Pon¨¦rselo f¨¢cil
Tartufo De Moli¨¨re, en versi¨®n de F. Fern¨¢n G¨®mez. Int¨¦rpretes: Jos¨¦ Luis Pellicena, Mar¨ªa Fernanda d"Oc¨®n, Roberto Quintana, Lola Mu?oz, Ana Luisa, Mario Mart¨ªn... Iluminaci¨®n: Josep Solbes. Vestuario: Le¨®n Revuelta. Escenograf¨ªa: Alfonso Barajas. Direcci¨®n: Alfonso Zurro. Teatro Principal. Valencia, 13 de febrero.Digamos que la versi¨®n libre establecida por Fernando Fern¨¢n G¨®mez sobre el texto de Moli¨¨re es m¨¢s atrevida que arriesgada. Se dir¨ªa que actualizar a los cl¨¢sicos consiste en algo m¨¢s que aprovechar las situaciones de base de la obra original para meter algunos que otros ripios alusivos a la vibrante actualidad. Tanto m¨¢s cuanto que esos hallazgos se circunscriben aqu¨ª, casi siempre, a una parodia m¨¢s o menos afortunada del horroroso lenguaje pol¨ªtico de moda, trufado de estupidos tecnicismos terminol¨®gicos propios de la econom¨ªa. Es algo que tal vez gustar¨¢ a quienes detestan el uso de esa clase de t¨¦rminos, lo que contribuye a crear una cierta complicidad con un segmento del p¨²blico que trivializa sin remedio el gran texto de Moli¨¨re. Lo mismo que trivializa la adaptaci¨®n de un arranque de la obra que recurre una vez m¨¢s al sobado "teatro dentro del teatro" para fingir un ensayo interrumpido de los actores en los papeles que han de representar. Todo adquiere as¨ª una ligereza donde naufraga el prop¨®sito corrosivo de Moli¨¨re y donde se pierde la perfecta belleza de las palabras del texto original. ?A cambio de acercar el cl¨¢sico al p¨²blico de hoy? No precisamente al del estreno, con la presencia de las autoridades de siempre, sin duda m¨¢s identificadas con las haza?as de Tartufo que con el autor que pone a caldo la mezquindad de sus prop¨®sitos. Jos¨¦ Luis Pellicena est¨¢ algo pasado en su interpretaci¨®n, tanto de registro de voces como de aspavientos de brazos, sobrepasado a veces por Mar¨ªa Fernanda d"Oc¨®n debido a que sabe gritar con mayor contundencia, mientras que Roberto Quintana compone un Org¨®n algo p¨¢nfilo para mi gusto. Alfonso Zurro ha dirigido sin complicaciones un texto que, pese a la adaptaci¨®n, se dirige pr¨¢cticamente solo: basta con no obstaculizar demasiado la fluencia de los acontecimientos. Todo fue muy aplaudido.
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