Landero sostiene que la obra de Grosz mantiene viva la memoria

El escritor Luis Landero prefiere pensar que el siglo XIX termina en 1914 y que s¨®lo hasta el periodo de entreguerras esta centuria deja entrever su rostro y lo que ser¨ªa despu¨¦s. As¨ª interpreta el cuadro Escena callejera, de Georg Grosz, tal como expres¨® en la conferencia sobre el Cuadro del Mes, del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, el s¨¢bado. "Ojal¨¢ nunca falten artistas como Grosz que recuperen la miseria para que el horror de la realidad no se vuelva invisible en la memoria", dice el autor, que en febrero publicar¨¢ su novela El m¨¢gico aprendiz. Para Landero, El¨ªas Canetti y Bertolt Brecht deben parte de su inspiraci¨®n a Grosz. Bajo un cono de luz y delante de la diapositiva de Escena callejera (1925), Landero elogi¨® la cruel honestidad de este pintor que consideraba al hombre como "un ser irrenunciablemente est¨²pido y abyecto"; pero tambi¨¦n reconoci¨® los avances morales del hombre actual, porque "si todos tuvi¨¦ramos el optimismo de Grosz ir¨ªamos como borregos al suicidio".La obra escogida por el escritor de Badajoz (Alburquerque, 1948) pertenece a la llamada nueva objetividad, en la que se muestra un mundo menos id¨ªlico y m¨¢s con sabor a tierra. "Me inquieta la ¨¦poca que le toc¨® vivir y que reflej¨® de un modo maravillosamente terrible", opina Landero para a?adir que fue "la ¨¦poca m¨¢s significativa de nuestro tiempo. Un momento de torbellino est¨¦tico en el que Grosz aport¨® lo suyo".

Y Escena callejera refuerza la idea de Landero de que las ciudades no est¨¢n acabadas hasta que un pintor ofrece visitarlas en sus cuadros. Para el autor de Juegos de la edad tard¨ªa, esta obra es un ejemplo de las palabras de Susan Sontag: "Una obra vale por la intenci¨®n que la suscita, lo que quiere decir".