Un estudio revela el conformismo imperante entre los j¨®venes alicantinos
Los j¨®venes alicantinos de los noventa ya no son rebeldes porque el mundo laboral les ha hecho as¨ª. Sus padres quisieron cambiar la sociedad en los sesenta y al final fue ¨¦sta la que los cambi¨® a ellos, pero los hijos ni siquiera se toman la molestia. Un estudio realizado por la Universidad de Alicante por encargo de la Concejal¨ªa de Juventud retrata a una generaci¨®n que para emanciparse necesita, y no necesariamente por este orden: un empleo estable, una vivienda propia tan confortable como la de sus padres y alguien con quien formar una familia.
Los j¨®venes ya no quieren cambiar la sociedad, sino cortejarla para que ¨¦sta los acepte. El coco que acecha m¨¢s all¨¢ de las paredes del nido familiar es la inestabilidad laboral. Los j¨®venes, pese a que el estudio delata que tienen una visi¨®n de la situaci¨®n del empleo peor a la real, rechazan emanciparse hasta que hallan un empleo fijo. De hecho, el perfil del que se independiza corresponde al de una persona con trabajo estable y bien remunerado, a ser posible en la Administraci¨®n p¨²blica. La edad media en la que se abandona el domicilio familiar ha aumentado hasta los 28 a?os. Pero el acceso al mercado laboral no es f¨¢cil, y por eso los j¨®venes valoran de forma muy positiva las pol¨ªticas que concedan becas que permitan una formaci¨®n continuada. Y donde no hay subvenci¨®n, siempre queda el nepotismo: la mayor parte de los j¨®venes alicantinos adquirieron su primer empleo a trav¨¦s de familiares o amigos. Pr¨®ximos a los padres Como los j¨®venes se han vuelto igual de conservadores que sus padres, comparten proyectos de futuro y puntos de vista comunes, con lo que el conflicto generacional, que fue causante de tantas huidas de casa en los tiempos de la patilla y los pantalones de campana, ya no existe. Aquellos hogares en pie de guerra se han convertido ahora en estampas dignas de La casa de la pradera, y esta es una de las principales razones de la tolerancia que muestran sus padres hacia la permanencia en casa de sus reto?os, seg¨²n concluye este estudio dirigido por Antonio Mula. Los otros dos factores de primer orden en las preferencias juveniles, la vivienda y la familia, inciden en el conformismo. Los datos del estudio concluyen que el joven alicantino es "patrimonialista", es decir, que rechaza el alquiler. Quiere una casa propia que mantenga el estatus de la de sus padres, y en eso ¨¦stos est¨¢n de acuerdo. Asimismo, la mayor¨ªa de los j¨®venes que se van de casa lo hacen para casarse, puesto que consideran la familia como "v¨ªnculo de integraci¨®n y relaci¨®n social", es decir, como el mejor pasaporte para conseguir su sue?o dorado: "Participar con normalidad en la vida cotidiana".
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