¨¦tica de las medidas empleadas por el equipo de Starr el primer d¨ªa que interrogaron a Lewinsky en enero de este a?o. Otro dem¨®crata, Barney Frank, congesista por Masachusets y uno de los miembros m¨¢s liberales del Congreso, fue incluso m¨¢s agresivo. "Tu eres el experto de preguntas injustas", le espet¨® a Starr.
Poco antes, Conyers, congresista por Michigan y dem¨®crata izquierdista, deline¨® una serie de acusaciones: supuestas filtraciones a los medios; posibles conexiones con los miembros de la defensa de Paula Jones, que no revel¨® al departamento de Justicia y podr¨ªan haber descalificado su investigaci¨®n sobre el caso Lewinsky; un presunto conflicto de inter¨¦s representado por su trabajo para una firma de abogados que defiende a la industria tabacalera; y su aceptaci¨®n, cuando la investigaci¨®n sobre Whitewater todav¨ªa estaba en marcha, de un puesto que luego rechaz¨®, en una universidad financiada por Richard Mellon, un enemigo conservador del presidente.
Conyers tambi¨¦n acuso al fiscal de abuso de poder por haber obligado a la madre de Monica Lewinsky a testimoniar contra su hija, y de minar derechos sagrados en EEUU como la relaci¨®n confidencial entre abogado y cliente.
Los aliados de Clinton en el Congreso utilizaron su derecho a la palabra para pintar a Starr como un fiscal que adoptar¨ªa cualquier medida para conseguir la destituci¨®n de Clinton. "Aunque un fiscal independiente puede y debe realizar una investigaci¨®n con gran energ¨ªa, muchos creemos que el se?or Starr ha cruzado la l¨ªnea y este asunto se le ha convertido en una obsesi¨®n", se?al¨® Conyers.
Para los dem¨®cratas, la investigaci¨®n de Starr ha alterado para siempre la topograf¨ªa legal en EEUU. "La idea de un polic¨ªa del sexo financiado por fondos federales, que gasta millones de d¨®lares para pillar a un esposo infiel, hubiera sido impensable antes de esta investigaci¨®n de Starr", finaliz¨® Conyers.
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