La OTAN, preparada para el siglo XXI
Ma?ana, mis colegas de la OTAN y yo nos reuniremos en Bruselas para fijar el orden del d¨ªa para la cumbre de la OTAN de abril de 1999 en Washington, donde los mandatarios de la Alianza conmemorar¨¢n su quincuag¨¦simo aniversario y dar¨¢n la bienvenida por primera vez como aliados de la OTAN a los jefes de Estado de la Rep¨²blica Checa, Hungr¨ªa y Polonia.Debemos estar orgullosos de lo que ha logrado la Alianza en su primer medio siglo, pero no podemos dormirnos en los laureles. Hacemos frente hoy a cuestiones distintas, pero no menos dif¨ªciles que las que afrontaron nuestros predecesores hace cincuenta a?os. La cumbre de Washington ser¨¢ en efecto la primera del siglo XXI.
En Bruselas continuaremos nuestros esfuerzos para construir una OTAN para el siglo XXI: una Alianza m¨¢s grande y flexible, comprometida con la defensa colectiva, capaz de hacer frente a un amplio abanico de amenazas a los intereses comunes de la Alianza, y de colaborar con otras naciones y organizaciones para avanzar la seguridad, la prosperidad y la democracia en y para toda el ¨¢rea transatl¨¢ntica.
En la cumbre de Washington, nuestros mandatarios emitir¨¢n un nuevo Concepto Estrat¨¦gico, un dise?o para el futuro de la Alianza. Una OTAN del siglo XXI teniendo en cuenta el nuevo entorno estrat¨¦gico. Si bien gran parte de Europa est¨¢ m¨¢s segura ahora que en cualquier ¨¦poca anterior en nuestra memoria, el territorio y los intereses de la Alianza pueden verse afectados por riesgos de distinto origen. Como dijo el presidente Clinton en Berl¨ªn el pasado mes de mayo: "La Alianza del ma?ana debe seguir defendiendo sus fronteras ampliadas y defenderse contra amenazas a nuestra seguridad desde m¨¢s all¨¢ de ellas -la proliferaci¨®n de armas de destrucci¨®n masiva, la violencia ¨¦tnica, los conflictos regionales".
Bosnia y Kosovo son ejemplos recientes de que la OTAN debe actuar cuando los conflictos m¨¢s all¨¢ de sus fronteras inmediatas afecten los intereses de la propia Alianza. El nuevo concepto estrat¨¦gico de la OTAN tiene que encontrar el equilibrio perfecto entre la afirmaci¨®n del car¨¢cter central de las misiones de defensa colectiva de la OTAN y la respuesta a dichas crisis. Juntos debemos aumentar nuestra flexibilidad y nuestra capacidad para impedir, disuadir y, si es necesario, responder al abanico completo de posibles amenazas a los intereses de la Alianza.
La misi¨®n primordial de la OTAN siempre ser¨¢ la defensa contra la agresi¨®n. Pero los fundadores de la Alianza tambi¨¦n distinguieron entre lo que el tratado de Washington nos compromete a hacer y lo que nos permite hacer. Si alguna vez es necesaria la acci¨®n militar conjunta para proteger intereses vitales de la Alianza, tiene sentido recurrir a la estructura militar unificada y a las costumbres de cooperaci¨®n que hemos desarrollado a lo largo de los ¨²ltimos cincuenta a?os.
La tarea de la cumbre de Washington ser¨¢ asegurar que la OTAN disponga de los medios para convertir dicha visi¨®n en realidad. Necesitamos fuerzas militares que est¨¦n dise?adas, equipadas y preparadas para misiones del siglo XXI. El secretario de Defensa Cohen ha estado trabajando muy estrechamente con los ministros de Defensa de la Alianza sobre propuestas para modernizar las fuerzas militares de la OTAN. Nuestro objetivo es alcanzar un acuerdo en la cumbre de Washington sobre un programa a largo plazo para desarrollar las capacidades id¨®neas para garantizar tanto la defensa propia como la capacidad para responder r¨¢pida y eficazmente ante las crisis.
?sta es la raz¨®n por la que acogemos el llamamiento del primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, a los europeos para que consideren formas en las que puedan asumir m¨¢s responsabilidad para su propia seguridad y defensa. Nuestro inter¨¦s est¨¢ claro: queremos una Europa capaz de actuar. Queremos una Europa con fuerzas militares modernas y flexibles, capaces de apagar fuegos en su patio trasero y que trabajen con nosotros a trav¨¦s de la Alianza para defender nuestros intereses comunes. Los esfuerzos europeos para hacer m¨¢s a favor de su propia defensa hacen que sea m¨¢s f¨¢cil, no m¨¢s dif¨ªcil, nuestra colaboraci¨®n continuada. Examinaremos todas las propuestas para la defensa y seguridad europea en funci¨®n de una pregunta sencilla: ?mejora nuestra eficacia trabajando juntos? Al igual que Blair, creemos que se debe dar importancia a la mejora de las capacidades pr¨¢cticas que Europa aporta a nuestra Alianza.
