Torcidos ib¨¦ricos
MANUEL PERIS No es el nombre de un grupo de m¨²sica de los ochenta. Ni aunque suene a f¨¢brica de chorizos, nada tiene que ver con la industria c¨¢rnica. Entre otras cosas Torcidos Ib¨¦ricos es el nombre de una empresa textil barcelonesa a quien el Ministerio de Industria dio 198 millones de pesetas de los fondos mineros a pesar de su lejan¨ªa de las cuencas mineras. La cadena SER revel¨® anteayer esta singular subvenci¨®n otorgada por el ministerio que dirige Josep Piqu¨¦ a la firma textil que con esta curiosa denominaci¨®n preside un empresario relacionado con la familia de Jordi Pujol. La noticia coincide con el esc¨¢ndalo suscitado, hace un par de semanas, por la subvenci¨®n concedida por el mismo ministerio, tambi¨¦n con cargo a los fondos mineros, al ex consejero de Econom¨ªa de Castilla y Le¨®n, Miguel P¨¦rez Villar -en su d¨ªa condenado por prevaricaci¨®n- para instalar un concesionario de coches en Oviedo. Son noticias que, por supuesto, nada tienen que ver con la muerte hace 48 horas de dos mineros asturianos que elevan a 13 las v¨ªctimas de este a?o en los pozos del Principado, ni con las condiciones de seguridad que all¨ª se disfrutan. Y sin embargo, as¨ª como la sobrasada o el chorizo empapan el papel que los envuelven, el nombre de torcidos ib¨¦ricos tiene una potencia expresiva tal que parece querer impregnar usos y h¨¢bitos en esta Espa?a de los milagros o de las oportunidades, por usar la denominaci¨®n de Eduardo Zaplana. Pese a las adversidades del sector minero, en la lengua castellana la denominaci¨®n de "torcido" hasta ahora nada ten¨ªa que ver con esta industria. Era nombre de hilaturas sederas, de las que debe haber tomado su marca la firma textil subvencionada; y se usaba tambi¨¦n en las pasteler¨ªas para denominar a unos rollos de pasta, elaborados con frutas confitadas. Torcidas eran las almas descarriadas, las vocaciones frustradas y las carreras interrumpidas. Torcidos han sido los negocios arruinados y torcido se llamaba a los corruptos. "Cabezas torcidas" ha sido tambi¨¦n una expresiva forma de llamar a los hip¨®critas. Rita Barber¨¢, por ejemplo, puede estar satisfecha indirectamente de la andanada que le dedicaba el delegado de este peri¨®dico, Josep Torrent, a prop¨®sito de las cr¨ªticas fariseas que hac¨ªa la alcaldesa a Carmen Vila, presidenta de las asociaciones de vecinos de Valencia a quien acusaba de hacer pol¨ªtica a prop¨®sito de los sucesos de Nazaret. Rita Barber¨¢, recordaba Torrent, dec¨ªa lo mismo que recomendaba Franco a un allegado: "Haga como yo y no se meta en pol¨ªtica". Pero la alcaldesa no solo rend¨ªa tributo a su pasado ideol¨®gico, sino que a la vez anticipaba para la causa popular el mismo argumento que ha esgrimido el superministro Rodrigo Rato en su descalificaci¨®n al presidente de la Comisi¨®n Nacional del Sistema El¨¦ctrico, Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez. La oposici¨®n de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez a la subvenci¨®n con 1,3 billones de fondos p¨²blicos al sector el¨¦ctrico era para Rato "pol¨ªtica y partidista". As¨ª las cosas, lo que se impone en esta Espa?a de las oportunidades no es hacer pol¨ªtica, como hac¨ªa el postergado Cascos, como intenta hacer el denostado Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, o como acusaba la alcaldesa de hacer a la esforzada Carmen Vila. Lo que ahora se llevan son los torcidos ib¨¦ricos, sea en la miner¨ªa, en el sector el¨¦ctrico, o en el barrio de Nazaret. La cuesti¨®n es torcer la cabeza y mirar para otra parte.
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