La derecha chilena se traslada a las calles de Londres para pedir la libertad de su general
Admiradores y enemigos del ex dictador chileno Augusto Pinochet se cruzaron ayer brevemente y sin intercambiar miradas por las calles de Londres camino del n¨²mero 10 de Downing Street, donde entregaron sendas cartas dirigidas al primer ministro laborista, Tony Blair, para que intervenga en el proceso legal que, seg¨²n el veredicto del tribunal de cinco lores, deber¨ªa desembocar este viernes en la decisi¨®n de extraditar al general a Espa?a. Las manifestaciones con prop¨®sitos contrarios coincidieron con los intentos de impedir que Pinochet comparezca ante el juez Baltasar Garz¨®n.
Por una parte, la derecha brit¨¢nica intensific¨® su campa?a para que el general sea liberado del arresto y confinamiento en una mansi¨®n campestre de Surrey y se le permita volver a Chile, donde podr¨ªa ser enjuiciado, pero s¨®lo bajo los t¨¦rminos legales que ¨¦l mismo cre¨® con reformas constitucionales que le garantizan el perd¨®n. Por otra, la presi¨®n sobre Blair para que su Gobierno, compuesto en gran parte por exponentes de las causas izquierdistas de ayer, se atenga a la decisi¨®n de la justicia brit¨¢nica emitida por el tribunal de cinco lores que desconoci¨® el reclamo a la inmunidad diplom¨¢tica que los abogados de Pinochet invocan con tes¨®n a fin de impedir el enjuiciamiento de su cliente en Espa?a.Lord Lamont, otrora m¨¢xima autoridad judicial del Reino Unido y presidente de la C¨¢mara alta durante el Gobierno conservador de John Major, le escribi¨® anoche una carta a su sucesor bajo el Gobierno laborista elegido hace 19 meses, lord Irvine. Su intenci¨®n fue clara: aprovechar el argumento de que lord Hoffman, cuyo veredicto fue decisivo para impedir que Pinochet se salve de la posibilidad de ser extraditado por las conexiones de ¨¦ste y su mujer con la organizaci¨®n defensora de los derechos humanos Amnist¨ªa Internacional (AI).
"Es inaceptable que un juez participe en la resoluci¨®n de un caso cuando ¨¦l est¨¢ conectado con una organizaci¨®n que est¨¢ desempe?ando un papel prominente y activo en el caso", dice la carta, citada anoche por la agencia Press Association. "Ning¨²n juez deber¨ªa colocarse en una situaci¨®n en la que deba emitir juicio sobre materias en las que de alguna manera, por m¨¢s m¨ªnima que fuera, se haya visto involucrado ¨¦l mismo", a?ade el texto. Lord Lamont, prudentemente, no utiliz¨® en ning¨²n momento la palabra prevaricaci¨®n, pero queda claro que su argumento iba por ese camino.
Ayer, AI se limit¨® a emitir un comunicado de dos p¨¢rrafos para repeler las sugerencias de que los v¨ªnculos de lord Leonard Hoffman con la organizaci¨®n y el hecho de que su mujer, Gillian, trabaje para Amnist¨ªa Internacional han tenido un efecto determinante en el dictamen contra Pinochet. El comunicado admiti¨® sin ambages que los v¨ªnculos con fines "caritativos" de tanto Hoffman como lord Bingham con AI datan de hace tiempo y jam¨¢s fueron un secreto. "Lord Hoffman nunca ha estado involucrado en el trabajo de la secretar¨ªa general. El hecho de que [estos datos] ahora est¨¦n siendo mentados por los partidarios de Pinochet refleja un intento de desviar la atenci¨®n del tema principal, que constituye la necesidad de procedimientos legales para la extradici¨®n bajo acusaci¨®n de tortura y cr¨ªmenes contra la humanidad sin interferencia del poder ejecutivo en el terreno pol¨ªtico", dice el comunicado de AI.
Anoche, las t¨¢cticas adoptadas por Kingsley Napley, la firma de abogados defensores de Pinochet, promet¨ªan poco, pero han conseguido enrarecer relativamente el ambiente, como lo comprueba la actitud de lord Lamont, y, lo que es peor para Jack Straw, el ministro brit¨¢nico del Interior, en cuyas manos descansa en ¨²ltima instancia el destino de Pinochet, complicar el tr¨¢mite que debe concluir el viernes, si es que no se produce un sorpresivo pronunciamiento hoy. Comentaristas pol¨ªticos est¨¢n de acuerdo en que a Straw -y, por ende, a Blair- le toca decidir el tema pol¨ªtico m¨¢s candente de este Gobierno.
Unos setenta partidarios de Pinochet llegaron hasta Downing Street con una carta redactada en perfecto ingl¨¦s y que expresaba el sentimiento de "700 v¨ªctimas asesinadas por grupos terroristas del sistema marxista", una referencia a los pocos a?os del Gobierno socialista democr¨¢ticamente elegido de Salvador Allende y que acab¨® a ca?onazos disparados por los subordinados de Pinochet.
Poco despu¨¦s, un grupo de exiliados del pa¨ªs suramericano, en vilo desde el arresto del general, llev¨® hasta Downing Street otra carta que entreg¨® en medio de un coro que ped¨ªa a todo pulm¨®n "justicia" y daba vivas a Espa?a.
Entretanto, lo que nadie sabe es el origen de los fondos que, por ejemplo, permiten que 55 derechistas chilenos se alojen en el hotel Senator de Londres, donde una habitaci¨®n sencilla cuesta 75 libras esterlinas (unas 18.000 pesetas) por noche. Dietas y billetes a¨¦reos aparte, el ejercicio de apoyo al ex dictador significa una cuenta hotelera de 20.625 libras (casi cinco millones de pesetas).
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