Fama se escribe con efe
Cuando a Lucien Freud se le ve pasear por las riberas del T¨¢mesis lo primero que se le ocurre a uno es buscarle un parecido f¨ªsico con su abuelo, el gran Sigmund, el gran revolucionario jud¨ªo de Viena. No lo hay. Pero en lo que ambos personajes s¨ª se parecen es en que llevan genio por dentro. Lucien Freud es el mas importante, influyente, rico y, aun as¨ª, bastante abordable pintor contempor¨¢neo del Reino Unido y posiblemente de Europa. Bella Freud, la hija de Lucien, que lleva bien merecido el nombre, estar¨ªa de acuerdo con quienes dicen que el viejo Sigmund conden¨® a su vasta descendencia a la fama. Sin todav¨ªa llegar a los 35, Bella es una de las m¨¢s audaces dise?adoras de moda. Vive cerca de Portobello Road con su compa?ero, el escritor James Fox. Bella y su hermana menor, Esther, eran ni?as cuando su veintea?era madre se puso al volante de un floreado minib¨²s hippie y se fueron a vivir unos a?os en Marruecos. Los recuerdos de Esther est¨¢n contenidos en un bestseller cuyo t¨ªtulo es definitivamente freudiano: Espantosamente pervertidillo (Hideously Kin-ky). La pel¨ªcula est¨¢ a punto de estrenarse.
Luego est¨¢ la prima Emma Freud, una brillante y atractiva periodista de radio y televisi¨®n y que a sus 36 a?os, con dos ni?os peque?os, lleva adelante a la Portobello Studios, una cooperativa de cineastas y columnistas y que hasta hace poco aceptaba a periodistas. Emma vive con Richard Curtis, el c¨¦lebre autor neozeland¨¦s de Cuatro bodas y un funeral.
Otro pariente, el afable Matthew Freud, es uno de los grandes spin doctors, la palabra que en ingl¨¦s denota ingenio y travesuras para manipular cualquier informaci¨®n o situaci¨®n. Asociado con Rupert Murdoch y Peter Mandelson, el te¨®rico neolaborista y mano derecha de Tony Blair que acaba de caer en desgracia por un esc¨¢ndaloso pr¨¦stamo, Matthew Freud es una de las personas clave para los festejos del Milenio en el Domo que el New Labour est¨¢ construyendo en el Meridiano de Greenwich con el mismo af¨¢n que inspir¨® a los franceses la construcci¨®n de la Torre Eiffel.
El parlamentario liberal Clement Freud, otro de los nietos, es una figura con humor para contar lo que es ser un Freud. Una vez hizo un viaje a China con el tambi¨¦n pol¨ªtico hom¨®nimo de Winston Churchill y descendiente del gran primer ministro. En el hotel comprob¨® que la habitaci¨®n de Churchill era mejor que la suya. La respuesta del gerente del hotel fue fulminante: "Es que tiene un pariente famoso", le explic¨®.
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