Las FARC celebran su Epifan¨ªa
Los guerrilleros aparecen por primera vez en p¨²blico en la zona despejada del Cgu¨¢n que controlan desde hace dos meses
El 6 de enero, d¨ªa de la Epifan¨ªa de los Reyes, al caer la noche la guerrilla colombiana de las FARC celebraba con la toma pac¨ªfica de la localidad de San Vicente del Cagu¨¢n lo que era, a sus ojos, el D¨ªa de la Victoria. Docenas de camiones atestados de j¨®venes renegridos de siglos y monta?a, insurgentes de ambos sexos, perfectamente uniformados, con el fusil de asalto M-15 terciado y cartucheras a reventar como si ya hubieran saqueado la Bastilla, desembocaban de los cuatro puntos cardinales sobre el parque municipal en el que a la ma?ana siguiente deb¨ªa celebrarse la solemne ceremonia de apertura del di¨¢logo de paz con el Gobierno. Al llegar a los alrededores de la plaza, de casi una hect¨¢rea en la que estaba montado el teatrillo al aire libre, con platea de sillones para casi un millar de invitados y gallinero de grada para 300 periodistas, donde por la ma?ana deb¨ªa oficiarse una gran ¨®pera pacificadora, los educad¨ªsimos insurrectos se apeaban y daban la mano a los transe¨²ntes que aceptaban en su mayor¨ªa complacidos la presencia de la fuerza que ha garantizado una paz impecable durante los dos ¨²ltimos meses sin polic¨ªa ni soldados.
No hab¨ªa triunfalismo, pero s¨ª convicci¨®n en la juventud uniformada con la bandera de Colombia en el pecho que tomaba la ciudad ocupando sus puntos estrat¨¦gicos, que se distribu¨ªa disciplinadamente en la noche para garantizar la seguridad del jefe, Manuel Marulanda V¨¦lez, l¨ªder de un movimiento nominalmente marxista que hoy encarna, sobre todo, un agreste nacionalismo que pide la paz y enarbola el arma de repetici¨®n.
Y as¨ª este 7 de enero de 1999 los primeros vagidos de una esperanza de paz para Colombia, tras 40 a?os de guerra, estar¨¢n custodiados por un ej¨¦rcito de cerca de 1.500 hombres, mientras, en cumplimiento de los acuerdos con la guerrilla para que ¨¦sta se sentara a dialogar, el presidente constitucional, Andr¨¦s Pastrana Arango, deb¨ªa presentarse con un sucinto ret¨¦n de 60 polic¨ªas cuya misi¨®n es la de formar un anillo exterior de protecci¨®n al pueblo. El verdadero jefe de seguridad del presidente es hoy, por tanto, el comandante guerrillero Edison Roma?a.
Esto parece ya tierra conquistada. El vac¨ªo de poder hab¨ªa sido suficientemente rellenado de antiguo en estos parajes de jungla y pasto, pero en la capital del municipio el guerrillero no hab¨ªa osado entrar con uniforme de campa?a. Las FARC sienten haber llegado hoy a una tierra prometida que es, a la vez, la de su nacimiento. El desfile de la Victoria as¨ª nos lo hizo saber una noche de Reyes del ¨²ltimo a?o del siglo XX.
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