La biela que fulmin¨® a Sainz
La pieza mide 13 cent¨ªmetros, pesa 655 gramos y cuesta 150.000 pesetas de los 100 millones que vale el coche
Mide 13,8 cent¨ªmetros, pesa 655 gramos y est¨¢ hecha de acero. Habita en el interior de un cilindro, y sirve para transmitir el movimiento que genera la combusti¨®n. Se abriga en el motor y se mueve a 5.700 revoluciones por minuto, o sea a m¨¢s de 500 kil¨®metros por hora. Su nombre: biela. Hay cuatro, una por cilindro, en el poderoso Toyota Corolla de Carlos Sainz.El martes, una de estas piezas, de 150.000 pesetas (un precio insignificante frente a los casi 100 millones que vale el coche), caus¨® que el piloto madrile?o perdiera su tercer t¨ªtulo mundial a s¨®lo 700 metros del final del campeonato. Desde entonces la biela se ha convertido en enemigo nacional. Es la biela maldita.
Seg¨²n la Real Academia, se define como "barra que en las m¨¢quinas sirve para transformar el movimiento de vaiv¨¦n en otro de rotaci¨®n, o viceversa". Lo que no explica ning¨²n manual es por qu¨¦ se rompe, ni por qu¨¦ lo hace tan cerca de la meta.
En este caso no existe todav¨ªa un diagn¨®stico, al menos hasta que el motor reventado del coche de Sainz sea desmenuzado por los ingenieros de Toyota en las instalaciones del equipo en Colonia (Alemania). Entonces quiz¨¢ se descubra que la pieza era defectuosa, que hubo un problema en el cilindro, que se desgast¨® inesperadamente...
El caso es que "la biela sali¨® por un costado", seg¨²n coment¨® el propio Sainz apenas unos minutos despu¨¦s del dram¨¢tico incidente. Eso significa que la pieza se parti¨® y revent¨® la pared del bloque del motor, con lo que se abri¨® una fuga de aceite hirviendo. Al entrar en contacto con el turbo, el l¨ªquido provoc¨® las llamas que alertaron al piloto.
El coche qued¨® tirado en la cuneta de Margam Park, y su conductor acab¨® llorando desolado. Sainz hab¨ªa estrenado el veh¨ªculo para tan se?alada ocasi¨®n y el motor tambi¨¦n era nuevo, pero no hubo manera de evitar la aver¨ªa.
"Estas cosas pasan, sin m¨¢s, porque estamos en manos del factor mec¨¢nico", razon¨® Sainz.
En las horas posteriores al drama, el bicampe¨®n insisti¨® en descargar de culpas a Toyota. "Tampoco es justo para ellos", reconoci¨®. "Sin su esfuerzo no hubi¨¦ramos ganado dos rallies este a?o ni hubi¨¦ramos peleado por el t¨ªtulo. Toyota hace una gran inversi¨®n y no hay que cuestionarles por esta aver¨ªa. Pasa en todos los coches de carreras".
En el caso del Toyota Corolla, durante la temporada 1999 se hab¨ªan producido dos incidentes de estas caracter¨ªsticas, uno en el coche de Didier Auriol y otro en el del sueco Thomas Radstrom. Y el tercero result¨® el m¨¢s inesperado porque precisamente nunca se hab¨ªa forzado tan poco un coche como hizo Sainz en la ¨²ltima etapa del rally brit¨¢nico, reduci¨¦ndole incluso la potencia.
Sainz necesitaba acabar cuarto para asegurar el t¨ªtulo, y su renta sobre el quinto, m¨¢s de dos minutos, le permit¨ªa rodar con calma. Pero no bast¨®, como tampoco los mimos que los mec¨¢nicos de Toyota dieron al coche desde que las retiradas de los m¨¢s importantes rivales despejaron el panorama.
En la ¨²ltima zona de asistencia mec¨¢nica antes de la aver¨ªa, el Corolla matriculado KAM-8040 hab¨ªa sido sometido a una revisi¨®n profunda. Se cambiaron los amortiguadores y todos los l¨ªquidos (aceite y agua), se verificaron los frenos, y una docena de experimentados mec¨¢nicos cuidaron todos los detalles que estaban en sus manos. No cambiaron el motor porque no lo permite el reglamento. Y al cabo de 61 kil¨®metros expir¨®. O, para ser m¨¢s exactos, a 60,300 kil¨®metros. A s¨®lo 700 metros del tricampeonato.
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