Rutas
DE PASADAPara recorrer con el debido aprovechamiento esa retah¨ªla discordante de pueblos que forman la Ruta del Califato el consejero de Turismo, Jos¨¦ N¨²?ez, ha expedido unos pasaportes muy aparentes, como de figurante de pel¨ªcula colonial, que el viajero debe presentar para su verificaci¨®n y sellado en cada una de las aduanas ficticias abiertas en las poblaciones.. No es que el esp¨ªritu independentista del partido de N¨²?ez haya dado en evocar con nostalgia no ya Al-Andalus sino los antiguos reinos de Taifas. M¨¢s bien, la idea del pasaporte parece inspirada en una de esas cartillas que dan en ciertos establecimientos de alimentaci¨®n y que los clientes tienen que llenar de sellos para conseguir una jarra con seis vasos de cristal irrompible o una manteler¨ªa. De hecho, seg¨²n consta en las instrucciones del pasaporte, si el viajero re¨²ne los sellos de dos aduanas neomedievales obtendr¨¢ una sustanciosa rebaja si compra alguna de las publicaciones del Legado Andalus¨ª, quiz¨¢ uno de aquellos libros gordos, hermosos y un poco hueros que edit¨® Jer¨®nimo P¨¢ez con extraordinaria largueza. Quien complete el pasaporte lograr¨¢ un misterioso diploma no se sabe bien de qu¨¦, supongo que de Andariego Medieval, Califa Ped¨¢neo o algo por estilo. Lo cierto es que el Legado Andalus¨ª, a pesar del pasaporte y las se?alizaciones reci¨¦n colocadas, sugiere que tras ¨¦l subyace una idea extraordinaria y falsa, como los Libros Pl¨²mbeos del Sacromonte que el diputado de IU Francisco R¨ªos quiere que la Junta reclame al Papa de Roma. Pretender convertir sus rutas imaginarias en una especie de Camino de Santiago m¨²ltiple es una fantas¨ªa o un disparate, seg¨²n se mire. Si es un disparate deliberado para conseguir beneficios tur¨ªsticos habr¨ªa que a?adir otras obligaciones y premios. Por ejemplo, regalar una estancia en un hotel para quienes lo recorran a la pata coja, descalzos, hacia atr¨¢s, vestidos con ropajes de ¨¦poca o de cualquier otro modo meritorio. Si los peregrinos que llegan a Santiago lo primero que hacen es golpear con su cabeza la estatura del maestro Mateo ?por qu¨¦ no aprovechar la coincidencia de nombres, y cierta enemistad m¨¢s o menos manifiesta, y obligar a los vagabundos del Legado, antes de obtener el diploma, que choquen su frente al llegar a la Alhambra con un busto de su director, el maestro Mateo Revilla?
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