Badalona: el efecto perverso de las primarias
En Badalona el grupo mayoritario del PSC siempre actu¨® como un coro de un ¨²nico solista. Hartos de interpretar tantos a?os la misma melod¨ªa, los cantantes se rebelan y piden al director que se vaya para poder elegir ellos la partitura que m¨¢s le gusta. Fue la primera poblaci¨®n espa?ola que convoc¨® elecciones primarias con la intenci¨®n de dejar o¨ªr a las bases y de propiciar cuanto antes un relevo en la alcald¨ªa. La candidata socialista Maite Arqu¨¦ se hizo con el 80% de los votos. Pero desde aquellos comicios ha pasado un a?o y Arqu¨¦ sigue aguardando sin hacerse demasiadas ilusiones que el actual alcalde, Joan Blanch, le pase el testigo. El hombre que ocupa la alcald¨ªa desde hace cuatro legislaturas no est¨¢ por la labor y pese a que actualmente est¨¢ en franca minor¨ªa, tanto en su grupo municipal como en la agrupaci¨®n, no quiere ni o¨ªr hablar de su jubilaci¨®n anticipada y hace o¨ªdos sordos a las voces de sus compa?eros que le piden al un¨ªsono que se vaya. Lejos de amilanarse, la ¨²ltima exhibici¨®n de fuerza de Blanch se produjo el pasado domingo en un pabell¨®n deportivo donde logr¨® reunir a cerca de un millar de personas. Una multitud de obras ha dejado el centro de la ciudad acribillado de zanjas. Los comerciantes y vecinos unas veces se desesperan y otras se r¨ªen invocando al responsable de tal desaguisado, el edil convergente Pere Si¨®, apodado estos d¨ªas "el Viagra" porque dicen que todo lo tiene levantado (por las obras). Con menos guasa se toman las cosas en el grupo municipal del PSC (que gobierna en coalici¨®n con CiU). Llevan casi tres a?os enzarzados en una guerra sin cuartel en la que todos coinciden en que a¨²n falta por librar la ¨²ltima batalla. En t¨¦rminos tan b¨¦licos se ventila una disputa pol¨ªtica entre compa?eros que durante mucho tiempo actuaron como un solo hombre y que a fuerza de conocerse bien saben golpear justo donde m¨¢s les duele. Para entender los escozores que enfrentan a la mayor¨ªa de los ediles nacionalistas con su alcalde hay que remontarse a los meses previos a las ¨²ltimas elecciones municipales. El momento de la verdad lleg¨® al confeccionar la lista: Blanch quiso llevar a Badalona los aires de renovaci¨®n que soplaban en todas partes. Con la intenci¨®n de incluir caras nuevas empezaron a caerse de la candidatura algunos rostros que hab¨ªan figurado hasta entonces en todos los comicios locales. Blanch recuerda aquellos d¨ªas marcados "por la fuerte resistencia a la renovaci¨®n". "Cost¨® horrores abrir la lista", dice. Los que se quedaron en tierra se tomaron fatal que la renovaci¨®n impulsada por Blanch les sacrificara a ellos pero no incluyera al cabeza de cartel. El descontento hizo mella en los ausentes, en sus familiares y sus compa?eros, creando un clima irrespirable en la agrupaci¨®n del PSC badalon¨¦s. La proximidad de las elecciones sell¨® todas las bocas, pero la procesi¨®n iba por dentro. La ira se desat¨® cuando las urnas hablaron: el PSC perd¨ªa en Badalona nada menos que cuatro concejales (pasando de 14 a 10), lo que le vali¨®, adem¨¢s de perder la mayor¨ªa absoluta, escalar a los primeros puestos de la fat¨ªdica lista de los pueblos catalanes m¨¢s castigados por el electorado socialista. Los pactos poselectorales nunca fueron f¨¢ciles en esta parte del Barcelon¨¨s; pero, dada la nueva correlaci¨®n de fuerzas, Blanch ten¨ªa una papeleta peliaguda por resolver, con presiones dentro y fuera de su grupo. El que sac¨® la mejor tajada del griter¨ªo fue CiU, que se hizo con el ?rea de Urbanismo, entre otras suculentas porciones del pastel municipal. Entretanto, la mujer que congrega hoy las mayor¨ªas, Maite Arqu¨¦, tiene su principal baza en los resultados de las primarias que la catapultaron como la persona de consenso, como el capital m¨¢s preciado hoy en el seno del PSC, dadas las circunstancias. A su vez, Blanch afirma que no quiere hablar para nada de las primarias