La amenaza de dimisi¨®n de Santer logra evitar la anunciada censura a la Comisi¨®n
El sufl¨¦ se desinfla. Un ¨®rdago del presidente de la Comisi¨®n, Jacques Santer -pactado con los socialistas- amenazando con dimitir si el Parlamento Europeo reprueba a alg¨²n comisario, combinado con una rebeli¨®n en las filas democristianas encabezada por los espa?oles, deber¨ªan hoy salvar de la censura a la Comisi¨®n. El Partido Popular Europeo (PPE) desisti¨® de pedir la cabeza del vicepresidente Manuel Mar¨ªn, pero no la de Edith Cresson. La moci¨®n de censura, que se votar¨¢ hoy, podr¨ªa desembocar en una confianza, muy condicionada, al Ejecutivo.
Tras los rid¨ªculos del mi¨¦rcoles, todos empezaron a conspirar, intentando salvar la cara. La l¨ªder socialista, Pauline Green, pidi¨® a Santer que lanzase un ¨®rdago al dividido grupo democristiano: la amenaza de dimisi¨®n personal si prosperaban las reprobaciones a Mar¨ªn y Cresson. A cambio, se compromet¨ªa a buscar apoyos para una resoluci¨®n sin cr¨ªticas individualizadas a ning¨²n comisario, y a proponer un Comit¨¦ de Sabios independiente -la idea del canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der- que controle c¨®mo Bruselas administra el dinero y los casos de fraude, algo que en todo caso limitar¨¢ las competencias del Ejecutivo.Dicho y hecho. En la inmediata cena que Santer mantuvo con sus correligionarios democristianos, les anunci¨® que si persist¨ªan en reprobar a dos comisarios, ¨¦l mismo, un miembro del PPE, dimitir¨ªa "por dignidad", abriendo una grave crisis institucional, porque los Quince deber¨ªan improvisar su sustituci¨®n en una cumbre extraordinaria. Les impresion¨®, aunque a algunos les desagradase su menci¨®n ir¨®nica de que, "a diferencia de Chirac, yo no tengo a una hija en mi Administraci¨®n". Y es que adem¨¢s, como relat¨® un testigo, "estaba harto y quiso hacerles saltar los plomos".
Tambi¨¦n Green cumpli¨® su parte, al lograr el apoyo de Izquierda Unitaria y de los radicales a una resoluci¨®n conjunta en los t¨¦rminos explicados a Santer, pero no as¨ª el de los liberales, como pretend¨ªa.
Golpe de mano
Mientras tanto, los populares espa?oles que encabeza Gerardo Galeote, empe?ados en conservar a la Comisi¨®n y en consecuencia en evitar que ¨¦sta entre en crisis por la reprobaci¨®n de alg¨²n comisario, iniciaron una fronda en el interior de su grupo. Lograron ayer el apoyo de casi todos los jefes de delegaci¨®n -salvo en la alemana y la brit¨¢nica, con holandeses y franceses divididos- contra las descalificaciones individualizadas, y anunciaron que votar¨ªan en contra de la posici¨®n oficial del PPE, si ¨¦sta no se modificaba. Era un golpe de mano -ante la ausencia de direcci¨®n del grupo, pues Wilfried Martens sigui¨® inerte-, que romp¨ªa a los 202 diputados democristianos casi exactamente por mitades. Y que demostraba que el control del grupo, al menos en este caso, pasaba de manos germano-brit¨¢nicas a hispano-italianas, una novedad relevante.La conjunci¨®n astral del ¨®rdago de Santer, las conspiraciones socialistas y la rebeli¨®n interna en el PPE cambiaron el clima del hemiciclo, haci¨¦ndolo m¨¢s favorable a los intereses de la Comisi¨®n. Pero ajena a todo ello, la c¨²pula democristiana -Martens, brit¨¢nicos y alemanes- sigui¨® en sus trece, pactando una resoluci¨®n alternativa con liberales y verdes. A cambio de tener que aceptar las posiciones de los verdes, que evitaban la reclamaci¨®n de la renuncia de Mar¨ªn, a¨²n persistiendo en la de Cresson. Ahora s¨®lo proponen que la Comisi¨®n d¨¦ una "soluci¨®n viable" al comisario espa?ol.
Pero la realidad es tozuda. En la tarde de ayer todo quisque ech¨® mano de las calculadoras, para comprobar cu¨¢ntos votos te¨®ricos -la pr¨¢ctica configura a esta casa como una aut¨¦ntica caja de sorpresas y truenos imprevisibles- respaldan cada posici¨®n. Y las sumas sal¨ªan favorables a las propuestas de la izquierda (socialistas/Izquierda Unitaria/radicales) frente a las encabezadas por la derecha (populares/liberales/verdes), contando con los votos de los rebeldes del PPE. En l¨ªneas generales, m¨¢s de 300 contra unos 250, siempre a t¨ªtulo prospectivo.
Al final, lo que no hab¨ªa podido el sentido de responsabilidad por abrir una crisis impredecible, por poner en peligro la presidencia semestral alemana, y por poner en la picota a un presidente del mismo partido, lo logr¨® el v¨¦rtigo del rid¨ªculo excesivo. El ponente del PPE, el brit¨¢nico James Elles, reconoci¨® ante su grupo que la l¨ªnea m¨¢s dura -ingleses, alemanes, holandeses- se hab¨ªa quedado casi en minor¨ªa. Y propuso que reflexionaran sobre la conveniencia de retirar de su propuesta, antes de la votaci¨®n de hoy, los p¨¢rrafos dedicados al derribo de Cresson y la cr¨ªtica a Mar¨ªn, por miedo a perder las votaciones en el plenario. Algo que, de paso, ilustraba hasta d¨®nde llega la envergadura moral de algunos, dispuestos a segar cabezas ajenas o a mantenerlas dependiendo m¨¢s de las posibilidades de ¨¦xito que de razones objetivas.
As¨ª las cosas, todo indica que hoy no habr¨¢ recusaci¨®n de comisarios individuales, por lo que la moci¨®n de censura prevista -en caso de votarse- adoptar¨¢ el sentido constructivo con el que la propuso Green. Es decir, que la censura se convierta en confianza.
Indisciplina
Pero dada la indisciplina reinante y el car¨¢cter variopinto del hemiciclo, nada es seguro. Adem¨¢s, a la moci¨®n de censura le preceder¨¢ la votaci¨®n de las dos grandes resoluciones de compromiso, la encabezada por los socialistas y la redactada por los democristianos, y quiz¨¢ si hay acuerdo la moci¨®n de censura decaiga despu¨¦s. Ambas resoluciones proponen medidas de control especial sobre la administraci¨®n financiera de Bruselas. La socialista, el Comit¨¦ de Sabios. La popular, una serie de medidas, mucho m¨¢s constrictivas, que configuran a una Comisi¨®n maniatada, tutelada y bajo sospecha. De modo que a lo mejor el equipo Santer salva la cabeza, pero pierde el m¨²sculo que a¨²n le queda. Si le queda.[El expresidente del Gobieno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, critic¨® ayer "el espect¨¢culo de pelea" protagonizado por los grupos pol¨ªticos del Parlamento Europeo, informa Efe. Gonz¨¢lez se?al¨® que los grupos tienen una actitud "absolutamente equivocada".]
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