La crisis en Kosovo demuestra c¨®mo las capacidades pr¨¢cticas europeas en materia de defensa pueden ayudar en el cumplimiento de las misiones de la OTAN. Gracias a la iniciativa de Francia y a las aportaciones de Alemania, Reino Unido, Italia y otros aliados, la OTAN est¨¢ desplegando una fuerza de extracci¨®n exclusivamente europea para los observadores de la OSCE que se est¨¢n enviando a esta provincia conflictiva. Esta fuerza est¨¢ bajo el mando de la OTAN, y basada en capacidades s¨®lidas europeas. Demuestra c¨®mo las fuerzas europeas pueden trabajar dentro de la OTAN para conseguir grandes efectos en el mundo real. Apreciamos los deseos del Gobierno de Macedonia de acoger estas fuerzas. Kosovo aporta otra lecci¨®n: la voluntad pol¨ªtica es m¨¢s importante que la creaci¨®n de nuevas estructuras institucionales. Antes de actuar conjuntamente, el problema en Kosovo no era la falta de instituciones apropiadas, sino la falta de acuerdo para utilizar las instituciones.
Conforme los europeos consideren la mejor manera de organizar su cooperaci¨®n en materia de pol¨ªtica exterior y de seguridad, ser¨¢ clave asegurar que cualquier cambio institucional sea compatible con los principios b¨¢sicos que han servido bien a la Alianza Atl¨¢ntica durante cincuenta a?os. Esto significa evitar lo que llamar¨ªa las tres des: desacoplamiento, duplicaci¨®n y discriminaci¨®n. Primero, queremos evitar el desacoplamiento: la OTAN es la expresi¨®n del v¨ªnculo transatl¨¢ntico indispensable. Debe seguir siendo una organizaci¨®n de aliados soberanos, donde la toma de decisiones europeas no quede desvinculada de la toma de decisiones m¨¢s amplia de la Alianza. Segundo, queremos evitar la duplicaci¨®n: los recursos de defensa son demasiado escasos para que los aliados puedan llevar a cabo dos veces la planificaci¨®n de fuerzas, la operaci¨®n de estructuras de mando y la toma de decisiones respecto a adquisiciones, una vez en la OTAN y otra vez en la UE. Tercero, queremos evitar cualquier discriminaci¨®n contra los miembros de la OTAN que no sean miembros de la UE. El objetivo explicado por Blair es consistente con estos principios.
Un reto concreto al que debe hacer frente la cumbre de Washington es la amenaza muy real a nuestros pueblos, nuestro territorio y nuestras fuerzas militares planteada por las armas de destrucci¨®n masiva y sus medios de entrega. Debemos mejorar los esfuerzos de la Alianza en su conjunto tanto para detener la proliferaci¨®n como para disuadir, impedir y proteger contra ataques de este tipo. Los esfuerzos de la OTAN deben complementar, no sustituir, los reg¨ªmenes y esfuerzos existentes para controlar la proliferaci¨®n.
La OTAN que prevemos para el siglo XXI ser¨¢ un pilar central de una comunidad noratl¨¢ntica mucho m¨¢s amplia, de riesgo y responsabilidad compartidos entre democracias cada vez m¨¢s seguras y pr¨®speras. Para las naciones que aspiran a ser miembros, la puerta de la OTAN sigue abierta, y la Alianza debe emprender esfuerzos todav¨ªa m¨¢s activos para ayudarles a pasar por ella.
La ampliaci¨®n de la OTAN no es un acontecimiento ¨²nico; los primeros nuevos miembros no ser¨¢n los ¨²ltimos. La cumbre de Washington debe mejorar nuestra capacidad para trabajar conjuntamente con todas las naciones socias, sean cuales sean sus aspiraciones respecto a la Alianza, para extender la seguridad y la estabilidad a lo largo y ancho de esta comunidad m¨¢s amplia. La asociaci¨®n singular de la OTAN con Ucrania es un elemento importante de este esfuerzo m¨¢s amplio.
Queremos que Rusia sea una participante estrecha y activa en esta asociaci¨®n del siglo XXI. Mis colegas y yo nos reuniremos esta semana con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Ivanov, en el Consejo Conjunto Permanente OTAN-Rusia, donde continuaremos los esfuerzos para mejorar la cooperaci¨®n en el esp¨ªritu del Acta Fundacional OTAN-Rusia, que celebrar¨¢ su segundo aniversario en junio. Tropas de la OTAN y rusas siguen colaborando unas al lado de las otras en Bosnia. Juntos estamos trabajando sobre la posible participaci¨®n rusa en el R¨¦gimen de Verificaci¨®n A¨¦rea en Kosovo. Tenemos previsto abrir una Misi¨®n de Enlace Militar en Mosc¨², indicios de que la relaci¨®n entre la OTAN y Rusia sigue adelante.
La lecci¨®n de este siglo es que cuando Europa y Am¨¦rica actuamos conjuntamente, avanzamos nuestros intereses y valores con m¨¢s eficacia. Ese nuevo siglo est¨¢ form¨¢ndose ya a trav¨¦s de nuestra respuesta conjunta ante la inestabilidad en los Balcanes y ser¨¢ configurado en gran medida por las decisiones que tomemos esta pr¨®xima semana y en los pr¨®ximos meses. Conf¨ªo en que estas decisiones ser¨¢n las acertadas para el futuro de nuestra gran Alianza.
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