El Bar?a defiende un triunfo m¨ªnimo
El Valladolid desaprovech¨® la ocasi¨®n de empatar en un final de partido ca¨®tico para los azulgrana
![?ngels Pi?ol](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F2996def5-4f7d-4ecf-ada6-746768fac215.png?auth=4edcab0cb2f418f595b64b8e453c1c1ede58c476b20f5338b20762076716a89d&width=100&height=100&smart=true)
Con sudor, l¨¢grimas, nervios e histeria, el Bar?a se reencontr¨® con la victoria en el Nuevo Zorrilla y Van Gaal con su vida y con su proyecto en el Camp Nou. Fue un final ag¨®nico, m¨¢s propio de un partido de baloncesto, con el equipo atrincherado atr¨¢s, defendiendo un solitario gol de Xavi. Vivi¨® el Bar?a del pelotazo y de la falta de inspiraci¨®n de Peternac y de los dos goles cantados que salvaron primero Hesp con los pies y Sergi Sergien la misma l¨ªnea de gol. Los tres puntos tendr¨¢n en el vestuario efectos bals¨¢micos, casi terap¨¦uticos. El Bar?a podr¨¢ irse de vacaciones m¨¢s sereno, ubicado en la zona templada alta de la tabla, pero espantando la crisis, agarr¨¢ndose a las derrotas de sus rivales y ahuyentando a los fantasmas y medidas dr¨¢sticas, ahora congeladas.
O vivir o morir. Con casi todo perdido, Van Gaal apost¨® ayer por cambiar el rostro del Bar?a. No le tembl¨® el pulso y apost¨® por imponer su ley. Fue m¨¢s que significativo que dejara en el banquillo a Guardiola, el capit¨¢n reci¨¦n reaparecido, y enviara directamente a la grada a Celades, uno de sus peloteros preferidos, siempre fijo en sus equipos. Pero no s¨®lo hubo un cambio de nombres. Tambi¨¦n de t¨¢ctica. El holand¨¦s mantuvo tres hombres atr¨¢s; dio el mando a Xavi, que actu¨® con Cocu, como doble pivote; y llen¨® ayer el mediocampo de jugadores, una zona del campo por norma muy vac¨ªa. Y en ataque, libertad para Figo, como media punta, y para Kluivert y Rivaldo como ¨²ltimos delanteros. Van Gaal afloj¨® ayer el cors¨¦.
El Bar?a pobl¨® el coraz¨®n del campo y abort¨® casi siempre todos los intentos del Valladolid, extremadamente conservador en los inicios del partido, con s¨®lo Peternac en punta, para lanzar sus contraataques.
Con la posici¨®n controlada, repleg¨¢ndose casi siempre con rapidez, los azulgrana tuvieron o recuperaron el bal¨®n con rapidez. Luis Enrique realiz¨® una labor oscura que contribuy¨® a reforzar el armaz¨®n. Dio el Bar?a la sensaci¨®n de dominio y de acercarse al gol con acciones de Kluivert y Rivaldo. No tard¨® en aparecer. El brasile?o, apagado ayer, pudo regatear en el ¨¢rea por dos veces, centrar y permitir que Xavi, uno de los jugadores m¨¢s bajos de Primera, remachara de cabeza a la red.
El gol calm¨® al Bar?a. Tuvo,
por primera vez en m¨¢s de un mes, un partido de cara y se reencontr¨® con la sensaci¨®n de poder vencer. El Valladolid le ayud¨®.
El equipo de Kresic se apiad¨® del Bar?a y ense?¨® toda su inocencia tanto en el ¨²ltimo tramo del primer tiempo como del segundo. No se quit¨® el complejo y ni se decidi¨® por un juego m¨¢s ofensivo. Chut¨® con peligro por primera vez a porter¨ªa mediado ya el primer acto, por medio de V¨ªctor, acci¨®n que Hesp desbarat¨® con el pie. Fue el media punta vallisoletano el hombre m¨¢s inspirado.
El Bar?a tuvo m¨¢s orden, pero su defensa sigue siendo un coladero. Vive siempre el equipo de Van Gaal abrazado al suspense. Victor gan¨® la espalda a Okunowo y tuvo el empate muy cerca. Garc¨ªa Calvo tambi¨¦n desperdici¨® al filo del descanso una cadena de disparates de la defensa azulgrana.
El Valladolid se creci¨®, empez¨® a creer en s¨ª mismo y partido se abri¨® tras el descanso. Tuvo el Bar?a la posibilidad de sentenciar con acciones de muy buen ver de Kluivert, pero no acert¨® y propici¨® la reacci¨®n local.
Van Gaal se asust¨® y reforz¨® su defensa. Tampoco dud¨® esta vez. El t¨¦cnico sent¨® a Rivaldo y dio entrada a Abelardo. Tambi¨¦n movi¨® ficha Kresic que dio entrada a Alberto y despu¨¦s renunci¨® a V¨ªctor, en otra decisi¨®n cuestionada por la grada, por Caminero, un hombre que, siempre acostumbra a noquear la porter¨ªa azulgrana. Sufri¨® entonces el Bar?a. Torres G¨®mez pudo marcar y Alberto reclam¨® penalti tras un roce con Sergi.
Atrincherado atr¨¢s, el Bar?a se agarr¨® al gol de Xavi como un clavo ardiendo para sobrevivir. Fue un final ag¨®nico, ca¨®tico, de pelotazos, de balones fuera. Alberto se rif¨® a Okunowo y Peternac, a s¨®lo un metro de la puerta, envi¨® un bal¨®n a los pies de Hesp. El Nuevo Zorrilla se acord¨® de Riazor e imagin¨® el gol. Sergi salv¨® un bal¨®n que iba dentro y el partido de acab¨® de manera ca¨®tica. Van Gaal salt¨® de alegr¨ªa. Sabe el t¨¦cnico que ante el Alav¨¦s volver¨¢ a estar en el Camp Nou.
Ayer, en el Bar?a, pareci¨® que el fin justificaba los medios, y el gol de Xavi aval¨® su partido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.