Una contienda inacabada

A finales de febrero de 1991, las fuerzas aliadas hab¨ªan vencido al que se cre¨ªa poderoso Ej¨¦rcito iraqu¨ª. Tras un mes de bombardeos y una fulgurante ofensiva terrestre, las tropas lideradas por Estados Unidos se encontraban pr¨¢cticamente a las puertas de Bagdad, y sin embargo se detuvieron. Aunque se impusieron duras condiciones para la paz -el Ej¨¦rcito iraqu¨ª vio sus movimientos restringidos y se obligaba a Irak a destruir sus armas de destrucci¨®n masiva- lo cierto es que el presidente iraqu¨ª, Sadam Husein, sigui¨® en el poder. ?Por qu¨¦ la guerra termin¨® a medias? Posteriores estudios han revelado que en aquel momento, en los instantes en que la ruta a Bagdad estaba expedita, se produjo una cadena de fallos especialmente en las altas esferas norteamericanas.Nadie en Washington, incluido el general Colin Powell, jefe del Ej¨¦rcito, se dio cuenta de que la Guardia Republicana, el cuerpo de ¨¦lite del Ej¨¦rcito de Sadam, estaba pr¨¢cticamente intacta y que hab¨ªa escapado hacia el norte. Los aliados hab¨ªan previsto que la Guardia Republicana hiciera frente al Ej¨¦rcito que avanzaba desde el sur, y sin embargo ¨¦sta dio media vuelta y se retir¨® en direcci¨®n contraria. Tampoco nadie hab¨ªa previsto que a medida que la victoria militar se hac¨ªa m¨¢s clara comenzar¨ªan las disensiones entre la coalici¨®n anti iraqu¨ª. Arabia Saud¨ª planeaba armar a los insurgentes shi¨ªes del sur. Un general norteamericano desarroll¨® por su cuenta un plan para llegar con los carros de combate a las mismas puertas de Bagdad. Un plan diplom¨¢tico propon¨ªa crear en el sur una zona desmilitarizada que impidiera a Irak volver a atacar Kuwait. En resumen, se rompi¨® la consigna dada por el secretario de Defensa, Dick Cheney, cuando se produjo la invasi¨®n iraqu¨ª de Kuwait, el 2 de agosto de 1990: "Necesitamos un objetivo".

La decisi¨®n de detener las operaciones, anunciada el 27 de febrero, provoc¨® la airada reacci¨®n de algunos militares que no comprend¨ªan porqu¨¦ no se les permit¨ªa seguir hasta la victoria total. "?Por qu¨¦ detener la guerra ahora?", pregunt¨® el teniente general Walker, segundo jefe del Comando Central. El teniente coronel Michael Tanksley dio la noticia a sus hombres exclamando: "S¨®lo Dios puede permitirse un d¨ªa (de descanso) demasiado pronto" y el general de brigada Steven I. Arnold, asegur¨® "odio la forma en que termin¨® la guerra". George Bush, presidente de EEUU, justific¨® el fin abrupto de la guerra, que permiti¨® a Sadam seguir en su cargo: "Si hubi¨¦ramos seguido peleando un d¨ªa m¨¢s, habr¨ªamos sido acusados de la matanza de iraqu¨ªes, que escapaban en vez de luchar".