Torero de ¨¦poca

La Tauromaquia de Antonio Ord¨®?ez se titulaba un curso que dictaron los fil¨®sofos Fernando Savater y V¨ªctor G¨®mez Pin en el C¨ªrculo de Bellas Artes, de Madrid. El diestro asisti¨® a la ¨²ltima jornada y cuando los confereciantes terminaron de glosar su categor¨ªa art¨ªstica tom¨® la palabra y empez¨® diciendo: "Tras oir a estos amigos, que de toreo no tienen ni idea...".Era as¨ª Antonio Ord¨®?ez: con un c¨¢ustico sentido del humor. Aunque no hab¨ªa nada hiriente entonces, pues se trataba simplemente de una broma, que hizo reir tanto al p¨²blico como a los fil¨®sofos.

Antonio Ord¨®?ez fue un torero de ¨¦poca, exclusivo en su interpretaci¨®n de las reglas del arte. Goz¨® de enorme popularidad; los propios toreros le reconocieron su condici¨®n de figura indiscutible; la intelectualidad intentaba explicar esa conjunci¨®n de sentimiento y valent¨ªa de la que era paradigma; la amistad con Orson Welles y con Ernest Hemingway le introdujeron con vitola de mito en los ambientes literarios. Ord¨®?ez se convirti¨® en torero de leyenda, pero los honores que recibi¨® sirvieron sobre todo para engrandecer la propia fiesta, a la que honr¨® con fidelidad absoluta a sus valores y a su rito. Insuperable en las suertes fundamentales, nunca dej¨® de ser torero cabal dentro y fuera de los cosos.