El cristianismo en tiempos de globalizacion
La aldea global ha sido sustituida por el mercado global, dando lugar al fen¨®meno de la globalizaci¨®n, que, en su actual modalidad neoliberal, tiene car¨¢cter excluyente tanto de continentes enteros, los m¨¢s subdesarrollados, como de sectores cada vez m¨¢s amplios de los pa¨ªses desarrollados, los que no se adaptan a la renovaci¨®n tecnol¨®gica. "Es incontestable", afirma Enzensberger, "que el mercado mundial, desde que dej¨® de ser una visi¨®n lejana y se convirti¨® en realidad global, fabrica cada vez menos ganadores y m¨¢s perdedores, y eso no en el Tercer Mundo o en el Segundo, sino en los altos centros del capitalismo. All¨¢ son pa¨ªses y continentes enteros los que se ven abandonados y excluidos de los intercambios; aqu¨ª son sectores cada vez mas grandes de la poblaci¨®n los que, en la competencia cada d¨ªa m¨¢s gran de por las calificaciones, no pueden seguir y caen".Nadie puede negar que la globalizaci¨®n de la econom¨ªa reporta muy ping¨¹es beneficios. Pero no se reparten equitativamente. Los pa¨ªses industrializados se benefician m¨¢s que los subdesarrollados, y, en un mismo pa¨ªs, los ricos logran m¨¢s ganancias que los m¨¢s pobres. Lo pon¨ªa de manifiesto el informe de las Naciones Unidas de 1997 sobre Pobreza y desarrollo en el mundo con una met¨¢fora muy expresiva: "La globalizaci¨®n es una marea de riqueza que supuestamente levanta a todos los barcos. Pero los hay que tienen m¨¢s agua debajo que otros.- Los transatl¨¢nticos y los yates navegan mejor, mientras que los botes de remo hacen agua y algunos se hunden". El citado informe ilustra la met¨¢fora con datos muy concretos. Durante los pr¨®ximos a?os- la liberalizaci¨®n del comercio reportar¨¢ entre 212.000 y 510.000 millones de d¨®lares. Sin embargo, los 48 pa¨ªses m¨¢s subdesarrollados tendr¨¢n unas p¨¦rdidas anuales de 600 millones en material comercial, y los del ?frica subsahariana, de 1.200 millones. Tambi¨¦n ha crecido el producto, el PIB mundial, en t¨¦rminos globales. Sin embargo, el de 44 naciones subdesarrolladas se ha visto seriamente mermado.
El informe de 1998, centrado, en el consumo, abunda en el car¨¢cter desigual y excluyente de la globalizaci¨®n. El consumo de bienes y servicios llegar¨¢ a superar este a?o los 24 billones de d¨®lares -seis veces la cifra de 1975-Globalmente se ha llegado a un nivel de consumo de alimentos, energ¨ªa, educaci¨®n, transporte, comunicaciones y ocio nunca alcanzado. Pero los niveles de consumo no son homog¨¦neos en todos los pueblos, El 20% de la poblaci¨®n mundial hace el 86% de los gastos en consumo personal.
?Qu¨¦ papel puede jugar el cristianismo en el actual proceso de globalizaci¨®n econ¨®mica de corte neoliberal? Dos son las respuestas a esta pregunta dentro del propio, cristianismo.
La primera es la de los te¨®logos del capitalismo, que, insensibles al car¨¢cter excluyente de la comerci¨¢lizaci¨®n global, la legitiman religiosamente y la consideran el "fin de la historia". En El esp¨ªritu del capitalismo democr¨¢tico, M. Novak llega a hablar de las "ra¨ªces evang¨¦licas del capitalismo" y. enf¨¢tiza la afinidad entre la tradici¨®n judeocristiana, la econom¨ªa de mercado y la democracia.En un discurso pronunciado el 27 de febrero de 1992 en el Congreso Nacional de Empresarlos Cristianos de Francia -celebrado en Lille-, Michel Camdessus, secretario general del Fondo Monetario Internacional, propon¨ªa celebrar las bodas entre el mercado mundial y el Reino de Dios universal, como condici¨®n necesaria para una mayor producci¨®n y un mejor de reparto de los bienes producidos. En el mismo discurso cit¨® el texto del profeta Isa¨ªas le¨ªdo por Jes¨²s en la sinagoga de Nazaret: "El Esp¨ªritu del Se?or est¨¢ sobre m¨ª, porque ¨¦l me ha ungido para que d¨¦ la buena noticia a los pobres. Me ha enviado para anunciar la libertad de los cautivos y la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos, para proclamar el a?o de gracia del Se?or" (Is, 61, 1-2; Lc, 4, 18-18). "Hoy se ha cumplido ante nosotros la profec¨ªa", coment¨® Jes¨²s. Pues bien, ni corto ni perezoso, Camdessus aplic¨® el texto a los empresarios de esta guisa: "Ese hoy es nuestro hoy, y nosotros somos- nosotros, que estamos a cargo de la econom¨ªa- los administradores de una parte en todo caso de esta gracia de Dios: el alivio de los sufrimientos de nuestros hermanos y los procuradores de la expansi¨®n de su libertad. Somos quienes han recibido esta Palabra... Sabemos que Dios est¨¢ con nostros en la tarea de hacer crecer la fraternidad". Estamos ante una de las m¨¢s c¨ªnicas manipulaciones del mensaje evang¨¦lico puesto al servicio de intereses excluyentes.
Muy otra es la respuesta de quienes consideramos que el cristianismo puede y debe animar un proceso de mundializaci¨®n igualitaria alternativo al de la globalizaci¨®n neoliberal actual. El cristianismo es una religi¨®n universal. Pero su universalidad nada tiene que ver con la uniformidad del pensamiento y de las conciencias, ni con la imposici¨®n de las creencias al mundo entero. Tiene que ver, m¨¢s bien, con la idea de propiciar un proceso de globalizaci¨®n por la v¨ªa de la universalizaci¨®n de los derechos humanos, de la justicia y de la igualdad sin discriminaciones, a partir de la opci¨®n por los pobres. En otras palabras, la universalidad del cristianismo debe traducirse hoy en una globalizaci¨®n de la solidaridad desde abajo, que incluya a quienes la globalizaci¨®n neoliberal
excluye. ?C¨®mo? Participando en los diferentes foros de solidaridad con iniciativas tendentes al logro de una aut¨¦ntica fraternidad-sororidad e intentar¨ªdo hacerlas realidad en sus ¨¢mbitos de influencia. He aqu¨ª algunas de ellas: derribar el muro de separaci¨®n entre el Sur y el Norte; colocar la econom¨ªa al servicio del desarrollo integral de las personas y los pueblos, y no viceversa; denunciar el car¨¢cter idol¨¢trico del capital, que exige sacrificios de vidas humanas; defender la democratizaci¨®n de los Estados en torno a los valores comunitarios; mundializar las luchas sociales haciendo converger sus ideales.emancipatorios e integrando las microutop¨ªas en un proyecto ¨¦tico global.
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