Torrent
Al escritor Ferran Torrent le ocurre como a Blasco Ib¨¢?ez: sus contempor¨¢neos -el macizo- no le perdonan el ¨¦xito. Es, salvando todas las distancias que puedan beneficiar o perjudicar al contrario, otro Blasco, aunque con otro 98, tambi¨¦n m¨¢s compatriota, en el que habr¨ªa que hacer las salvedades necesarias para no ofender demasiado la memoria de la literatura. No es improbable que en el futuro alg¨²n estudiante de psicolog¨ªa de Wisconsin tipifique en una tesis de licenciatura las clases de odio que llegaron a destilar algunos de los m¨¢s perceptibles representantes del gremio, que en algunos casos puede que supere en calidad a la obra que han producido, aunque s¨®lo sea por la cantidad de energ¨ªas que han invertido, en detrimento del oficio, en este ejercicio tan humano. A menudo los sentimientos est¨¢n por encima de la capacidad de los hombres y a todo Salieri le llega su Mozart. As¨ª es la vida, de cualquier modo. En poco m¨¢s de una d¨¦cada Torrent se ha trazado una trayectoria que lo ha llevado a vivir la literatura en catal¨¢n con normalidad y a ser su exponente valenciano m¨¢s s¨®lido en el mercado. El escritor ha logrado vivir en exclusiva de un oficio en el que, en esa lengua, s¨®lo era posible subsistir a costa del sueldo y la salud de la mujer o gracias a la sopa boba de la Administraci¨®n. Hace unos a?os, cuando el maestro J. J. P¨¦rez Benlloch glos¨® en el peri¨®dico que el novelista se hab¨ªa comprado un BMW de color verde botella, sin duda public¨® la primera buena noticia de una literatura que parec¨ªa dise?ada s¨®lo para pupas y con una irrefrenable dimensi¨®n tr¨¢gica como denominaci¨®n de origen. Antes de Torrent la literatura contempor¨¢nea en valenciano, con escasas excepciones, era un producto traumatizado por las circunstancias de la dictadura y la transici¨®n pol¨ªtica. Somatizaba una sensaci¨®n de derrota y resistencia, que derivaba demasiadas veces en el empobrecimiento argumental y propiciaba la sobredimensi¨®n de algunos autores de inter¨¦s microsc¨®pico. Despu¨¦s de Torrent esta literatura es s¨®lo literatura. Incorpora lectores nuevos y normales e insufla vitalidad al producto, lo que beneficia incluso al otro 98. Dicho sea con motivo del espumoso ¨¦xito de su ¨²ltima novela, L"illa de l"holand¨¨s.
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