La acusaci¨®n quiere llamar en enero a los testigos en el juicio a Clinton en el Senado
Bill Clinton ser¨¢ juzgado en enero, entre el 7 y el 22, por el Senado de EEUU, que, en el probable caso de que no re¨²na la necesaria mayor¨ªa de dos tercios para destituirle, le aplicar¨¢ una severa censura por su comportamiento en el caso Lewinsky. ?se es el objetivo anunciado ayer por Trent Lott, l¨ªder de la mayor¨ªa republicana en la C¨¢mara alta, y el que despierta un mayor consenso entre los senadores de ambos partidos. La principal duda estriba en saber si en esas dos semanas de juicio ser¨¢n o no llamados a declarar testigos como Monica Lewinsky o Linda Tripp. Algunos republicanos as¨ª lo quieren.
El papel de la acusaci¨®n en el juicio del presidente -el primero de este siglo y el segundo en la historia norteamericana-, lo desempe?ar¨¢ el grupo de 13 congresistas republicanos elegido a tal efecto por la C¨¢mara de Representantes; Clinton ser¨¢ defendido por sus abogados; el presidente del Tribunal Supremo, William Rehnquist, dirigir¨¢ las sesiones, y los 100 senadores -55 republicanos y 45 dem¨®cratas- har¨¢n de jurado. Ellos declarar¨¢n culpable o inocente al presidente, pero para la primera opci¨®n se precisa una pr¨¢cticamente imposible mayor¨ªa de dos tercios (67 votos sobre 100).Dirigidos por Henry Hyde, presidente del Comit¨¦ de Asuntos Judiciales de la C¨¢mara de Representantes, los 13 congresistas republicanos tienen el encargo de explicar en el Senado por qu¨¦ y en base a qu¨¦ tipo de pruebas Clinton fue procesado para su destituci¨®n el 19 de diciembre. Ese grupo, llamado los managers en la jerga parlamentaria estadounidense, se reuni¨® en Washington por primera vez el martes. Y expres¨® su firme deseo de que el Senado les autorice a llamar al estrado como testigos a los principales protagonistas del caso.
Los managers, todos varones blancos, creen que el Senado no puede apresurarse a tomar una decisi¨®n sin conocer de primera mano las "abrumadoras pruebas" contra el presidente. "Nuestra intenci¨®n", dijo ayer Asa Hutchinson, "es citar a testigos, y lo vamos a hacer si el Senado nos lo permite. Se nos tiene que dar la oportunidad de probar nuestras acusaciones".
Pero muchos senadores, incluido el republicano Lott, no tienen ganas de volver a escuchar la historia, que creen conocer de memoria. Les parece que el informe del fiscal especial Kenneth Starr contiene todo lo que tienen que saber. Su intenci¨®n es celebrar un juicio r¨¢pido, que no supere las dos semanas, y pasar directamente a la fase del castigo.
Lott quiere que, antes de votar la censura, el Senado cumpla el encargo que ha recibido de la C¨¢mara de Representantes de pronunciarse a favor o en contra de la destituci¨®n de Clinton. En el ¨²nico precedente hist¨®rico, el presidente Andrew Johnson escap¨® de su destituci¨®n en 1868 por un solo voto.
Dos semanas de juicio oral
El Senado es, en cualquier caso, plenamente soberano para establecer sus reglas de procedimiento en el juicio del presidente. Se constituir¨¢ el 6 de enero y, seg¨²n el plan de Lott, comenzar¨¢ oficialmente el d¨ªa siguiente sus trabajos relativos al juicio de Clinton. La vista oral en s¨ª podr¨ªa abrirse el d¨ªa 11 y durar no m¨¢s de dos semanas. Clinton est¨¢ procesado como presunto autor de los delitos de perjurio y obstrucci¨®n a la justicia por su intento de encubrir el caso Lewinsky.El perjurio habr¨ªa sido cometido en una investigaci¨®n criminal, la desarrollada por un gran jurado bajo la direcci¨®n de Starr.
La Casa Blanca confirm¨® ayer que Clinton viajar¨¢ a M¨¦xico en febrero, reiterando as¨ª que el presidente no tiene la intenci¨®n de dimitir y que, tras encajar sin pesta?ear la mancha en su historial del primer procesamiento del siglo, se prepara para la segunda: la censura del Senado. Hasta sus correligionarios en el Senado piensan que, aunque el caso Lewinsky no merezca su destituci¨®n, Clinton no debe quedar impune.
La necesidad de que Clinton confiese que minti¨® bajo juramento como condici¨®n previa a la censura es el gran obst¨¢culo en el gui¨®n que se est¨¢ consensuando estas fiestas en conversaciones entre senadores republicanos y dem¨®cratas moderados.
La Casa Blanca insisti¨® ayer en que Clinton no est¨¢ dispuesto a efectuar esa confesi¨®n porque no cree haber cometido perjurio.
Una posible salida al embrollo ser¨ªa lograr del fiscal Starr el compromiso de que no perseguir¨¢ por perjurio ante los tribunales ordinarios a Clinton una vez que termine su segundo mandato presidencial.
Clinton tambi¨¦n se prepara para pronunciar, el 19 de enero, su discurso anual ante el Congreso sobre el estado de la Uni¨®n. En ese discurso, el presidente presenta su programa pol¨ªtico para el a?o. Clinton tambi¨¦n sigue de cerca la situaci¨®n en el Golfo. Al t¨¦rmino de los cuatro d¨ªas de bombardeos de la llamada Operaci¨®n Zorro del Desierto, afirm¨® que se reservaba el derecho a ordenar un nuevo ataque, y encarg¨® por ello al Pent¨¢gono preparar un plan para cuando termine el mes sagrado musulm¨¢n del Ramad¨¢n, en la segunda mitad de enero.
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