La guerra turca
Muchas veces se requiere un solo drama humano para poner en evidencia un conflicto olvidado; eso es lo que parece ocurrir con el caso del l¨ªder de la guerrilla kurda, Abdullah Ocalan. Los burdos intentos turcos de utilizar sanciones econ¨®micas para respaldar sus demandas de extradici¨®n a Italia han empezado a volverse contra Turqu¨ªa. Han arrojado nueva luz sobre la brutal guerra turca para suprimir los derechos de los kurdos y han llevado al primer ministro italiano, D'Alema, a hacer un llamamiento a que Turqu¨ªa inicie un di¨¢logo pol¨ªtico con los kurdos. Hace tres semanas, la Comisi¨®n Europea public¨® su ¨²ltimo informe sobre los progresos de Turqu¨ªa en su avance hacia el ingreso en la Uni¨®n Europea. El informe era negativo. En el sureste de Turqu¨ªa, donde el Ej¨¦rcito y la polic¨ªa libran una guerra contra el Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) de Ocalan, el informe afirmaba que las torturas en comisar¨ªas, desapariciones y ejecuciones extrajudiciales se registraban de forma habitual. El Ej¨¦rcito hab¨ªa destruido aldeas e impuesto evacuaciones a gran escala. Estas atrocidades se derivan de la negativa de Turqu¨ªa a reconocer a los kurdos. Si acepta unos pocos miles de griegos, jud¨ªos y armenios como minor¨ªas leg¨ªtimas, no hace lo mismo con los kurdos, que son al menos ocho millones. (...) En la crisis actual, una de las principales dificultades es que EE UU apoya la petici¨®n de Turqu¨ªa de que Ocalan sea juzgado. Pero es un error. La petici¨®n de la Comisi¨®n de un acuerdo pol¨ªtico es acertada, y D'Alema deber¨ªa mantener se firme en su postura.
Londres, 25 de noviembre
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