en las que el otro candidato, Ferran Bello, a quien ¨¦l apoyaba, logr¨® el 20% de los votos. El alcalde se limita a decir al respecto: "No s¨¦ por qu¨¦ se hicieron hace un a?o, cuando ahora las est¨¢n celebrando en todos los sitios". Tampoco acepta los resultados porque dice que le atrae m¨¢s "el combate democr¨¢tico para recuperar la mayor¨ªa". Los que le conocen saben que Blanch se crece en la adversidad. Todos hablan de renovaci¨®n, pero nadie quiere que le prendan en la solapa el alfiler de "hombre del aparato", conscientes de la antipat¨ªa que despierta entre los electores. Blanch defiende un modelo de partido "abierto a la sociedad para que sume, en la l¨ªnea de lo que persigue Pasqual Maragall". El actual alcalde intenta no excederse en los calificativos contra sus compa?eros, pero s¨ª apostilla: "El PSC no es una tienda nuestra. Se tiene que abrir". Aunque en los discursos no se aprecian diferencias sustanciales entre los distintos bandos, s¨ª las hay en la pr¨¢ctica. Para Maite Arqu¨¦, no hay duda de qui¨¦n est¨¢ abriendo el partido a la sociedad: "Nosotros fuimos los que convocamos las primarias para que participaran militantes y simpatizantes. Para m¨ª, abrirse a la ciudad es estar hoy aqu¨ª, en unas jornadas organizadas por CC OO sobre la exclusi¨®n social en el Barcelon¨¨s Norte". Crisis a ritmo de rancheras Los badaloneses bien informados saben que Ferm¨ªn Casquete, director general de la empresa TUBSAL, la concesionaria del transporte urbano e interurbano de la ciudad, es el aut¨¦ntico poder f¨¢ctico. "Es quien decide las mayor¨ªas en el PSC local", seg¨²n la ciudadana Reyes Bellido. A Casquete se le conoce popularmente como "Ferm¨ªn y sus mariachis" porque suele ir acompa?ado de un grupo de afines. Casquete es un sindicalista hist¨®rico de la UGT que fue secretario general de la comarca, milita desde hace tiempo en el PSC y es miembro del consejo nacional. Desde que tom¨® las riendas de la gesti¨®n de TUBSAL, hace 12 a?os, la empresa, que emplea a 500 trabajadores, no ha parado de crecer. Antes facturaba 450 millones de pesetas; ahora, 3.000 millones. Casquete se toma a broma muchos de los ep¨ªtetos que le dedican, pero reconoce que controla entre un 35% y un 40% de la agrupaci¨®n badalonesa del PSC. Su idilio con Blanch dur¨® bastante tiempo. Fue uno de los promotores de la plataforma pro Blanch que en 1995 trat¨® de captar el voto para el partido del pu?o y la rosa. Pero los tiempos han cambiado y ahora apoya la candidatura de Arqu¨¦. Particip¨® activamente en las primarias porque opina que el problema de Blanch es "que no asume que ha habido un cambio de ciclo y no soporta que se lo hayan tenido que decir desde fuera". Con tantos y tan variados apoyos arropando a Maite Arqu¨¦, entre quienes miran con simpat¨ªa a la veterana concejal no faltan los que desconf¨ªan de las intenciones de sus aliados. Ella trata de tranquilizarles diciendo que en los 19 a?os que lleva en la pol¨ªtica activa ha aprendido muchas cosas. Se presenta como una persona con una trayectoria de progreso y de consenso. "Me siento legitimada por las primarias y plenamente respaldada por la direcci¨®n nacional de mi partido", dice Su persona concita adhesiones dentro y fuera de su partido y no para de recorrer palmo a palmo los barrios de la ciudad para darse a conocer. En espera de que sean los ciudadanos quienes decidan en las urnas qui¨¦n deber¨¢ acogerse a la jubilaci¨®n anticipada, el pulso entre partidarios de Arqu¨¦ y Blanch contin¨²a al rojo vivo. En la cofrad¨ªa de pescadores convergentes y populares se frotan las manos dispuestos a pescar en las aguas revueltas del PSC y de IC. El sentido del humor no falta a este lado del Bes¨°s: cuando la espera de los autobuses urbanos se alarga, en la parada alguien dice: "Ser¨¢ que los socialistas celebran asamblea y all¨ª ha ido Casquete con sus mariachis y han puesto servicios m¨ªnimos".
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