Trapaceros
Coincido con el consejero de Presidencia, Jos¨¦ Joaqu¨ªn Ripoll, en que se provoque "algo de pol¨¦mica" cuando se conceden 15 emisoras y concurren 370 plicas. Siempre habr¨¢ quien se considere agraviado, incluso entre los beneficiados que esperaban un bot¨ªn mayor. No se puede contentar a todos y siempre. Armado con tan laxo criterio puede el mentado dignatario tener tranquila su conciencia. Pero, en cambio, desde un criterio meramente c¨ªvico y alejado de esa cuca?a tambi¨¦n se puede -y debe- proclamar que la mentada concesi¨®n es lo m¨¢s parecido a una sinvergonzonada. Lo cual conlleva una ventaja a?adida: ni siquiera propicia la pol¨¦mica, por leve que sea. Las cosas son as¨ª por la real gana y conveniencia -digamos intereses creados- del poder, que bien puede remitirnos con nuestras protestas al maestro armero. Vayamos con ¨¦l. Protestamos, en primer lugar, porque el partido del Gobierno, con Eduardo Zaplana al frente, se ha limitado a aplicar en este asunto la ley del embudo y a barrer para casa, favoreciendo a sus protegidos con tal de articularse su propio tinglado medi¨¢tico. Verdad es que el partido que le precedi¨®, el socialista, no fue m¨¢s pulcro -aunque s¨ª m¨¢s necio e ingenuo- a la hora de administrar los medios de comunicaci¨®n, pero esa flaqueza ajena y reiterada no exime al PP ind¨ªgena de ser medido con la misma vara. En este sentido, pues, su ¨¦tica ha quedado a la altura del rastrojo y la existencia de antecedentes no aten¨²a la vileza. Pero aqu¨ª estando, en el Pa¨ªs Valenciano, la arbitrariedad se agrava porque, adem¨¢s de ciscarse en la decencia, se toma a chacota el superior inter¨¦s auton¨®mico. ?C¨®mo, si no, se explica que hayan sido agraciados los rotativos El Mundo y ABC con Radio Voz, Radio Espa?a y Luis del Olmo? ?Qu¨¦ hipotecas u obsecuencias obligan a esta genuflexi¨®n? S¨®lo faltaba que se nos adujese los m¨¦ritos contra¨ªdos por los mentados adjudicatarios en el servicio al pa¨ªs, tan evidentes, por falsos, como los de esa empresa -Medipress- improvisada para poner el cazo y afanarse su parte, tres emisoras, nada menos, sin ning¨²n aval profesional. ?Para qu¨¦ habr¨ªa de necesitarlo? Pues bien, ya tiene el PP su propia bater¨ªa de emisoras de radio, peri¨®dicos y televisiones legales e ilegales. Debemos suponer que, tan excelentemente almenado, ya no ha de temerle con tal paroxismo a los medios y periodistas discrepantes. Quiz¨¢ le falte mies para nutrir tanta boca, pero, estrategas previsores como son, ya se ocuparon oportunamente de pertrecharse con empresarios afines que tanto valen para un barrido como para un fregado. En esta tierra m¨ªtica y de promisi¨®n no ha de qued¨¢rselas en barbecho el favor que ahora anticipan. ?Tontos son ellos! Lo parad¨®jico de esta aviesa maniobra medi¨¢tica es que no ha de servirles de nada llegado que sea su San Mart¨ªn, no tan lejano. Les vale, al PP, para agrandar el eco de las haza?as gubernamentales y los discursos de sus jerarqu¨ªas. Incluso para confundir al vecindario con el estruendo de su ret¨®rica servil -la de los medios m¨¢s agraciados-, tirando a carca. Pero las trapacer¨ªas aflorar¨¢n igualmente. La fatalidad de descr¨¦dito ya pende sobre sus cabezas. Por lo pronto, este rigod¨®n radiof¨®nico los ha dejado con el culo al aire y con su centrismo a cuestas, en forma de jiba. ?P¨¢nico nos da imaginar qu¨¦ no har¨¢n en su pr¨®xima y ¨²ltima legislatura, que ensue?an con mayor¨ªa absoluta, si el pueblo soberano no lo remedia! Dicho sea todo sin el menor ¨¢nimo pol¨¦mico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.