Lorca, en el templo
Probablemente es cierto que hemos sufrido una saturaci¨®n de Garc¨ªa Lorca en este a?o de su centenario, pero hay que decir tambi¨¦n que, en l¨ªneas generales, conciertos y espect¨¢culos —por lo menos aquellos de que yo he tenido conocimiento— se han realizado con una notable dignidad.
?ste de Manolo Sanl¨²car la tiene, sin duda. Sobre poemas de Federico Garc¨ªa Lorca —menos el tema Carta a do?a Rosita, que viene a ser un poema musical del guitarrista inspirado por el famoso personaje del poeta—, Sanl¨²car crea unos sonidos muy flamencos, jondos y de sobresaliente belleza El m¨²sico ha optado en esta ocasi¨®n por el acompa?amiento sobrio, de un grupo de formato reducido, lo que favorece que el sonido flamenco se imponga con neta brillantez y en su m¨¢xima grandeza.
Locura de brisa y trino
?scar Sanrom¨¢n: pinchazo hondo y media (ovaci¨®n y salida al tercio); pinchazo, media, descabello -aviso- y tres descabellos (ovaci¨®n y salida al tercio); pinchazo, bajonazo, otro pinchazo, metisaca, bajonazo y descabello (silencio). Alfredo Guti¨¦rrez: estocada y descabello (aplausos y salida al tercio); estocada desprendida (silencio). "El Juli": estocada (dos orejas); estocada desprendida (silencio). Monumental Plaza M¨¦xico. S¨¦ptima corrida de la temporada grande 98-99. M¨¢s de tres cuartos de entrada.
Manolo Sanl¨²car e Isidro Mu?oz (guitarras), Carmen Linares (cante), Tino di Geraldo y ?ngel S¨¢nchez, Cepillito (percusiones)
Fuenlabrada (Madrid), iglesia de San Esteban, 20 de diciembre.
En las palabras de explicaci¨®n que Sanl¨²car dijo a lo largo del concierto, expuso que la m¨²sica que ¨ªbamos a escuchar era —-o ¨¦l hab¨ªa querido que fuese— la que el propio Lorca hubiese compuesto en su momento, lo que es siempre cuestionable, porque el poeta nunca fue la clase de m¨²sico que hoy es Sanl¨²car, ni su sentimiento jondo ser¨ªa con toda seguridad el mismo. Pero bien est¨¢ como declaraci¨®n de intenciones.
Hac¨ªa tiempo que la guitarra de Sanl¨²car no nos llegaba tan flamenca como en el recorrido que este concierto le da ocasi¨®n de hacer por algunos estilos. Siendo el guitarrista un m¨²sico en quien la vena creativa tiene siempre connotaciones de reflexi¨®n, en esta ocasi¨®n pareciera que ha querido profundizar m¨¢s en una obra despojada de cualquier elemento expresivo accesorio. La m¨²sica flamenca es el eje central que vertebra, junto a la palabra de Garc¨ªa Lorca, una obra que da a Sanl¨²car la oportunidad de seguir manifest¨¢ndose, bien en la vertiente de compositor, bien en la de int¨¦rprete, como uno de los nombres capitales de la actual guitarra flamenca.
Una obra en que los versos del poeta Federico Garc¨ªa Lorca son b¨¢sicos es obvio que debe contar con cante de primer rango. Lo tiene aqu¨ª en la voz de Carmen Linares, cantaora ya avezada en la interpretaci¨®n de temas lorquianos, a los que transmite una intensidad y una quejumbre pre?adas de sentido jondo. No es f¨¢cil, porque transformar algunos de estos poemas en cante tiene problemas muy notables que Carmen supo resolver con eficacia, aunque para ello hubiera de elevar al m¨¢ximo un esfuerzo cantaor realmente admirable.
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