Un gol para el amigo animador

El segundo gol del Celta de Vigo al Espanyol, el domingo pasado, fue un acto sellado por la voluntad. "Voy a marcar un gol y se lo voy a dedicar a Fernando", pens¨® Michel Salgado en el vestuario de Bala¨ªdos. El lateral gallego estaba obsesionado desde hac¨ªa una semana con meter un gol especial. Lo dominaba una angustia compartida con sus compa?eros desde la v¨ªspera del partido contra el Liverpool, en Copa de la UEFA. No lo consigui¨® entonces, pero Josema y Juan S¨¢nchez lo animaron a intentarlo de nuevo. "Soy un defensa", les respondi¨® algo descre¨ªdo de su propio pesimismo, "igual lo meto dentro de un a?o".Sus malos augurios se desvanecieron en el minuto 16. Al galopar por la banda, ya con el marcador favorable (1-0), a Michel Salgado le vino a la cabeza la imagen de Fernano Collazo Vi?as. Record¨® su amistad, su optimismo impenitente, las noches de juerga, su enigm¨¢tica enfermedad, la desgracia. "Me fui a buscar el gol", confes¨®. Y se lo encontr¨® en una mala cesi¨®n de Arteaga. Rob¨® el bal¨®n, regate¨® a Toni, dispar¨® y despleg¨® su homenaje. Se levant¨® la camiseta celeste y mostr¨® la frase: "Va por t¨ª, Fernando, ¨¢nimo".

El gol de M¨ªchel lo vio luego Fernando por televisi¨®n, en el hospital Ram¨®n y Cajal de Madrid. "Nunca dejar¨¦ de estar agradecido por ese gesto, fue incre¨ªble", dice mientras maniobra con su silla de ruedas por los pasillos de la zona de Rehabilitaci¨®n. "No paras de moverte", lo saluda una enfermera -todas le r¨ªen las ocurrencias- "?d¨®nde te hab¨ªas metido?". A Fernando le amputaron la pierna izquierda el domingo d¨ªa 6. Es un hombre moreno, esbelto, de 31 a?os y una vitalidad debordante. No cesa de animarse a s¨ª mismo, porque, asegura, es un "campe¨®n" y no le queda otro remedio: "Con esta desgracia, si me pongo pocho me voy a pique".

El viernes 4, el vestuario del Celta de Vigo se te?¨ªa de angustia antes de viajar a Salamanca para marchar luego a Liverpool. M¨ªchel Salgado, Juan S¨¢nchez, Josema, Paco, Cadete, Djorovic, y Patxi Salinas, compart¨ªan la tragedia de Fernando, a quien una extra?a enfermedad vascular, el Mal de Berger, amenazaba con amputarle una pierna. Los m¨¦dicos ten¨ªan que decidir si adoptaban esa dr¨¢stica decisi¨®n. Y en efecto, el domingo la tomaron para poner fin al calvario. "Dicen que esta enfermedad ataca a los albinos y a los jud¨ªos, pero m¨ªrame: me toc¨® a m¨ª, moreno y gallego". Desde los 22 a?os convivi¨® con un mal que le atrofiaba las arterias de la pierna hasta cortarle la circulaci¨®n, luchando contra la amputaci¨®n, soportando "dolores horribles", "cloruros m¨®rficos y las medicinas m¨¢s fuertes que pueda imaginarse".

Fernando conoce a los jugadores del Celta desde hace a?os, y trab¨® amistad con un grupo de ellos desde que comenz¨® a organizar las fiestas en Duplex, una discoteca de Vigo en la que oficia de relaciones p¨²blicas. Y de organizador deriv¨® a coordinador, y luego a maestro de ceremonias y gu¨ªa recreativo. De ah¨ª su amistad con el n¨²cleo duro del vestuario encabezado por Salinas. "Tengo relaci¨®n con todos, salvo los rusos, que son muy caseros, y Mazinho, que est¨¢ casado", apunta.

Antes del viaje del Celta a Liverpool, Fernando se hizo fotos con sus amigos en el entrenamiento. "Fueron el preludio de la tragedia", su mirada se oscurece, y luego vuelve a sonre¨ªr. En su retina permanece el gol de Michel Salgado al Espanyol. Su novia, Maribel, una viguesa pelirroja que no deja de cogerle la mano, tampoco le quita ojo. ?l la se?ala y dice: "Los amigos como Michel te sacan adelante; y ella tambi¨¦n, que cuantos m¨¢s trozos me quitan m¨¢s me quiere".