Okupas
JUANJO GARC?A DEL MORAL Una noticia publicada el domingo dio la perfecta medida del inter¨¦s de nuestras autoridades por la conservaci¨®n del patrimonio: los llamados porxets ubicados en los bajos de la iglesia de los Santos Juanes fueron elegidos por algunos okupas e indigentes para resguardarse del fr¨ªo durante los d¨ªas de Navidad y A?o Nuevo. Nada ni nadie se lo impidi¨®, a pesar de que se trata de uno de los m¨¢s valiosos monumentos de la ciudad de Valencia, situado justo enfrente del preciado edificio de la Lonja -declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco-, y a espaldas del siempre bullicioso Mercado Central. Los okupas se instalaron all¨ª con total impunidad, colocaron alguna que otra cortina e incluso se llevaron m¨¢s de un mueble para hacer su estancia m¨¢s c¨®moda. Y lo hicieron a plena luz del d¨ªa, con el conocimiento y, por tanto, con el permiso de las autoridades. De esta manera, uno de los templos m¨¢s antiguos de la ciudad -inicialmente una mezquita, convertida despu¨¦s en ermita y cuya fisonom¨ªa actual data del 1700- se ha visto en peligro, dado que incluso se ha registrado alg¨²n conato de incendio ocasionado por las fogatas que los okupas e indigentes encendieron en los porxets para calentarse. Y digo que la noticia da la medida del inter¨¦s de nuestras autoridades por la conservaci¨®n del patrimonio art¨ªstico porque, a pesar de que la intervenci¨®n para la restauraci¨®n de la iglesia de los Santos Juanes se inicici¨® en el a?o 1994, de forma incomprensible los porxets han quedado al margen. Con la pobre excusa de que son de propiedad privada, las covachuelas, que anta?o albergaron peque?os comercios como los ubicados en los bajos del Mercado Central, han sido abandonadas y su deterioro es palpable. Pero si es criticable la pasividad de una Administraci¨®n que permite okupar esos locales, no lo es menos la decisi¨®n de los okupas. Y no por afearles su escaso inter¨¦s por la conservaci¨®n del patrimonio, sino por algo muy distinto. Porque han ido a meterse en el peor sitio: la suciedad y la humedad convierten seguramente a los porxets en unos de los lugares m¨¢s l¨®bregos de la ciudad. Con tantos pisos vac¨ªos y abandonados que hay en el centro hist¨®rico.
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