El sospechoso de linchar al camionero que arroll¨® a su hijo se entrega al juez

Una docena de polic¨ªas vestidos de paisano le buscaban, con una foto suya en el bolsillo, entre las 200 personas de etnia gitana que acud¨ªan al entierro del peque?o Jos¨¦. Confiaban en que Jos¨¦ Mu?oz, El Sordo, de 45 a?os, sospechoso de haber dado muerte al camionero que arroll¨® el pasado viernes a su hijo de 22 meses, acudir¨ªa al cementerio de Valencia a darle el ¨²ltimo adi¨®s. Pero Mu?oz se entreg¨® en el juzgado de guardia a la misma hora en que introduc¨ªan el f¨¦retro en el nicho.

Los agentes del Grupo de Homicidios, que vigilaron todas las entradas del cementerio, no andaban muy errados. Jos¨¦ Mu?oz intent¨® a toda costa acudir al sepelio de su hijo y le encomend¨® a su abogado, Jaime Sanz de Bremond, que formulara esa petici¨®n al juez a cambio de entregarse en cuanto se sellara el nicho. El letrado viaj¨® el s¨¢bado a Valencia y se puso en contacto con el juzgado. Pero, al final, Mu?oz decidi¨® no ir al camposanto. Fuentes pr¨®ximas al caso dicen que prefiri¨® llorar a su beb¨¦ de 22 meses en el cementerio privado situado en la autov¨ªa de Madrid en el que la familia instal¨® el velatorio y celebr¨® una misa a las diez de la ma?ana. Desde all¨ª parti¨® una comitiva f¨²nebre formada por 22 veh¨ªculos para asistir al sepelio a mediod¨ªa. A la misma hora enterraban en el camposanto de Alboraia, un municipio contiguo a Valencia, al camionero Antonio Civantos Armenteros, de 44 a?os, salvajemente linchado el viernes al anochecer en el barrio portuario de Natzaret, en Valencia, tras la desgraciada maniobra en la que arroll¨® al beb¨¦ con su cami¨®n."?Ay!, con todo el dinero que tenemos han ido a robarnos lo m¨¢s valioso", gimoteaba una mujer en el entierro del peque?o Jos¨¦ Mu?oz. Las cadenas de oro que luc¨ªan muchos miembros de la comitiva y los lujosos chal¨¦s de Natzaret en los que residen dan fe de ello. Un amigo del padre disculpaba el linchamiento del camionero, que acab¨® con la cabeza desfigurada por los golpes que le asestaron con una navaja, un cuchillo y un bast¨®n. "La sangre de un hijo duele mucho", le excusaba, y culpaba al transportista de intentar huir.

Excelente persona

Pero a la polic¨ªa le consta que el camionero asesinado era "una excelente persona" que s¨®lo se apart¨® del lugar porque tem¨ªa por su vida. "Era tan bueno", comenta un inspector, "que si hubiera vivido, las depresiones habr¨ªan acabado con ¨¦l". Mientras se celebraba el entierro, Jos¨¦ Mu?oz, un hombre bajo, con cabellera y ojos oscuros, y un bigote espeso, empezaba a declarar ante la titular del juzgado de guardia, el n¨²mero 17. El delegado del Gobierno, Carlos Gonz¨¢lez Cepeda, afirm¨® que se ha confesado culpable de la muerte del camionero. Sin embargo, la Polic¨ªa prepara nuevas detenciones, ya que las investigaciones demuestran que al menos tomaron parte tres personas en el linchamiento, adem¨¢s de los que le cerraron la huida al camionero. Sanz de Bremond intentar¨¢ suavizar la pena de su cliente o lograr la absoluci¨®n alegando que sufri¨® una enajenaci¨®n mental transitoria al ver a su hijo atropellado.Este letrado, conocido por su participaci¨®n en los procesos abiertos por las muertes de Santiago Corella, El Nani, y la dominicana Lucrecia P¨¦rez, el caso Amedo y otros juicios sobre torturas, mafias policiales y malos tratos, tambi¨¦n defendi¨® a unos familiares del Sordo que comparten el apellido Mu?oz. Estaban acusados de participar en una reyerta en el barrio marinero del Cabanyal, en Valencia, en la que perdi¨® la vida un hombre de etnia gitana.

La declaraci¨®n, de la que no han trascendido muchos detalles porque la juez ha decretado el secreto del sumario, se prolong¨® hasta cerca de las cuatro de la tarde. Entonces, la Polic¨ªa traslad¨® a Mu?oz en un coche camuflado a su chal¨¦ de Natzaret, junto al que se produjo la tragedia, para registrar la vivienda. De all¨ª regresaron a los juzgados, a las seis de la tarde. El acusado pas¨® la noche en los calabozos a la espera de que el juez que lleva el caso, el titular del juzgado n¨²mero 15, decidiera su ingreso en la prisi¨®n de Picassent, lo que se produjo a ¨²ltima hora de la tarde de ayer. Tras el sepelio, algunos familiares de Jos¨¦ Mu?oz se reunieron en la casa del patriarca del clan, el t¨ªo Jos¨¦ Mar¨ªa, en la misma calle en la que murieron el beb¨¦ y el camionero. Para rendir homenaje a las dos v¨ªctimas, las asociaciones de vecinos de la ciudad han convocado para ma?ana por la tarde una concentraci¨®n silenciosa en la plaza de la iglesia de Natzaret. Ante el temor a un brote racista en el barrio, los colectivos de payos y gitanos leer¨¢n al final del acto un manifiesto en el que abogar¨¢n por la buena convivencia y el respeto entre todas las etnias.